Aunque todos pensamos que la creatividad es más importante que nunca en un mundo laboral en constante cambio, solo uno de cada cuatro empleados siente que está desarrollando su potencial creativo.
La teoría es fácil: la creatividad conduce a la innovación, lo cual es una ventaja competitiva para las empresas y un motor de prosperidad económica. Pero en la práctica de las organizaciones, las cosas no parecen tan fáciles.
Desbloquea la creatividad de tu empresa en 5 pasos
¿Cómo puedes cerrar esa brecha entre el potencial creativo y la realidad de la empresa? ¿Es posible conseguir que las personas a tu alrededor desarrollen todo su talento creativo? Tom Kelley, socio de la firma de diseño industrial IDEO, ofreció algunas pistas en la Global Alumni Reunion del IESE: «No tenemos que darle creatividad a nadie», dice Kelley. «Solo tenemos que desbloquearla. Está allí».
Paso 1: Desarrolla tu confianza creativa
La confianza creativa es una combinación de dos cosas: nuestra capacidad natural de proponer ideas y la valentía para actuar. La buena noticia es que, al menos para Kelley, todos nacemos creativos – de ahí la abundante creatividad de los niños.
Eso significa que el trabajo en sí consiste en recuperar tu creatividad innata y trabajar en el otro aspecto: la valentía.
Muchas personas creen que un ejecutivo de alto nivel se siente cómodo proponiendo ideas, pero hacer sugerencias inusuales y creativas es completamente diferente de resolver problemas de rutina. ¿A qué esperas a levantar la mano durante una reunión y proponer esa nueva idea?
Paso 2: Recuerda que todas las personas son creativas
No basta con que tú tengas un buen nivel de confianza creativa. Es importante crear un ambiente de trabajo receptivo a nuevas ideas, donde todos se sientan cómodos proponiendo soluciones que puedan ser compartidas por el resto del equipo.
Quizás tendrás que dar un giro a tu vocabulario. Lo que decimos y cómo lo decimos puede tener un profundo impacto en la cultura creativa. Cambia el «No puedo» y «No podemos» por «Cómo podríamos…»
Esto no tiene que implicar buscar fuera de tu empresa y atraer nuevos talentos creativos. A menudo, vale la pena el esfuerzo de elevar la creatividad de las personas que ya están, dado que aportan conocimiento institucional y experiencia. Rodéate de profesionales que tengan amplia y contrastada experiencia en lo suyo, al mismo tiempo que posean una vocación multidisciplinar, que disfruten trabajando en equipo y que crean siempre que lo imposible puede llegar a ocurrir.
Paso 3: La empatía enciende la chispa de la creatividad
No pienses solo en el producto o servicio de tu compañía. Piensa en todas y cada una de las personas que los usan. Mezcla tecnología y humanidad. Intenta encontrar aquella parte de la experiencia de tus clientes con tu empresa que sea más complicada de lo que debe ser, y busca maneras de simplificarla. Pregúntate: ¿qué necesita realmente la gente? Para responder tendrás que poner en práctica el proceso creativo que lleva a satisfacer esa necesidad.
Ten en cuenta que el diseño no es innovación. El diseño es el proceso y la innovación es el resultado. Somos creativos cuando buscamos soluciones a los problemas que se generan, pero somos innovadores cuando los productos, servicios o procedimientos que hemos puesto en marcha son realmente útiles y, al mismo tiempo, generan valor para la empresa.
No temas cuestionarte por qué tú y tu empresa hacéis las cosas de la manera en que las hacéis. Si la respuesta es “porque siempre lo hemos hecho así”, quizás no sea una respuesta lo suficientemente buena.
Paso 4: Experimenta a menudo y ampliamente
La prueba y el error son cruciales para la innovación. Tienes que empezar sabiendo que no todas las propuestas están destinadas al éxito, pero también que los errores no tienen por qué ser sinónimos de fracaso. Una de las creencias más arraigada en la cultura popular es aquella que sostiene que los genios creativos fallan muy pocas veces. Sin embargo, no es así. Inventores históricos como Thomas Edison, Alexander Graham Bell y Henry Ford erraron en multitud de ocasiones, pero no permitieron que eso les detuviera. Edison dijo: «No he fallado. Simplemente he encontrado 10.000 formas que nunca funcionarán». A la larga, las ideas geniales de ciertos hombres no surgen porque tienen éxito más frecuentemente que los demás, sino porque hacen más intentos. Es decir, están dispuestos a fracasar más veces hasta alcanzar la meta.
Pierde el miedo al fracaso y persevera.
Paso 5: Vende tu idea con una buena historia
El storytelling ha demostrado ser una valiosísima herramienta de comunicación. Por eso es muy importante, en el proceso creativo, usar el poder de la narrativa para asegurarte una buena acogida de las ideas cuando éstas adquieren cuerpo y son lanzadas al mercado.
Desde tiempos inmemoriales, los profesionales del marketing han entendido cómo un buen mensaje contribuye al éxito de un producto o una marca y que una comunicación pésima puede dar al traste con una idea realmente innovadora. «Si tienes los datos correctos, la tecnología correcta y la historia correcta, puedes construir una empresa valiosa», dice Kelley.
Además, es muy importante cultivar la creatividad. Sobre todo porque con los años, con la vida adulta perdemos esa chispa de curiosidad que de niño es el motor de la creatividad. De niños tenemos un potencial de genialidad creativa inmensa, del 98%. ¿Y si podemos recuperarlo? Como decía Kelley, todos somos creativos, pero hay formas de despertarla y sobretodo fomentar que a la hora de acometer tareas creativas, de innovación, de solventar problemas, nuestro imaginario y forma de pensar nos facilite esa tarea y seamos personas conscientes del poder de nuestra creatividad. Ayudar a que seas más creativo se puede fácilmente fomentar de distintas maneras:
- Tener muchas referencias culturales. Lee, mira buen cine (y series), ve a exposiciones… todo esto nutrirá tu imaginario cultural y tendrás recursos literarios, recursos y referencias con tu propio sello. Porque crear es reinventar lo que hemos vivido, visto, aprendido. Plataformas como CaixaForum+ puede aportar mucha cultura a tu imaginario.
- Viaja todo lo que puedas. Ir a la aventura, salir de tu zona de confort, sorprenderte descubriendo nuevos lugares ya ti mismo. A destinos lejanos y exóticos como Nueva Zelanda, Malasia, pero también te puede inspirar una escapada cercana llena de cultura, arquitectura, historia, naturaleza y fauna, arte, gastronomía como el País Vasco o Navarra.
- Haz deporte. Hacer deporte activa las funciones ejecutivas de nuestro cerebro que ayudan a generar ideas y esas ideas traen a su vez más ideas.
- Toca algún instrumento. Canta, compón alguna canción. No hay límites en la música, igual que en tu imaginación y en las maneras en las que puedes proponer una solución a un problema.
- Medita, haz pausas, respira. Deja la mente en blanco, 12 minutos de meditación diaria pueden multiplicar exponencialmente tu creatividad. La gente creativa necesita pausas, periodos de descanso mental para reimpulsar la efectividad creativa.
Como dice Kelley, la creatividad se potencia cuando se trabaja en equipo y se favorece el debate de ideas. Algo que en el IESE se hace en todos los programas de formación de directivo. Además, en el portafolio del programas enfocados puedes encontrar dos programas cortos especialmente dedicados a la innovación. Gracias a la metodología del caso y otras formas de aprendizaje activo ayudan a reforzar la confianza de los directivos y desarrollar las competencias necesarias para ser más creativos y eficaces.
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