Quizá pienses que encajas bien las críticas constructivas. Sin embargo, como dice la experta Sheila Heen, todos deseamos aprender y crecer como personas, pero también que nos acepten, respeten y valoren tal y como somos.
Heen afirma que esta contradicción fundamental –la necesidad de progresar frente a la de recibir la aprobación de los demás– es la causante de que nos cueste tanto ser evaluados sin ponernos a la defensiva o desmotivarnos.
Todavía es más difícil para los directivos sénior. A menudo viven en una burbuja que les aísla de todo feedback –ya sea positivo o “constructivo”– ya que, en general, los ejecutivos júnior evitan dar feedback a sus superiores por miedo a las consecuencias.
Pero evaluar a un subordinado también puede ser una labor muy complicada, pues se corre el riesgo de frustrar su mejora o hacer mella en su confianza al intentar corregir ciertos comportamientos.
Por otra parte, no dar ni recibir evaluaciones sinceras puede dañar gravemente tu negocio. Además de entorpecer el crecimiento, es posible que esa disfunción deje pasar ineficiencias y prácticas que no convienen a tu empresa.
El cambio en la cultura del feedback en las organizaciones debe empezar por la alta dirección. Como líder, debes aprender a pedir y aceptar las valoraciones negativas si quieres que los demás miembros de la organización hagan lo mismo.
Cómo dar feedback
Antes de nada, lo más importante que debes tener en cuenta es evitar a toda costa esta pregunta: “¿Tienes algún feedback para mí?”. Es peligroso porque no concreta aspectos específicos de desempeño a mejorar y no resulta efectivo. Impulsa preguntas a las que puedas contestar como:
- ¿Cómo puedo hacer las reuniones más efectivas?
- ¿Qué tarea de las que hago debería mejorar y cómo?
- ¿Qué ha salido mal en esta fase del proyecto?
Además, el 92% de los profesionales cree que el feedback negativo, si se comunica de forma apropiada, mejora el rendimiento.
Con estas premisas podrás dar un feedback más trabajado y útil. Pero, ¿cuál es la mejor forma? El profesor del IESE Albert Ribera nos da las claves.
1. Escoge el lugar adecuado
No tengas esta conversación en un lugar concurrido, habilita un espacio tranquilo para facilitar la confidencia.
2. Sé respetuoso
No juzgues nunca a tu evaluado y ten en cuenta la sensibilidad de cada persona.
3. Sé concreto
No divagues en generalidades, describe acciones concretas que faciliten mejoras más claras y ejecutables.
4. Vincula el impacto a la empresa
Ten siempre presente el impacto en la organización que los comportamientos o acciones valoradas pueden ejercer sobre los objetivos o cultura corporativa.
5. Céntrate en lo relevante
Prioriza lo verdaderamente esencial del desempeño de la persona sin caer en vaguedades que no hagan crecer a la persona.
6. No des sorpresas
Es mejor una evaluación periódica para poder mejorar deficiencias que actuar cuando es demasiado tarde.
Cómo encajar el feedback
Sabemos que no todo el mundo nos tomamos las críticas de buena manera, pero deberíamos. Eso sí, siempre que sean respetuosas, de valor y constructivas. Cómo evaluado debes escuchar y digerir los comentarios sin reaccionar abruptamente y de manera negativa. Aquí las claves para poder recibir el feedback cómo un verdadero líder.
1. Tú no eres el desempeño
Aunque sea importante para nosotros, el desempeño no define tu valor como persona.
2. No te lo tomes como algo personal
Asume una intención positiva del evaluador no como un juicio personal. Piensa que quiere ayudarte con sus comentarios.
3. Aprovecha la oportunidad de mejora
Mira hacia delante y piensa de qué manera vas a poner en práctica las observaciones de mejora.
4. Reconoce tus sesgos
El autoconocimiento te ayudará a ser consciente de tus tendencias emocionales como, por ejemplo, ser catastrofista.
5. Pregunta por la base de las críticas
Puede que algunos comentarios sean injustos. Pide a tu supervisor que sea específico, concrete en qué basa su crítica y escuche la valoración de otras personas.
6. Pide tiempo para valorar los comentarios
Si los comentarios te afectan a nivel emocional, no dudes en pedir más tiempo para poder reflexionar sobre ellos antes de responder.
La cultura del feedback en tu empresa
Está claro que como líder mejorar tu habilidad para pedir críticas constructivas y aprender de ellas es el primer paso. Pero todos, desde el primer hasta el último escalafón de la empresa, necesitamos mecanismos formales que den apoyo al feedback y una cultura corporativa que lo fomente.
- Explicita que quieres recibirlo.
- Da las gracias a quién te lo ofrece.
- Establece vías regulares para el feedback.
- Busca información tan específica como sea posible.
- Intenta celebrar reuniones informales para intercambiar impresiones.
- Demuestra que hablas en serio: escucha, toma notas, etc.
- Comunica los resultados.
- Deja a un lado los asuntos no profesionales.
Allí donde se evitan las críticas, la creatividad y la innovación se resienten. La diversidad y accesibilidad de los directivos sénior facilitará que exista un sistema formal de evaluación. Así como que se reconozca y premie a quienes cumplen objetivos.
En definitiva, fomentar una cultura corporativa donde las evaluaciones sean naturales y algo positivo –aún cuando no sean lo que quisiéramos escuchar– envía el mensaje de que, como líder, estás ahí para escuchar y ayudar a tus subordinados, aunque lo que tengan que decir no te vaya a gustar. Lee en este artículo El poder de la conversación cara a cara.
Los programas de formación para ejecutivos y másters del IESE pueden ayudarte a potenciar estas habilidades de liderazgo para gestionar a tus equipos y crear este entorno saludable de crítica y crecimiento constructivo.