En 2024, las nuevas tecnologías, los modelos de negocio emergentes, las demandas de la sociedad y las diferentes formas de trabajar mantendrán a todo el mundo alerta. Las normativas gubernamentales nacionales y supranacionales pueden tener dificultades para seguir el ritmo, y las empresas tendrán que adaptarse en consecuencia.
El próximo año marcará un antes y un después en nuestra relación con la inteligencia artificial (IA): la tendencia indiscutible es hacia más, y no menos, IA en el lugar de trabajo. Otras tendencias que destacan para 2024 son la creciente importancia de las políticas ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) y el cuestionamiento de modelos de negocio ambiciosos como los de FTX y Theranos. Estas tendencias, combinadas con el creciente predominio del trabajo híbrido, suponen que los líderes empresariales tendrán que tomar decisiones importantes. La capacidad de anticipar y comprender las tendencias futuras será una habilidad valiosa para los ejecutivos a medida que se adapten al nuevo panorama empresarial.
Aquí, los profesores del IESE identifican:
4 tendencias clave del mundo de la empresa en 2024. Visión sobre las decisiones a las que se enfrentarán los líderes empresariales
1. Inteligencia artificial: di sí a las IA
2023 fue el año de la irrupción de la IA, cuando todo el mundo se dio cuenta de repente de su potencial, pero también de los posibles problemas que presenta. 2024 será el año en el que la IA empiece a marcar una diferencia real en todos los sectores y empresas. Las herramientas de IA, como los grandes modelos lingüísticos y los generadores de imágenes, son de fácil acceso, algunas incluso gratuitas, lo que permite una gama mucho más amplia de aplicaciones.
Nos guste o no, la IA estará omnipresente y su crecimiento será exponencial en el próximo año. «Es un tren imparable», afirma Sampsa Samila, profesor de Dirección Estratégica del IESE. «A estas alturas, el genio de la IA no volverá a meterse en la lámpara».
El profesor Samila no tiene ninguna duda de cuál es la decisión correcta. «Deberían ir a por todas», afirma.
Es importante ir por un paso por delante. Señala que es posible que otros agentes, como competidores y empleados, ya estén utilizando la IA. En su investigación, el profesor Samila ha visto empresas en las que los trabajadores utilizan estrategias basadas en la IA incluso cuando la propia empresa sigue dudando en adoptar esta tecnología.
Según el profesor Samila, las empresas tendrán que ser proactivas y aplicar estrategias de IA bien estructuradas. «La IA es transformadora y cambiará realmente la forma de hacer negocios», afirma. Subraya que afectará a todos los ámbitos de la empresa, desde las operaciones hasta el servicio de atención al cliente y las habilidades de los empleados. Comprender y adoptar la IA será crucial para los líderes empresariales.
2. Modelos de desarrollo empresarial: escoge la integridad
Las nuevas empresas que prometen innovaciones disruptivas y avances que rompen los paradigmas se han inspirado a menudo en el famoso lema de Mark Zuckerberg: «Muévete rápido y rompe cosas». Pero este modelo de desarrollo empresarial está siendo cuestionado por una llamada a la integridad. Los recientes escándalos de fraudes en empresas emergentes constituyen una advertencia oportuna sobre los peligros de crear expectativas poco realistas para los empresarios del mañana.
Yuliya Snihur, profesora asociada de Iniciativa Empresarial del IESE, admite que seguir un modelo de desarrollo empresarial fundamentado puede no resultar fácil, ya que las nuevas empresas experimentan mucha presión para crear legitimidad. Sin embargo, insiste en que la integridad es el camino a seguir.
La profesora Snihur insta a los empresarios a recordar la importancia de crear expectativas realistas, sobre todo al principio. «Navegar por la delgada línea que separa la imaginación de los objetivos alcanzables es especialmente importante para crear una empresa», afirma. «Tienes que involucrar a otros para que sigan tu visión».
3. Rendimiento ASG: considera la remuneración
Las políticas ambientales, sociales y de gobernanza se han establecido firmemente como pilares fundamentales de los planes estratégicos de las empresas. Sin embargo, vincular los resultados ASG a los planes de retribución de los altos ejecutivos es una idea relativamente nueva, que está ganando adeptos para 2024. A principios de la década pasada, este vínculo era casi desconocido. Ahora es una práctica habitual en más del 30 % de las empresas, según un reciente estudio sobre más de 4000 empresas realizado por el profesor de Contabilidad y Control del IESE, Gaizka Ormazabal.
El primer paso consiste en identificar los factores que impulsan el interés de la empresa por mejorar los resultados en materia de ASG. El profesor Ormazabal advierte del peligro de limitarse a seguir el ejemplo de otros. «No lo hagas porque todo el mundo lo hace», dice. «Hazlo si tienes una idea clara de por qué quieres hacerlo: porque te preocupa que los riesgos ASG puedan afectarte en un futuro, porque tienes una parte interesada que está presionando mucho para que lo hagas o porque te has comprometido y quieres que ese compromiso sea creíble».
Decisiones como estas deben tener un claro factor de motivación, ya que las empresas que se comprometen a mejorar su rendimiento en materia de ASG lo harán a largo plazo.
4. Teletrabajo: fomenta la igualdad
Aunque en algunas oficinas se seguirá teletrabajando, en 2024 se producirá el gran regreso a ellas en muchos casos. Sin embargo, esto no marcará el fin del teletrabajo. El trabajo híbrido, con algunos días en la oficina y otros en casa, se convertirá en la norma de muchas empresas. Aunque el espacio de trabajo en la oficina puede parecer un poco diferente a medida que estos nuevos modelos de trabajo se hacen más comunes, los valores subyacentes de cómo gestionar este espacio seguirán siendo los mismos.
A la hora de diseñar estas políticas, los directivos deben ser conscientes de los posibles prejuicios, según Isabel Villamor, profesora adjunta de Dirección de Personal en las Organizaciones del IESE. «Por ejemplo, tiende a haber un estigma», afirma. «Si una mujer trabaja desde casa, tendemos a pensar que trabaja desde casa, pero que también cuida de la familia, mientras que si un hombre trabaja desde casa, asumimos que está trabajando».
Reconocer estos prejuicios y evaluar a los empleados en función de su rendimiento, no de su presencia en la oficina, es esencial para diseñar políticas que promuevan la igualdad. «El primer paso es darse cuenta de que son tendencias que todos tenemos», dice. «Si evalúas a la gente en función de su rendimiento y no tanto de quién está en la oficina y cuánto tiempo se queda, fomentarás un entorno más igualitario».
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