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Aprovechando la oportunidad que otras generaciones no tuvieron. Camila Escalante. Historias de éxito

Beneficiaria de una Beca Forté para mujeres con un liderazgo ejemplar y una Beca Excelencia a los candidatos con mejores resultados en el proceso de aplicación, ambas del IESE. Candidata al Master in Business Administration (MBA) del IESE ‘25.

Camila Escalante nació seis años después de que su madre, Luciana D’Angelo, levantara de la nada la empresa de derivados lácteos Delice, en 1990. Hoy, la firma cuenta con más de 150 empleados y lidera la producción y exportación de queso crema en Perú. Pese a que creció de la mano de su madre y de la empresa familiar, Escalante orientó su primera incursión laboral hacia las finanzas corporativas. “Delice era una empresa pequeña, manejada de una manera artesanal. No me veía por ese camino”, admite. Tras licenciarse en Economía por la Universidad del Pacífico en Lima, entró a trabajar en Ataria, el primer fondo de capital riesgo que operó en Perú, en un equipo de gestión de apenas cinco personas (solo dos de ellas mujeres). Aquella experiencia le permitió bregarse en el capital riesgo.

Un triple tsunami

Hasta que llegó la pandemia, período que define como un “triple tsunami”. No en vano, a la parálisis, las restricciones y los confinamientos provocados por la COVID-19, se sumaron las dificultades en las operaciones empresariales y la cadena de aprovisionamiento. Por si eso no fuera suficiente caos, los conflictos políticos y sociales que estallaron en Perú complicaron aún más la recogida y el transporte de leche fresca, la materia prima de Delice. Escalante no dudó en echar una mano a su madre, para ella un referente en esfuerzo y resiliencia. Se involucró en el negocio desde el área de compras.

Pasó a encargarse del aprovisionamiento diario de unos 50.000 litros de leche fresca para abastecer la cadena de producción: “Ahí realmente entendí cómo se relacionan entre sí las distintas áreas de un negocio. Había estudiado economía y era muy buena en números y finanzas, pero nunca había visto funcionar un negocio en la vida real”, reconoce.

Hoy puede decir orgullosa que ha contribuido al crecimiento de Delice con la introducción de una nueva receta que reducirá los costes en un 7%, la adaptación de más de una decena de referencias para hacerlas más saludables o la implementación de un programa de retribución variable para aumentar la motivación de miembros clave de su equipo.

Durante su etapa en Delice vio claro la importancia de cursar un MBA en el extranjero para ampliar sus capacidades de gestión y adquirir una visión global sobre el funcionamiento de la empresa. Ahora, ya sí, veía su futuro profesional vinculado al de Delice, al menos a medio o largo plazo.

Crédito: Roger Rovira

Una oportunidad inédita

¿Ponía rumbo a Estados Unidos o a Europa? Se decantó por el Viejo Continente, atraída por su diversidad cultural y de nacionalidades. “También pesó que en el IESE hubiera una comunidad importante de alumnos latinos”, reconoce. Afinidades aparte, a Escalante le interesa tejer una buena red de contactos para consolidar y ampliar la presencia de la compañía en otros mercados de Latinoamérica. El enfoque del IESE en las personas acabó de convencerla: “Es algo que se respira en el ambiente”, asegura.

Escalante se siente orgullosa de ser la primera mujer en su familia en cursar un MBA, además de afortunada y agradecida por ser una de las becadas de la Fundación Internacional IESE. Siente que forma parte de una de las primeras generaciones de mujeres en su país que puede disfrutar de esta oportunidad.

Describe su experiencia en el campus de Barcelona como “una lluvia constante de estímulos”; aprendizajes que traslada a Delice en cada reunión que sigue desde la distancia. Además, se ha implicado en varios clubs de alumnos –Family Business, Salud mental y bienestar y Women in business– y saca tiempo para visitar fábricas de proveedores o asistir a ferias europeas del sector lácteo.

Escalar con misión social

Desde 2020, la empresa ha triplicado las ventas, ha aumentado sus líneas de producto y ha iniciado exportaciones a Colombia (solo vendía a Chile). Su compromiso con la sostenibilidad pasa por avanzar en el uso de envases ecosostenibles y monomateriales, que facilitan el reciclaje, y por establecer una relación a largo plazo con los proveedores: “Cuando nosotros crecemos, ellos crecen con nosotros”, sostiene. Escalante se ha propuesto llevar la empresa familiar a otro nivel: “Quiero hacerla crecer pensando en cómo afectará cada paso que damos en los demás: comunidad, trabajadores, consumidores… Al final, todo gira en torno a las personas”, concluye.

 

Si quieres apoyar a futuros líderes comprometidos que generen oportunidades de empleo y fomenten el crecimiento económico sostenible con impacto positivo en sus comunidades, haz una donación: IESE Scholarship Fund

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