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Tu empresa también puede crecer con la ayuda de una start-up
La profesora Julia Prats dirige una guía para impulsar la innovación compartida
9 de febrero de 2017
Aunque parecen antagonistas, las grandes corporaciones y las start-ups están empezando a aliarse para desarrollar y comercializar innovaciones de productos, servicios, tecnologías o modelos de negocio. Es lo que se conoce como corporate venturing, un término que engloba las distintas fórmulas de cooperación entre empresas establecidas y start-ups para alcanzar un crecimiento sostenible a través de la innovación.
Grandes compañías como BMW, Google, Unilever, Telefónica o Accenture ya han suscrito este tipo de relaciones win-win. Así lo explica informe Corporate Venturing: Achieving Profitable Growth Through Start-ups publicado por mVenturesBcn, y dirigido por Julia Prats, profesora de Iniciativa Emprendedora del IESE y titular de la Cátedra Fundación Bertrán de Iniciativa Empresarial.
Concebido como una guía práctica para la colaboración entre corporaciones y start-ups, este trabajo apunta los tres pasos a seguir para llevar el corporate venturing a buen puerto: 1) fijar los objetivos; 2) escoger la fórmula de colaboración que más se adecua a sus objetivos, y 3) definir la estrategia organizativa y la dotación de recursos necesarios.
La cuestión no es si captar innovación o no, sino cómo hacerlo, apuntan los autores.
10 formas de colaboración
El abanico de opciones del corporate venturing es muy amplio. Estas son las diez fórmulas más habituales:
- Recursos compartidos. Una forma de garantizar el acceso de las start-ups a los recursos que necesitan y de las corporaciones establecidas al ecosistema emprendedor.
- Competición. Concurso centrado en un tema específico que ofrece a los innovadores incentivos para presentar sus mejores ideas.
- Hackathon. Taller que reúne a especialistas informáticos para hallar soluciones a un reto tecnológico de una o varias empresas.
- Scouting. La empresa establecida encarga a un experto de su sector la búsqueda de oportunidades de innovación acordes con su estrategia.
- Alianza estratégica entre una empresa establecida y una start-up. Puede adoptar muchas formas, como el codesarrollo de productos y servicios.
- Incubadora. Procura mentoría y otros servicios de valor añadido para que los emprendedores puedan desarrollar ideas de negocio viables. Normalmente se centra en la fase inicial, materializando las ideas de los emprendedores en modelos de negocio.
- Aceleradora. Ofrece apoyo a corto o medio plazo a emprendedores mediante formación, mentoría, espacio para trabajar y otros recursos. Normalmente su labor consiste en dar impulso a modelos de negocio ya definidos, que debe validar y hacer despegar.
- Excubadora. Esta combinación de incubadora y aceleradora funciona en la práctica como un generador de negocios externo. Las corporaciones pueden pedir a los emprendedores que les ayuden a solucionar problemas concretos, lo que da lugar a start-ups.
- Capital riesgo. Las empresas entran directamente en el accionariado de las start-ups que consideran de interés estratégico.
- Programa de adquisiciones. Permite a una empresa establecida comprar start-ups para acceder a sus productos.
Tendiendo puentes
Estas formas de colaboración ponen de manifiesto las fortalezas y debilidades de emprendedores y grandes empresas. Las corporaciones tienen el músculo financiero, los recursos técnicos y humanos y la demanda potencial que toda innovación necesita para convertirse en una realidad de mercado. Sin embargo, a menudo carecen de la agilidad, la actitud emprendedora y la mentalidad transgresora que caracteriza a las innovaciones más disruptivas.
Esas cualidades, en cambio, abundan en el ecosistema emprendedor: allí hay ideas, talento, disposición a asumir riesgos. Pero necesitan padrinos que inviertan en sus proyectos, bancos de pruebas para sus desarrollos e ingresos para subsistir durante las primeras etapas.
Era cuestión de tiempo que las necesidades de unos y otros se acabaran encontrando.
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