Carlos Uraga, consejero delegado y cofundador de Nantek, participó en el I Foro de Inversión Sostenible de IESE Business Angels Network, ganando el Premio a la Sostenibilidad GFT Banco Sabadell por el plan de su empresa para convertir los residuos plásticos en combustible y otros productos.
Pocas cosas son tan paradigmáticas de la destrucción ambiental de los últimos 50 años como las botellas y bolsas de plástico de un solo uso que llenan los ríos y mares del planeta. Ahora bien, para Carlos Uraga, un ingeniero de diseño industrial convertido en emprendedor en serie, “el problema no es el plástico. El problema es el residuo plástico mal gestionado”.
En casi todos los sectores, el uso de plástico está creciendo, acelerado en parte por la pandemia del coronavirus. Los objetos de un solo uso se han considerado más seguros. Por su ligereza, propiedades higiénicas, durabilidad y versatilidad, el uso del plástico está muy arraigado.
Uraga estaba decidido a hacer algo al respecto. Es ingeniero de diseño industrial, y ya había fundado una empresa de robótica y una escuela de inglés. “Mi familia comenta que desde que era pequeño decía que no iba a trabajar para otra persona”, apunta. Prefiere la libertad de crear nuevos proyectos y explorar sus propios límites.
“Siempre hay que empezar con la determinación de hacer algo”, explica. A partir de ahí, esbozó un plan. Al igual que con cualquier esfuerzo empresarial, cometió algunos errores en el camino hacia la ejecución. “Al principio, es lo normal”, aclara, “pero luego aprendes a idear un plan mejor”.
Una fórmula ganadora
El resultado es Nantek, que, en base a la investigación de Uraga sobre nanomateriales y agentes reactivos, ha desarrollado un proceso para convertir los desechos plásticos en combustibles, petroquímicos y otros productos.
Nantek fue una de las ocho startups elegidas para participar en el I Foro de Inversión Sostenible de Business Angels del IESE, en el que varios emprendedores presentaron sus proyectos: desde aerogeneradores marinos flotantes y aparcamientos de bicicletas eléctricas, hasta software para medir la huella de carbono de las empresas. Nantek ganó el Banco Sabadell Sustainability Award. Se la eligió por unanimidad porque los jueces vieron el impacto potencial que podría tener en el problema de los residuos plásticos, un problema que se parece irresoluble.
“La determinación, el esfuerzo y la perseverancia son cualidades indispensables en un emprendedor”.
En la actualidad, menos del 20% del plástico se recicla y el resto se vierte en vertederos o se quema en incineradores, ambos muy contaminantes. Una de las ventajas de Nantek es que puede aceptar todo tipo de plásticos mezclados, sin necesidad de clasificarlos o separarlos por tipo o nivel de degradación. Los reactores Nantek rompen los enlaces de carbono de los plásticos, produciendo nuevos compuestos y elementos como hidrógeno, parafina, queroseno o combustibles sintéticos.
Para poner a prueba el mercado, Nantek realizó ensayos industriales, enviando muestras de sus productos a los principales productores de combustibles de España. “Hace cuatro o cinco años, esas empresas no se habrían interesado porque se centraban en los combustibles fósiles”, dice Uraga. Pero con las nuevas regulaciones de la UE, que exigen que una parte de su cartera de producción provenga de combustibles de segunda generación, “ahora sí que se interesan”.
Con el Pacto Verde de la UE, todas las industrias buscan alejarse de los combustibles fósiles para reducir las emisiones: más buenas noticias para Nantek. Aunque sus clientes naturales son empresas de energía y transporte, su tecnología también tiene aplicaciones para otras industrias.
Nantek busca una financiación de 1,9 millones de euros para completar su primera planta piloto con un reactor de escala industrial en el País Vasco. Espera estar operativa a principios de 2022. Su primera planta completa, que tendría 13 reactores, contará con capacidad para procesar alrededor de 20.000 toneladas de plástico al año. Una vez que esté en funcionamiento, a Nantek le gustaría construir más en España y en el mundo.
Lograrlo requerirá determinación, esfuerzo y, sobre todo, perseverancia. Según Uraga, son cualidades indispensables para un emprendedor. “La diferencia entre un emprendedor exitoso y uno que no lo es está en que el primero, simplemente, lo ha intentado más veces”.
Afortunadamente para Uraga, alguien le dijo una vez que tenía esas cualidades, además valentía. También pone su corazón en todo lo que hace. “Para mí, esa es una buena manera de definir lo que se necesita para avanzar en un proyecto y en muchas otras facetas de la vida”.