Nacida en Nigeria y educada en Londres, Eghosa Oriaikhi Mabhena ahora supervisa las operaciones de Puma Energy en 18 países del África subsahariana. “Arriésgate, te reto”, dice.
Nacida en Nigeria y educada en Londres, ha trabajado a escala internacional durante dos décadas, primero para Schlumberger y luego para Baker Hughes. Actualmente trabaja en Johannesburgo como responsable de Puma Energy para 18 países del África subsahariana. Asegura que su objetivo siempre fue “adquirir la experiencia suficiente para regresar y marcar la diferencia en África: estar cerca del cliente final, las personas en las que tenemos un impacto real y las comunidades a las que proporcionamos energía”.
Eghosa Oriaikhi Mabhena (Global Executive MBA ‘13) entiende que la sostenibilidad no es solo crear modelos de negocio que respeten el medio ambiente, sino conformar un entorno de trabajo que atraiga y retenga talentos diversos, resilientes y representativos de la población en general. En esta entrevista analiza los desafíos de la gestión tras la COVID-19 y de ser mujer en un campo tradicionalmente dominado por hombres, así como qué significa ser un líder ético.
Entre la COVID-19 y el cambio climático, debe ser un momento difícil para trabajar para una petrolera…
Creemos que una empresa que trabaja con derivados del petróleo como la nuestra, cercana al usuario final, puede desempeñar un papel importante en la transición energética. De hecho, a lo largo de mi carrera, siempre me he sentido atraída por la parte del negocio más cercana al consumidor, especialmente en los mercados emergentes. Eso nos coloca en una mejor posición para abordar problemas como la pobreza energética, pues tenemos acceso al final de la cadena de suministro. Ese es nuestro papel y estamos muy orgullosos.
Creo que existe la idea equivocada de que para ser ético en los negocios hay que trabajar para una ONG. Pues no. En cualquier industria se puede liderar en base a valores universales. La responsabilidad recae sobre cada cual; ya sea dentro o fuera del trabajo, debemos tener clara nuestra posición y vivir de acuerdo con esos valores, ser el cambio que queremos ver en el mundo. Puede que tengamos que crear las condiciones, si no existen, para que tales valores prosperen. Eso es lo que intento hacer en el sector energético.
¿Qué están haciendo de cara a la transición energética?
Nuestro objetivo es impulsar los compromisos ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) y cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU mediante el desarrollo de infraestructura energética, la promoción de energía verde y sostenible, y la transformación de comunidades que apenas tienen energía mediante fuentes fiables y rentables. Por tanto, estamos utilizando la mejor tecnología para facilitar el acceso a la energía, y lo hacemos siendo más fiables que las redes tradicionales. Usamos más recursos renovables, como la solar o la eólica. Tenemos el nivel de acceso a las comunidades y el de inversión necesarios para realizar esos cambios, como el de incorporar cargadores para vehículos eléctricos. Es emocionante.
Además de cambiar el modelo comercial, quiere que la industria trate mejor a las mujeres. ¿Cómo?
En algunos campos, la actitud quizá sea: “Estamos acostumbrados a ello. No sabemos si funcionará si lo hacemos de otro modo”. Por eso necesitamos más mujeres que tengan éxito en esos terrenos, para demostrar que se puede. Cuando ves a otras mujeres, piensas: “Si ella es capaz, ¡yo también!” Así es como funciona la mente humana. Por tanto, necesitamos que más mujeres lleguen a altos puestos para inspirar a las demás. La representación importa.
La industria del petróleo y el gas ha ido cambiando en los últimos 10 años. Las empresas ahora valoran la diversidad de pensamiento y expresión, así como en el estilo de liderazgo. Por ejemplo, los hombres y las mujeres pueden reaccionar de manera diferente a un determinado resultado, y, si bien el estilo femenino solía verse como una debilidad, ahora la gente ve que ambos son igualmente apasionados, solo que lo expresan de manera diferente. Llegar a ese punto ha llevado tiempo.
También estoy enfocada en lograr que más mujeres accedan a títulos de CSTEM (acrónimo en inglés de codificación, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Cuando obtuve mi título de ingeniera mecánica en la University College London, era una de las pocas mujeres que había. Tan difícil es lograr que ellas estudien como que permanezcan en estos campos técnicos a lo largo de su trayectoria. Algunas toman un descanso por motivos familiares, o piensan que no es posible tener una familia y una trayectoria profesional de manera simultánea. Tenemos que seguir desafiando el statu quo para demostrar a la industria y a las mujeres que se pueden hacer ambas cosas.
“Ahora más que nunca es importante el concepto de liderazgo humano”.Eghosa Oriaikhi Mabhena (Global Executive MBA ’13).
¿A qué obstáculos se ha enfrentado y cómo los ha superado?
He sufrido la brecha salarial de género; descubrí que ganaba bastante menos que mis homólogos masculinos. Fue desalentador. Dar con mentores también es un desafío y, sin ellos, es difícil alcanzar puestos altos, especialmente en mi sector. Quizá la preocupación sobre el acoso pueda disuadir a algunos hombres de ser mentores de mujeres, pero por fortuna eso está cambiando.
Es necesario arriesgar con el talento femenino, no para marcar la casilla de diversidad, sino para premiar a las mujeres que se han ganado el derecho a desempeñar tal o cual función. Así, como mujeres, debemos ser competitivas y jugar lo mejor posible. Quizá tengamos que llamar a una puerta y decir: “Oye, dame una oportunidad”. Es lo que estoy haciendo a través de AWEinEnergy, una organización enfocada en que más mujeres ocupen puestos directivos. Anteriormente lo hacía en The Boardroom Africa, que promueve el talento femenino en las altas esferas de todo el continente. Consiste en enseñar a las mujeres a decir: “Esto es lo que soy y esto es lo que ofrezco. Te reto a que me des una oportunidad”.
En última instancia, debes darte una oportunidad a ti misma. Tienes que entender cuál es tu valor, qué tienes para ofrecer, cuáles son tus puntos fuertes, y, a partir de ahí, tienes que ser atrevida, porque el camino no es fácil. Creo que las que nos hemos mantenido a flote tenemos que ser mentoras de otras mujeres, compartiendo las lecciones que hemos ido aprendiendo.
¿La pandemia ha obstaculizado el progreso?
Como mujer y madre, he visto cómo la COVID-19 ha supuesto un reto para las familias, que han tenido que trabajar y educar en casa a los hijos durante meses. Si bien algunas empresas se han adaptado para que las mujeres no tuvieran que dejar su trabajo y cuidar a los niños, sabemos que, en muchos casos, ha ocurrido. Los líderes empresariales hemos pasado años y años procurando que más mujeres ocupasen puestos de liderazgo y, ahora, la pandemia ha puesto en peligro ese equilibrio.
Además, existe el problema cada vez mayor de la pobreza educativa, de toda una generación que podría verse afectada por el retraso en la educación. Allí donde ha habido una falta de acceso a Internet, de dispositivos o de energía sostenible, los niños se han quedado atrás. Esa brecha educativa se agudizará con el tiempo.
A eso se suma la falta de vacunas. Ojo a la tasa a la que los diferentes países se están vacunando contra la COVID-19. Sabemos que, según cómo se adopten los pasaportes de salud, viajar puede volverse selectivo. Aquellos países que no progresan con rapidez en los programas de vacunación se empobrecen más con la pandemia.
¿Cuál es el papel de las empresas en la recuperación tras la pandemia?
Ahora más que nunca es importante el concepto de liderazgo humano. Las empresas han tenido que abordar la salud mental de sus empleados. El papel del gobierno frente a la sociedad ha cambiado rápidamente. Hemos visto un cambio de énfasis: la tecnología se había convertido en el principio y el fin de todo, hasta el punto de que habíamos olvidado a las personas fundamentales para la sociedad. Ahora, médicos, enfermeros, maestros, e incluso los que hacen entregas a domicilio y los que han permitido que la máquina social siga funcionando, se han vuelto muy importantes.
Como líderes, nuestro rol consiste en hacer de nuestros negocios lugares atractivos para desarrollar y retener talento, asentados en nuevas propuestas de valor. Al elegir una empresa a la que unirse, las personas basarán sus decisiones en lo que hemos hecho durante la pandemia y en lo que haremos para apoyar a las personas y la sociedad. Al final del día, los líderes deben ser quienes impulsen la agenda del bienestar humano y la equidad, con creatividad e innovación, para que se convierta en norma para todos y sustituya las divisiones que vemos hoy.
“Los líderes deben ser quienes impulsen la agenda del bienestar humano y la equidad”.Eghosa Oriaikhi Mabhena (Global Executive MBA ’13).
Eghosa Oriaikhi Mabhena habló sobre liderazgo sostenible en la conferencia anual Doing Good Doing Well que se celebró en marzo de 2021 bajo el lema “Rethinking Business in a Post-Pandemic World”. También habló en el Simposio anual celebrado por la unidad de coaching del IESE.