Ya sabemos que los altos directivos (CEO, CMO, CIO, CFO) que quieren ser líderes tienen que contar, como mínimo, con una mentalidad ágil, una sólida comprensión del negocio y una contundente capacidad para inspirar y movilizar a sus equipos alrededor de objetivos comunes.
Sin embargo, esas cualidades, aunque siguen siendo fundamentales, ya no bastan en los tiempos que vivimos. Y por ello, debes preguntarte cuáles son las nuevas características que exige un liderazgo eficaz en un contexto de constante cambio y qué prácticas debes abrazar como alto directivo.
Profesores del IESE y prestigiosos analistas han identificado qué características –algunas clásicas y otras más novedosas – necesita el CEO ideal.
Las 10 principales cualidades, fortalezas y habilidades de un director general o directivo C-level
1. Fortaleza, integrador e inspirador
Capaz de motivar, inspirar y alinear a todo el equipo hacia un objetivo compartido.
Un elemento clave de esto es tener Inteligencia Emocional (IE), que supone, primero, la capacidad de empatizar con otros y apreciar su situación emocional, y segundo, reconocer, entender y gestionar eficazmente tus propios estados de ánimo. Más allá de esta definición de manual, la máxima que mejor resume la esencia de la IE es la siguiente: “People join companies; people leave bosses” (“La gente se enamora de las empresas, pero las deja por sus jefes”).
Aunque se le considera a menudo una ‘habilidad blanda’, y por lo tanto menos crítica que la capacidad técnica o los resultados que pueden medirse financieramente, la IE es fundamental para los líderes que aspiran unir, motivar y alinear a los demás en torno a un objetivo común.
2. Con visión estratégica
A medio-largo plazo. Requiere una mezcla de prudencia, equilibrio y sentido práctico.
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3. Flexible y capaz de gestionar el cambio
Con el efecto poscovid, la posibilidad de quedarse en la zona de confort ha dejado de ser una opción.
4. Con valores
Solidaridad, cercanía, humildad, optimismo y valentía han aflorado en la sociedad y las empresas. Un directivo necesita liderar con el ejemplo.
La pandemia ha traído la incertidumbre a nuestras vida y, con ella, la convicción de que nadie tiene todas las respuestas. Se necesitan, por lo tanto, líderes humildes y que sepan escuchar y apreciar las voces discordantes.
Y la humildad, por cierto, no tiene nada que ver con ser pasivo o sumiso, sino, según Edward D. Hess, profesor de la escuela de negocios Darden de la Universidad de Virginia, “con dominar el amor propio y ser capaz de conectar con otros de forma creativa. (…) Eso te ayudará a mantener la mente abierta, en parte porque te permitirá obtener nueva información sin reaccionar con temor o a la defensiva”.
El profesor del IESE Sebastian Reiche está de acuerdo. Según él, “los estudios avalan el concepto de humildad positiva, vinculándolo con la curiosidad intelectual y la disposición a aprender e incluso a que los demás te enseñen”.
5. Resiliente
Capaz de gestionar la adversidad, que se vence al poner el foco en lo que se tiene y lo que se puede hacer.
6. Innovador
Antes de la pandemia ya se atraviesa un momento de profundo cambio, pero ésta lo ha acelerado.
7. Con un buen proceso de toma de decisiones
Debe saber cómo determinar qué datos son apropiados para la naturaleza de la decisión que se haya de adoptar.
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8. Eficiente y orientado a resultados
Puesto que el entorno es cada vez más competitivo.
9. Colaborador
Necesita trabajar en equipo y humanizar la empresa.
El liderazgo global se ha asociado a menudo con la imagen de un héroe solitario animando a las tropas y capitaneándolas hasta la batalla, pero, como destaca el profesor Sebastian Reiche, la pandemia ha puesto patas arriba esa visión.
Según él, “el liderazgo que triunfa es el resultado de un esfuerzo colectivo y colaborativo, de modo que el concepto presupone, más que a un héroe solitario con superpoderes, a algo parecido a Batman” — un personaje que no podía ni volar, ni fulminar a nadie con su mirada láser ni desplazarse a la velocidad de la luz, pero que era lo suficientemente listo como para rodearse, sin que fuera un problema, de otros que sí podían.
“La crisis pandémica ilustra perfectamente la necesidad de cooperación”.Sebastian Reiche, profesor del IESE
Es decir, apunta, “ningún líder puede luchar contra ella en solitario sin el esfuerzo colectivo que supone que todos respetemos la distancia social, llevemos mascarilla, tomemos decisiones responsables, desarrollemos tratamientos para mitigarla, salvemos los pequeños negocios y nos adaptemos a la transformación digital”.
10. Comunicador
Que sepa escuchar. No solo debe tener claros sus objetivos y valores, sino que debe transmitirlos.
La pandemia nos ha enseñado que no todos reaccionamos igual ante el riesgo y la incertidumbre. Ese es el motivo por el que, como alto directivo, tienes que comunicarte con claridad y empatía y crear foros no solo para hablar y preguntar a tu equipo, sino también para escuchar lo que tienen que decirte.
Así, el profesor del IESE Yago de la Cierva matiza que, en cuestiones de comunicación, es mejor pecar por exceso que por defecto: “El silencio nunca da buen resultado. No te agobies por reconocer que no sabes algo. Incluso si piensas que lo has contado todo, sigue insistiendo. La transparencia es la única estrategia que funciona”.
IESE garantiza la formación continua de directivos como tú con programas para CEOs, consejeros y altos directivos como el PADE y el Global CEO Program.