Ousman Umar, cofundador y presidente de la ONG internacional NASCO Feeding Minds, se ha propuesto que veamos en los migrantes todas sus capacidades, así como evitar las trágicas rutas en patera, empoderando a los jóvenes de Ghana a través de la educación.
Muchos emprendedores brillantes comparten su experiencia a modo de ejemplo. La lógica es que, si actúas como ellos, también podrás cumplir tus sueños. El caso de Ousman Umar (Executive MBA ‘23) es diferente. El cofundador y presidente de la ONG NASCO Feeding Minds propone justo lo contrario. Su propósito es evitar que otras personas sufran la misma experiencia que él.
De niño, Umar viajó solo de Ghana a España, un viaje de años que estuvo plagado de fracasos y falsos comienzos. Cruzó parte del desierto del Sáhara a pie y el Mediterráneo a bordo de una patera construida por él mismo. La suya es una historia de éxito a un alto precio.
Umar vio morir a muchas personas, incluido su mejor amigo. Después de que los traficantes le abandonaran junto al resto de su expedición en medio del desierto, únicamente seis de cerca de 50 personas sobrevivió al viaje a pie. A él le salvó la vida ver un cadáver que aún guardaba en sus bolsillos una cantimplora llena de agua. Más tarde, Umar, que no sabía nadar, sobrevivió a un naufragio en su primer intento de cruzar el Mediterráneo; en el segundo, de los dos barcos que partieron, se hundió el otro.
Su improvisada embarcación le llevó a Europa, donde chocó con unas rocas en Fuerteventura. Había alcanzado la tierra prometida, pero pronto descubriría la otra cara de la promesa. Recuerda su durísima experiencia en un centro de menores para inmigrantes antes de llegar a Barcelona a los 16 años, sin un techo y analfabeto.
Un golpe de suerte y la empatía se alinearon para que una familia catalana se fijara en él y, finalmente, lo acogiera. Él se esforzó para sacarse el bachillerato y, más tarde, la carrera universitaria de Química.
En la actualidad, Umar espera que otros niños africanos puedan ahorrarse las vivencias de sus primeros años. NASCO Feeding Minds se basa en la metáfora de enseñar a pescar, aunque, en su caso, Umar aboga por alimentar las mentes de los pequeños. NASCO enseña a los niños habilidades de codificación y programación que les permitan ganarse la vida y mantener un hogar, de modo que no tengan que embarcarse en arriesgados viajes a Europa como el que tuvo que realizar Umar.
NASCO surgió en 2012 a partir de los ahorros de Umar y sus amigos, con los que se adquirieron 45 ordenadores y se contrataron a dos profesores. Hoy, decenas de miles de niños han pasado por sus escuelas en Ghana.
“Nuestro deseo”, explica, “es resolver el problema de la migración forzosa desde el origen para evitar que los niños de hoy se conviertan en los migrantes del mañana”.
Perdido y encontrado
Cuando por fin llegó a Barcelona, Umar sintió la profunda frustración de no ser visible para nadie. “Pedía ayuda y nadie me miraba a la cara”, recuerda. Cuando tocaba a la gente para llamar su atención, notaba su miedo. “Era como si no fuese humano”, afirma.
Hubo una notable excepción: la mujer que terminó convirtiéndose en su tutora. Eso cambió el rumbo de su vida, algo que aún le asombra.
A esas alturas de su vida, había sufrido años de extremo desamparo. Hoy comenta con ironía que sus primeros diplomas de verdad los ganó con mucho esfuerzo trabajando de niño en Accra, donde su trabajo como soldador en los astilleros apenas le llegaba para un plato de arroz al día, así como durante su largo viaje en solitario hacia el norte.
Pero la suerte, el destino o la providencia se cruzaron en su camino: “Son determinantes en la vida y la carrera de cualquier persona”, asegura. “El mérito, el esfuerzo y el compromiso no son los únicos pilares del éxito. Por eso los emprendedores y directivos también son personas con suerte”.
Ese momento cargado de empatía e interés, en el que una mirada atenta se fijó en él, marcó un punto de inflexión.
La educación es esencial
“Los africanos abandonamos nuestros países rumbo a Europa por falta de información, formación y oportunidades. Y lo seguiremos haciendo hasta que no cubramos estas tres necesidades allí donde vivimos”, afirma Umar. “Lo sé por experiencia propia”.
El esfuerzo por triunfar en la vida de ningún modo culminó tras establecerse en España. Umar ha estudiado sin descanso, sumando un grado en Relaciones Públicas y Marketing y un máster en Dirección, Gestión y Organización de ONG a sus anteriores estudios. Y, tras más de diez años de experiencia al frente de NASCO, ahora se siente preparado para “el equivalente emocional y académico de escalar el Everest”, que no es otra cosa que cursar el Executive MBA del IESE.
Su esperanza es revolucionar el modo en que se gestiona la ayuda humanitaria. Coincide con la economista Dambisa Moyo en que el tipo de ayuda que Occidente brinda a África es profundamente deficiente, ya que crea dependencia al tiempo que no logra resolver problemas subyacentes. Además, a menudo, la ayuda europea también se usa como un arma vinculada a políticas arbitrarias para reducir la migración ilegal. Él mismo lo experimentó cuando los traficantes le llevaron a Mali en lugar de a Europa para beneficiarse de los programas de prevención de la migración.
Umar no ve un final a las crisis migratorias, ni a través de la ayuda tradicional ni con políticas fronterizas más estrictas. En cambio, considera que “ha llegado la hora de una ayuda humanitaria que pase por alimentar las mentes escalando una iniciativa como la nuestra, que aspira a resolver el problema de la migración forzosa justo en el origen”.
No se trata solo de prevenir más tragedias como las que él vivió. El hombre que una vez fue invisible para tantos hoy quiere hacer visible el ingenio y la capacidad de su gente.
“Cuando era un niño en la Ghana rural”, cuenta, “vi un avión y me dijeron que las personas de piel blanca construían esos objetos. Ahora sé que el talento no tiene color. Quiero demostrar al mundo que, con formación y oportunidades, los africanos somos capaces de innovar igual que en Silicon Valley”.
Esto es Real leadership. Liderar es ayudar a las personas a trabajar juntas para conseguir objetivos mayores y mejorar por el camino. Es analizar los problemas con distintas perspectivas y ser consciente de que hasta las decisiones aparentemente pequeñas pueden tener un gran impacto. Ser un verdadero líder es aprender de los mejores y ser humilde para reaprender cada día.
La historia de Ousman Umar inspira muchas reflexiones…
- ¿Ves a la persona donde otros solo ven amenaza y miedo?
- ¿Te comunicas con los demás y conectas a nivel humano de forma eficaz pese a las barreras culturales e idiomáticas?
- Cuando te hallas frente a una necesidad social extrema, ¿te lanzas a ayudar?
- ¿Crees que es posible un mundo diferente? En vez de desviar la mirada, ¿buscas cómo involucrarte?