¿No puedes dejar de pensar en las vacaciones cuando estás en el trabajo? Te proponemos algunas ideas para descansar no solo tu cuerpo sino también tu mente. Lejos de las tensiones del lugar de trabajo, el verano puede ser el momento ideal para practicar el mindfulness y volver al trabajo en plena forma mental. Aquí tienes algunas sugerencias para empezar a practicar la atención plena, basadas en los textos de profesores del IESE.
Cada vez resulta más difícil concentrarse en un solo tema. Vivimos en la era del multitasking, siempre conectados y pegados a nuestro móvil. El bombardeo continuo de estímulos y las constantes interrupciones generan estrés, fomentan la dispersión mental y afectan negativamente a la productividad y el bienestar en el trabajo.
Ante esta realidad, empresas como General Motors, eBay, AstraZeneca y Toyota han puesto en marcha programas para cultivar el mindfulness, una herramienta útil para liberar la mente de esa sobrecarga que nos impide concentrarnos al cien por cien en lo que hacemos. La práctica de la atención plena permite tener una visión desapegada de emociones y prejuicios, desactivar los pilotos automáticos y elaborar respuestas más conscientes y, por tanto, más eficientes.
Practicar la atención plena tiene numerosos beneficios: facilita la concentración, mejora la memoria, reduce el estrés, aumenta el bienestar físico y mental, ayuda a gestionar las emociones… Resulta muy beneficioso a nivel personal, pero sus efectos positivos trascienden al individuo y también tienen un impacto positivo en la empresa. El mindfulness aumenta la productividad y el compromiso, ayuda en la toma de decisiones, fomenta la creatividad, mejora las relaciones sociales y también el clima laboral.
Consejos para practicar la atención plena: mindfulness
El mindfulness no trata de cambiar la realidad, sino la forma en que la percibimos. La práctica de la consciencia plena consiste en reconducir la atención hacia lo que es relevante. Esto se hace promoviendo que la atención “descanse” centrándose en un único elemento u objeto, normalmente la respiración o las sensaciones del cuerpo. Cada vez que la mente tiende a divagar y se “desconecta” de ese elemento, hay que intentar volver a concentrarse en él. Con la práctica, la atención se vuelve cada vez más estable y se reducen las distracciones.
La atención es como un músculo que se fortalece a medida que se ejercita y, por tanto, se puede entrenar. Existen distintas técnicas para conseguir este estado de atención y conciencia plena. Te proponemos 4 que podrás practicar estas vacaciones:
1. Evita distraerte durante unos minutos
¿Eres consciente de lo fácil que resulta perder la concentración? Esta actividad te permitirá tomar consciencia de ello. Cierra los ojos y concéntrate en la respiración. Cuenta hasta 10 fijándote en la espiración y la inspiración, sin pensar en nada más. Cuando notes que empiezas a pensar en otras cosas, intenta centrar tu mente en la respiración.
2. Saborea una pasa
¿De verdad? Sí, saborea una pasa. ¿Alguna vez te has parado a pensar en la diferencia que existe entre hacer algo de manera automática o hacerlo de forma consciente? Este ejercicio te ayudará. Coge una pasa (o cualquier otro alimento de pequeñas dimensiones que te guste) y cómetela lentamente. Saboréala, disfruta los sabores y presta atención a lo que estás sintiendo. Puede ayudarte cerrar los ojos. Si te concentras en esta experiencia, comprobarás el intenso sabor que puede ofrecerte algo tan pequeño como una pasa.
3. Da un paseo consciente
¿Eres capaz de disfrutar de un paseo o te cuesta bajar el ritmo? Aprovecha las vacaciones para dar un paseo en solitario, caminando lentamente y prestando atención a cada movimiento. Concéntrate en la respiración y disfruta de cada paso. Si notas que aparecen otros pensamientos, apártalos y vuelve focalizar la mente en el paseo.
4. Disfruta del ritual del café
¿Valoras los pequeños placeres del día? Ya seas de café o de té, intenta disfrutar del desayuno. Es un buen momento para practicar la atención plena. Deja a un lado el móvil y concéntrate en el proceso de preparación del zumo, del café, del té, de las tostadas… Cuando esté todo listo, saborea cada trago y cada bocado. Con este sencillo ejercicio, ¡empezarás el día con energía!
Como ves, son ejercicios sencillos que puedes realizar en cualquier momento del día. Vale la pena intentarlo. Si los incorporas en tu rutina diaria y dedicas unos minutos cada día a conectar contigo mismo, verás como con el tiempo tu capacidad de atención mejora.
Otras actividades, como el yoga y la meditación, también te pueden ayudar a entrenar la consciencia plena. Te sugerimos la lectura del artículo Para liderar, conócete a ti mismo que puede serte útil para practicar el autoconocimiento, aprender técnicas para controlar el estrés y mejorar la resiliencia a través del mindfulness.
Todo esto te ayudará a convertirte en un líder más fuerte a través del desarrollo personal. Para otras áreas, que van desde la dirección general hasta el desarrollo de competencias y temas específicos, el IESE tiene una amplia oferta de programas de formación directiva y másters. ¡Échales un vistazo!