El mundo está cambiando a marchas forzadas. Tan rápido que resulta cada vez más difícil conocer a alguien que no se sienta perdido en alguna faceta de su vida. Entre crisis permanentes, estímulos constantes, conceptos nuevos y avances tecnológicos imparables, la incertidumbre se ha adueñado de nuestras vidas como si fuese la configuración que viene instalada por defecto.
Además, los profesionales que se han incorporado al mercado laboral a lo largo de los últimos 15 años difícilmente han vivido lo que en épocas anteriores se daba por sentado. Esta ausencia de normalidad ha anclado a estas nuevas generaciones en la excepcionalidad y, en muchos casos, ha disuelto casi por completo sus perspectivas de futuro. Ayer se gestionaba el cambio. Hoy se gestiona lo que nadie esperaba que fuese a cambiar.
Una de las consecuencias de esta situación es que al menos el 75% de los empleados está demandando más autenticidad en el trabajo. Más autenticidad. Pero ¿para qué?
Vivimos tiempos convulsos, pero sobre todo inseguros. Y las organizaciones que tienen líderes de verdad al frente consiguen aumentar el compromiso de sus trabajadores, incrementar su productividad y su bienestar, reducir el estrés laboral, atraer un talento más diverso y construir una cultura empresarial más robusta con un propósito que une e identifica a todo el colectivo.
Ante tanta desorientación, retomar la esencia del liderazgo real – auténtico, humano y sincero – es clave para que las empresas y la sociedad definan el rumbo hacia el que se quieren dirigir y recuperen un estilo de vida más estable.
¿Qué es el liderazgo auténtico ?
Mucho más allá de ser una palabra de moda, la autenticidad en el liderazgo equivale a fiabilidad: ser un líder real significa ser un líder creíble, honesto y capaz de generar confianza. Un guía a quien vale la pena seguir y en quien vale la pena creer.
Y en el contexto actual muy poca gente está dispuesta a creer en líderes que aparentan saberlo todo, que no hablan claro o que no se muestran tal como son. Así que, si quieres convertirte en un líder auténtico, quizás vale la pena que repases qué significa de verdad liderar:
- Liderar es ser humano. Y mostrarte como tal: es celebrar los triunfos y también reconocer los desafíos que más te cuesta afrontar.
- Liderar es conocerse. Es tener muy presentes tus fortalezas, limitaciones y valores.
- Liderar es ayudar. Es trabajar con otras personas para alcanzar objetivos comunes y que todos mejoréis durante el proceso.
- Liderar es escuchar. Es analizar los problemas desde distintas perspectivas y dar peso a todas las opiniones antes de tomar una decisión.
- Liderar es ser humilde. Es abrirte a aprender de los errores que cometes y de aquellos que saben más que tú.
- Liderar es ser responsable. Es ser consciente de que las decisiones aparentemente más pequeñas también tienen un gran impacto.
- Liderar es ir al origen. Es tener muy claro por qué haces lo que haces y transmitirlo. Es inspirar en sentido de propósito.
- Liderar es actuar desde la ética. Es guiarte por la justicia y hacer caso a esa voz que te dice que estás haciendo lo correcto.
El verdadero liderazgo exige una comunicación real
Los discursos pomposos de los grandes líderes van dejando paso día a día a conversaciones más cercanas y horizontales, y a una forma de motivar basada en el diálogo sincero, la implicación y la negociación.
Compartir tiempo, conocimientos, experiencias, puntos de vista y lecciones aprendidas contribuye a generar más confianza en las organizaciones y fomenta el crecimiento y la participación en los equipos.
La próxima conversación que tengas en tu empresa intenta que se base en las siguientes claves:
1. Transparencia
A nadie le gusta que le oculten la verdad, aunque pueda ser dolorosa. Si quieres que tu equipo reme contigo, explica con sinceridad los hechos que llevan a tu empresa a tomar determinadas decisiones.
2. Honestidad
Huye de eufemismos y palabros. Trata a las personas con respeto, pero con claridad. La gente necesita saber dónde está cuando está con un líder. Y si perciben que juegas o que tienes una agenda oculta, dejarán de creer en ti.
3. Debate
Permite que las conversaciones sean abiertas y que cada miembro del equipo participe sin miedo a jerarquías o represalias.
4. Cercanía
Escucha a las personas con los ojos. Es fundamental que cada empleado sienta que te preocupas por él como humano. Aunque tengas que dar un feedback negativo, hazlo de manera clara y honesta, pero con tacto, consideración y de igual a igual.
5. Humildad
A veces, la mejor manera de influir en los demás es reconocer tus propios límites y compartir las lecciones que has aprendido en los momentos más duros.
6. Comprensión
Alégrate de corazón por los logros de las personas con las que trabajas y admira a quienes tienen más talento y experiencia que tú en diferentes áreas. Aprovéchalo como una nueva oportunidad de aprender y acercarte a ellos.
En tiempos en los que se echa de menos un poco de normalidad, el liderazgo real surge como el primer paso hacia una cultura empresarial capaz de unir, dar sentido y guiar a toda una organización para alcanzar un objetivo común.
Los programas para directivos del IESE te ayudarán a desarrollar un estilo de liderazgo auténtico, humano y basado en valores. Un liderazgo honesto, seguro, creíble e inspirador. Si quieres convertirte en un verdadero referente y en la influencia positiva que tus equipos necesitan, también puedes consultar los programas enfocados del IESE Liderar equipos con propósito, Developing Leadership Competencies y Become a Positive Leader to Accelerate Positive Change.
¿Qué significa ser un líder humano en la era de ChatGPT?
En pleno auge de las aplicaciones de IA que todos hemos empezado a usar en nuestro día a día, las voces más entusiastas chocan con las que temen un futuro deshumanizado.
En el IESE optamos por una aproximación a la IA teniendo muy claro para qué queremos usarla y cómo vamos a hacerlo. En palabras de la profesora Mireia Giné, “a pesar de las virtudes de la IA, debemos ser conscientes de sus retos y mantener siempre la participación humana”.
Por eso vale la pena recordar algunas de las cualidades humanas que seguirán siendo insustituibles en el mundo de los algoritmos:
1. Pensamiento crítico
2. Creatividad y curiosidad
3. Inteligencia social
4. Inteligencia emocional
5. Cociente tecnológico
6. Visión ética
7. Pensamiento transversal