Escuela, instituto, universidad, máster y… Bueno, ¡ya es suficiente, ¿no?! ¿Seguro? Miles de personas con formación superior y con cargos directivos en todo el mundo provienen de un modelo educativo reglado que les ha preparado para vivir adecuadamente en sociedad y desarrollar una carrera profesional.
Sin embargo, este sistema solo cubre alrededor de un tercio de nuestra vida. Algo que nos lleva a pensar, en muchas ocasiones, que una vez preparados para movernos en el entorno laboral ya no es necesario — ni deseable — que sigamos aprendiendo. Se trata de ser productivos, no de perder el tiempo estudiando.
Razones para no dejar nunca de aprender como directivo
Pero si algo estamos constatando a marchas forzadas en los últimos tiempos es que gran parte de lo que aprendimos a los 20 o a los 30 años estará completamente desfasado cuando pasemos de los 40. Es más, al ritmo al que evolucionan la tecnología, las organizaciones y la economía, probablemente la estrategia de tu empresa para este año ya no sirva para el que viene.
En un contexto tan incierto, cualquier profesional –pero especialmente aquellos que ocupan cargos directivos– no tiene otra opción que mantener sus conocimientos permanentemente actualizados para adaptarse con garantías a un mundo que cambia más rápido de lo que nunca antes habíamos visto.
Por eso repasamos en este artículo los principales motivos para seguir formándote como directivo pasados los 40:
1. Mantente “joven” para el mercado laboral
Seguramente sabes que los mayores de 45 años son los profesionales que tienen más dificultades para encontrar trabajo. Según los últimos estudios, solo un 6% — te lo repetimos: ¡solo un 6%! — de las ofertas de empleo están destinadas a esa edad. Y bajando, a medida que suben los años. Lo que significa que a partir de los 50 es mucho más probable que quedes expulsado del mercado laboral.
Sin embargo, una formación directiva adecuada puede ser clave para mantenerte al día y contar con las habilidades y los conocimientos que te permitan impulsar nuevos proyectos y seguir llamando la atención de las empresas.
Aunque tus equipos se especialicen cada día más y por muy importante que sea conocer al detalle la naturaleza de su trabajo, no debes olvidar que tu papel es dirigir, liderar e inspirar.
2. Sigue el ritmo de tus equipos
Párate a pensar un momento: ¿cuántas tecnologías diferentes ha implantado tu empresa en los últimos cinco años? Lejos de la época en los que introducir el ERP suponía un cambio en la gestión que tardaba entre 3 y 5 años, hoy vemos tecnologías en la nube tan o más revolucionarias que llegan a tu equipo en menos de seis meses.
Según el World Economic Forum, en solo una década veremos cómo se transforman más de mil millones de empleos en todo el mundo a causa del desarrollo digital. Y en 2022 ya se habrán creado más de 130 millones de puestos de trabajo nuevos para dar respuesta a la 4ª Revolución Industrial. En resumen: es muy probable que en muy poco tiempo la labor de las personas a las que diriges cambie radicalmente.
En este sentido, las tareas rutinarias tienen más riesgo de desaparecer, mientras que aquellas que dependen más de la creatividad o de las habilidades sociales están más protegidas. Pero, en realidad, la digitalización conducirá más hacia una reestructuración de las responsabilidades y no tanto a una eliminación directa de los empleos: se consolidarán nuevas maneras de trabajar y se crearán puestos cada vez más especializados.
De este modo, los empleados poco cualificados requerirán formación y, para facilitar esa adaptación, los directivos deben estar a su vez preparados y ser tan dinámicos como las tecnologías que están revolucionando el mundo.
3. Recuerda: eres un líder, no un especialista
Aunque tus equipos se especialicen cada día más y por muy importante que sea conocer al detalle la naturaleza de su trabajo, no debes olvidar que tu papel es dirigir, liderar e inspirar.
Así que para seguir progresando como líder es fundamental que evites una especialización excesiva, ya que, en ocasiones, los directivos se esfuerzan durante años en perfeccionar una serie de competencias técnicas que les impiden adquirir aquellas que realmente necesitan para asumir funciones de mayor responsabilidad.
¿Qué hacer entonces? Planifica una trayectoria que incluya tu desarrollo como líder con una formación que te permita adaptarte al contexto actual, aprender las últimas metodologías de management y alcanzar tus aspiraciones profesionales. Más centrada en aumentar tu impacto y potenciar tu visión global, y menos en la trampa de la eficiencia.
4. Cultiva tu inspiración y transmítela
Al pasar de los 40, muchos directivos se sienten estancados, movidos únicamente por la inercia del día a día e incapaces de levantar la mirada de sus objetivos trimestrales; pensando quizás que lo que no hayan logrado a su edad ya no les llegará nunca. La responsabilidad de un líder es guiar a los demás, pero sin motivación personal es prácticamente imposible conseguirlo.
Es precisamente en esos momentos cuando la formación directiva tiene más sentido. Porque te obliga a salir de ese letargo y a pararte a pensar. Te impulsa a descubrir quién eres, cuál es tu propósito, qué puedes hacer para ponerlo en práctica y, en consecuencia, a recuperar la ilusión.
Además, la ciencia afirma que un mayor sentido de misión está relacionado con la sensación de aprovechar la vida al máximo y que, para aprender y progresar, nuestro cerebro necesita emocionarse y trabajar en equipo.
5. Mejora tu capacidad cognitiva y tus relaciones
Por último, seguir formándote más allá de los 40 años también puede ser muy positivo para cuidar tu cerebro y tus vínculos sociales:
- Cuando estudias y añades nuevas rutinas a tu día a día se forman nuevas conexiones entre tus neuronas y aumenta la elasticidad de tu cerebro.
- Desarrollar un propósito vital está relacionado con niveles de cortisol más bajos, mejores funciones inmunitarias y un sueño más eficiente.
- Plantearte retos nuevos, por pequeños que sean, estimula tu capacidad cognitiva.
- Compartir el aprendizaje y competir de forma saludable contra otros implica mayor interacción social y nuevos desafíos para tu mente.
- Aprender incrementa la creatividad, la autoestima, la capacidad para organizarse y resolver problemas, el pensamiento positivo y la resiliencia.
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Quiero seguir formándome, pero ¿por dónde empiezo?
El hecho de que no exista un camino definido pasados los 40, similar al que seguimos durante nuestros años de educación reglada, hace que muchos directivos se vean perdidos a la hora de planificar su carrera. Los programas de Executive Education del IESE te ofrecen una formación adaptada a cada paso de tu trayectoria, estés donde estés y sea cual sea el reto que tienes por delante.