En los últimos años, se ha extendido el uso de la expresión C-Level para referirse a los ejecutivos de alto nivel que ocupan las máximas responsabilidades dentro de la empresa. En algunos casos, estos directivos senior forman parte del Consejo de Administración.
La C se refiere a Chief y el directivo C conocido por todos es el CEO (Chief Executive Officer), que en español corresponde al Consejero Delegado o Director General. Pero hay muchos otros directivos que están ocupando cargos con la tercera letra del alfabeto. ¿Cuáles son? En este artículo descubrirás quién es quién en el organigrama ejecutivo de las empresas y algunos los nuevos roles emergentes en el Consejo.
Los directivos C clásicos en el Consejo
El C-Level agrupa a los ejecutivos sobre los que descansa en último lugar la responsabilidad de las decisiones estratégicas de la compañía. Por ello, algunos directivos C-Level forman parte del consejo de administración.
Entre los C-Levels habituales en el consejo, figuran los siguientes:
CFO (Chief Financial Officer) o Director financiero
Se encarga de la planificación financiera, el seguimiento y control de costes, la gestión fiscal, así como otros aspectos que tienen que ver con la salud y las oportunidades de optimización financiera de la empresa. Suele tener a su cargo la administración, la gestión de riesgos y la auditoría. Apoya a la dirección en el análisis estratégico y en la definición de políticas de la empresa.
COO (Chief Operations Officer) o Director de operaciones
Es un directivo senior cuya responsabilidad es supervisar el día a día de las actividades y los aspectos administrativos de la empresa. Muchas veces esto incluye la dirección de recursos humanos, por ello en su función figuran áreas clave como el reclutamiento, la formación, la gestión de nóminas y los aspectos legales y administrativos. Sin embargo, este rol cambia mucho de una empresa a otra; en algunas es una función muy relacionada con la producción y la gestión de servicios (dirección de fábricas, logística u operación de oficinas o tiendas), de manera que la dirección de personas recae en otro directivo C-Level, llamado CHRO (Chief of Human Resources Officer).
En muchas empresas, el COO es considerado un director adjunto al CEO, lo que en la práctica lo convierte en el segundo ejecutivo en la cadena de mando.
CIO (Chief Information Officer) o Director de Tecnología o de Innovación
Aunque esta función de responsable de sistemas de información existe desde hace más de dos décadas, ha cobrado un papel muy importante en los últimos años de transformación digital. Sus funciones van más allá de la gestión de sistemas para incluir la estrategia de innovación y aspectos relacionados con la generación de valor como la obtención y gestión de datos fundamentales para el negocio. En algunos casos este directivo se llama ahora Chief Digital Officer o Chief Transformation Officer.
Los nuevos roles ejecutivos C-Level
Aunque los Consejos siguen priorizando los perfiles con experiencia en cuestiones financieras y aspectos administrativos de la empresa, cada vez más surgen nuevas necesidades y tendencias que están llevando a formar equipos de alta dirección más diversos y con nuevas competencias. Estos son los nuevos perfiles:
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Chief Digital Officer
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Chief Security Officer
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Chief Experience Officer
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Chief Marketing Officer
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Chief Communication Officer
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Chief Sustainability Officer
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Chief Wellbeing Officer
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Chief Happiness Officer
Entre las nuevas capacidades que se requieren en la alta dirección están todas las relacionadas con la transformación digital de las empresas y la necesidad de estar más centrados en el cliente. De ahí que en los últimos años hayan entrado ejecutivos chief con títulos tan variados como Chief Digital Officer (Director de Digital), Chief Security Officer (Director de seguridad, vinculado a la ciberseguridad) o Chief Experience Officer (Director de Experiencia de usuario).
Otra de las tendencias que marca la agenda de nombramientos es la necesidad de dirigir las estrategias de crecimiento y acceso al mercado, que lideran los Chief Marketing Officer (Director de Marketing), y la reputación de la empresa, que suelen asumir el Chief Communication Officer (Director de comunicación y relaciones institucionales). Este último se ocupa también de la gestión de los grupos de interés que rodean a la empresa.
La alta dirección de la empresa también se está adaptando a una serie demandas de la sociedad, mucho más consciente de la necesidad de preservar la sostenibilidad del Planeta y la calidad de vida de los empleados. En este sentido, empiezan a extenderse los Chief Sustainability Officers (Director de sostenibilidad) que van más allá del cumplimiento de las regulaciones que hasta hace poco manejaban los directores de operaciones o los departamentos de compliance, para plantear metas y estrategias que lleven a una mayor responsabilidad medioambiental y un mayor sentido de propósito para el negocio.
En algunos sectores, el cuidado del empleado y la preocupación por atraer talento de nueva generación -cuyos valores de relación profesional han cambiado-, ha dado lugar a nuevos puestos como el Chief Wellbeing Officer o el Chief Happiness Officer. Si bien no suelen sentarse en el consejo, el mero hecho de que existan en el organigrama de directivos senior, revela la importancia que tiene el factor humano en la dirección actual.
3 competencias para la alta dirección C-Level
Al margen de los cargos que ocupen, a los directivos C-Level de hoy se les exige que conozcan bien la realidad de sus organizaciones, de manera que sean capaces de liderar de forma transversal y conseguir los objetivos de la empresa en colaboración con distintos equipos.
En concreto, hay tres competencias que cada vez se requieren más en la alta dirección:
1. Agilidad organizativa
El mundo empresarial se ha hecho mucho más incierto y veloz. Se necesitan directivos transversales con sentido de la urgencia, capaces de tomar decisiones y de dirigir su implementación de forma ágil. Las nuevas metodologías de trabajo agile pueden ayudar, pero solo el papel del líder con una visión integral de la organización y para de “desenredar” la complejidad organizativa servirán para conseguir el éxito.
2. Capacidad de alinear
Por inercia, las organizaciones tienden a crear silos e impedir que los proyectos respondan a una estrategia global. En este punto, entra la habilidad del directivo para persuadir y alinear a los distintos equipos hacia metas más ambiciosas que las de un departamento o proyecto.
3. Centralidad del cliente
Por mucho que asciendan dentro del organigrama organizativo, los directivos no pueden perder el foco en el cliente. Esta tendencia obliga a los directivos senior a escuchar constantemente a los clientes y a cuestionarse la experiencia de usuario y su relación con la empresa.
Si eres un directivo C-Level o aspiras a serlo, no basta con tu conocimiento y experiencia en tu área. Tu rol ahora es salir de tu zona de control para liderar la organización hacia nuevos horizontes. Los programas para consejeros y directivos senior del IESE son el contexto ideal para desarrollar estas competencias junto a otros directivos senior. Conócelos.