Los líderes empresariales que esperaban un período de tranquilidad y estabilidad tras la COVID-19 se han visto, en cambio, obligados a enfrentarse a una nueva serie de desafíos. En 2024, volverán a trabajar en un ambiente de incertidumbre.
Es probable que la guerra actual en Ucrania haga que los precios de la energía sean imprevisibles en un futuro próximo. Esto está contribuyendo al aumento de la inflación y, en consecuencia, al endurecimiento de los tipos de interés, que repercute no solo en los préstamos de las empresas de todo el mundo, sino también en el coste de la vida de sus empleados y clientes. Al mismo tiempo, el desplome de los precios de las acciones tecnológicas y los despidos en las principales empresas tecnológicas están generando la sensación de que el sector, que antes era un motor de crecimiento en muchas economías importantes, está entrando en recesión.
Para prosperar como líder en la nueva y cambiante realidad de 2024, es importante asumir el poder de los valores honestos y humanos. Siendo auténtico y trabajando junto a los demás, puedes ayudarles a superar el ruido de 2024 y encontrar formas de aprender, crecer y alcanzar tus objetivos comunes.
En este análisis de las mejores tendencias de management en 2024, los profesores y expertos del IESE identifican las habilidades de liderazgo que te ayudarán a ti, a tus equipos y a tu empresa a avanzar.
4 habilidades de poder esenciales para los directivos en 2024
Las habilidades de poder son multiplicadores de la capacidad de liderar: herramientas del mundo real que pueden ayudar a las personas a trabajar mejor, juntas y más felices. Las habilidades de poder también pueden ser sutiles, teniendo efectos pequeños pero significativos que conducen a grandes mejoras para los equipos.
En este artículo, los profesores del IESE han utilizado sus conocimientos y experiencia para seleccionar cuatro habilidades de poder basadas en valores como la negociación, el espíritu lúdico, el fomento de una realidad compartida y el impulso de la toma de decisiones, que pueden marcar la diferencia en 2024.
1. Negociación: el poder de crear valor
“Necesitamos redescubrir la contraparte, el otro, y cómo construir un nuevo mundo juntos”.
Guido Stein, profesor del IESE.
La negociación está ampliamente reconocida como un componente útil del que todo líder debe disponer, pero, según el profesor de liderazgo del IESE Guido Stein, a menudo se pasa por alto como si fuera “solo” una habilidad flexible, cuando en realidad es una habilidad fundamental. Stein cree que todas las personas que se enfrentan a problemas y tienen que tomar decisiones de liderazgo deben tener la actitud del negociador de intentar superar los obstáculos y crear algo positivo trabajando con la otra parte.
“Negociamos porque necesitamos que la otra parte llegue a un acuerdo. Negociamos porque los necesitamos para tomar una decisión. Y negociamos para crear valor”, dice Stein.
Según Stein, la negociación pasa de colaborar a competir según las circunstancias, pero siempre depende de las relaciones humanas. En medio de las dificultades geopolíticas y económicas de 2024 y tras el sufrimiento de la pandemia de la Covid, Stein afirma que es el momento de que los líderes utilicen la negociación no solo para aumentar la “porción del pastel” para su propio bando, sino también para “hornear un pastel más grande”.
La negociación, en su opinión, es un atajo para solucionar los problemas a los que nos enfrentamos creando conexiones con los demás, estableciendo un terreno común y fortaleciendo las relaciones para crear valor mutuo. Esto nunca será más cierto que en 2024.
“Después de los duros momentos que hemos sufrido desde la pandemia”, dice Stein, “necesitamos redescubrir la contraparte, el otro, y cómo construir un nuevo mundo juntos”.
2. El espíritu lúdico: el poder del compromiso
Un espíritu lúdico en el trabajo no significa que no se tome en serio la obtención de resultados. De hecho, es todo lo contrario: un espíritu lúdico puede propiciar mejores resultados.
La profesora Mireia Las Heras, del Departamento de Liderazgo del IESE, cree que el espíritu lúdico significa involucrarse de forma real y proactiva, ser más que un espectador. También significa competir, pero contra uno mismo, no contra otras personas. Un líder con espíritu lúdico entiende que, aunque a veces se gane y otras no, siempre se puede intentar ser mejor, más rápido o más creativo, celebrando los éxitos y reevaluando los fracasos con aceptación.
Desde el punto de vista de la gestión, un líder con espíritu lúdico fomenta el mismo espíritu de compromiso y mejora creativa en los demás. Esa actitud tiene amplios beneficios, como una mayor fluidez, menos estrés y más sinergias creativas en las colaboraciones laborales, todo ello especialmente importante en 2024.
“Estamos saliendo de un largo período de estrés. Con la pandemia, la alta inflación, la guerra y tantas otras cosas, queremos tomar decisiones que nos permitan tener una mejor experiencia laboral”, añade Las Heras.
3. La realidad compartida: el poder de la pertenencia
“Es más importante que nunca averiguar cómo podemos pensar juntos aunque trabajemos separados. Los vínculos sociales son el pegamento que mantiene unidas a las organizaciones”.Maya Rossignac-Milon, Profesora del IESE.
Arianna Huffington describió una vez su relación con su cofundador del Huffington Post como “terminar las frases del otro”. Esa capacidad de estar en la misma sintonía facilitó el éxito de su negocio.
La experiencia de tener los mismos pensamientos y sentimientos que otra persona sobre el mundo que le rodea, dice la profesora Maya Rossignac-Milon, del departamento de dirección de personas del IESE, se conoce como “realidad compartida” y fomentarla es una habilidad de liderazgo esencial para 2024.
Se ha demostrado que los compañeros que comparten realidades, por ejemplo, pensar de la misma manera sobre un proyecto, se sienten más comprometidos, rinden más y tienen menos probabilidades de agotarse, lo que mejora la retención del talento.
Para que los líderes refuercen este pensamiento sincrónico entre sus equipos, Rossignac-Milon sugiere crear rituales en el lugar de trabajo. Puede ser algo sencillo como crear una lista de reproducción compartida de Spotify o jugar a un juego al comienzo de las reuniones. Otra forma de hacerlo es crear espacios físicos o en línea compartidos, como los canales de Slack, donde puedan conectarse personas con intereses comunes.
“En un lugar de trabajo en el que muchas personas trabajan a distancia, o en entornos híbridos en los que se sienten físicamente desconectados unos de otros, es más importante que nunca averiguar cómo podemos pensar juntos aunque trabajemos separados”, afirma Rossignac-Milon.
Fomentar la conexión y las realidades compartidas en el dividido y estresante mundo de 2024, especialmente cuando la comunicación es en gran parte online, es esencial para las empresas.
“Los vínculos sociales son el pegamento que mantiene unidas a las organizaciones. Así que si los líderes pueden permitir que las conexiones humanas prosperen de esta manera, esa es la siguiente etapa del liderazgo”.
4. La toma de decisiones: el poder del impulso
Todos queremos que las personas tomen decisiones buenas y autónomas, pero a veces es difícil. Las personas cometen errores. Se desvían sistemáticamente de lo que consideramos buenas decisiones. ¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Debemos impedir que tomen esas decisiones? ¿Debemos manipularlos o empujarlos para que tomen las decisiones que consideramos mejores?
Según Sebastian Hafenbrädl, profesor adjunto de dirección de personas en las organizaciones del IESE, el “impulso” es el camino a seguir en 2024, un año en el que las perspectivas económicas son, según él, “un poco irregulares”.
“Cuando las cosas se ponen difíciles”, dice Hafenbrädl, “las buenas decisiones son especialmente necesarias”.
En este contexto, impulsar significa fomentar la competencia: identificar las habilidades o los conocimientos de los que carecen las personas y, a continuación, realizar una intervención específica para ayudarles a desarrollar la competencia en lugar de intervenir en su toma de decisiones.
Esto es importante para la sociedad, pero también lo es para el rendimiento de las empresas. “En un entorno VUCA (por sus siglas en inglés) (volátil, incierto, complejo y ambiguo) en el que la información se distribuye a gran velocidad y cambia rápidamente, queremos mantener más ojos bien abiertos”, dice Hafenbrädl. Una estructura jerárquica en la que el director general se ocupa de la estrategia y todos los demás se limitan a ejecutar no es óptima en este caso. Por el contrario, todos deben participar en la búsqueda de la futura dirección estratégica de la organización y ser capaces de tomar buenas decisiones por sí mismos.
Si una persona solo dispone de una o dos competencias para ello, debemos preguntarnos cómo podemos, como directivos, identificarlas, fomentarlas o cambiar el entorno para facilitar que las personas las adquieran. Este es el enfoque de impulso para 2024.
IESE Business School cree que el liderazgo se basa en valores humanos reales. Las cuatro habilidades de poder que se presentan aquí plasman esa comprensión, ayudándote a centrar a las personas y tu desarrollo para apoyar tus objetivos compartidos.
Conoce cómo los programas y másteres del IESE fomentan el liderazgo de las empresas y de los directivos en cada etapa de su carrera.
No te pierdas el vídeo completo con las entrevistas a los profesores del IESE sobre las 4 habilidades de poder para 2024.