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“Es muy difícil sorprender a la gente en el sector alimentario“
El Encuentro de Alimentación y Bebidas analiza cómo la innovación se combina con el precio, el crecimiento y los consumidores sofisticados
Yolanda Cerdà, Manuel González Guzmán, Begonya Mèlich y el prof. Eduard Calvo en uno de los paneles del evento.
Foto: Jordi Tarrés
11 de junio de 2019
Códigos QR, los probióticos e incertidumbre política. Así de variado es el panorama actual de la alimentación y bebidas en Europa, todo un desafío para los innovadores del sector.
“Es muy difícil sorprender a la gente en el sector alimentario, ya que se trata de un mercado muy maduro”, señaló Yolanda Cerdà, directora del Observatorio de Innovación en Gran Consumo del Institut Cerdà y uno de los muchos expertos que acudieron el pasado 6 de junio al campus del IESE en Barcelona para debatir sobre nutrición, sostenibilidad y regulación de la UE.
Englobados bajo el lema “Feeding The Future”, la innovación y las tendencias del sector fueron los temas recurrentes del encuentro, organizado, como cada año, por el IESE en colaboración con Deloitte.
Según Mella Frewen, directora general de FoodDrinkEurope, la demanda del consumidor se puede resumir en “lo queremos todo ya y barato”. Y es que hay muchas tendencias, desde los alimentos halal a los productos sin lactosa, pero lo que realmente determina la elección del consumidor es el precio.
Satisfacer esa demanda de precios bajos y al mismo tiempo garantizar la ética no es fácil. Como reconoció Cerdà, “tener las dos cosas, una cadena de suministro ética y precios bajos, exige una gran colaboración”.
Crecimiento en plantas y probióticos
Para Manuel Esteban González Guzmán, fundador y CEO de The Global Riff, los alimentos de origen vegetal son una de las grandes tendencias. Este negocio, aseguró, “crece tres veces más que la industria cárnica y alcanzará muy pronto los 35.000 millones de dólares”.
Por ejemplo, el consumo de probióticos aumenta a un ritmo anual del 10% y “no tardará en situarse entre los 12.000 y los 25.000 millones de dólares”. Por eso, recomendó, “conviene invertir en los negocios que siguen esa curva de la demanda”.
El uso de los códigos QR también se abordó ampliamente en el contexto de las compras en Internet, además de otra de las grandes tendencias: la trazabilidad. Los consumidores quieren saber el lugar de procedencia de los alimentos, sobre todo en el caso de especies en peligro, apuntó Begonya Mèlich, responsable de control de calidad, I+D y medio ambiente en el grupo Balfego, que perfecciona la trazabilidad del atún rojo que se pesca en la localidad catalana de L’Ametlla de Mar.
Invertir en innovación
Respecto a la inversión del sector, Guzmán insistió en que el motor de la innovación son las personas. Aunque es necesario valorar diversos parámetros, desde la estrategia comercial hasta los prototipos, por encima de todo se invierte en personas. Y eso ocurre especialmente en las startups, cuyas cifras, predijo, van a cambiar radicalmente en apenas un año.
La innovación plantea muchos retos al sector, pero es esencial para su crecimiento. En Europa el sector está creciendo y lo hace en gran medida, según Frewen, gracias a la innovación y a las exportaciones, que han arrojado un superávit de 30.100 millones de euros.
La innovación, además, tiene otros efectos positivos: desde la creación de alimentos personalizados para la tercera edad hasta la lucha contra la obesidad y otras enfermedades, como las cardiacas, o la reducción de envases de plástico sin menoscabo de la seguridad alimentaria.
Tendencias más allá de la demanda
Además de la innovación, la industria está muy preocupada por factores globales como el cambio climático y las disputas comerciales.
Frewen advirtió de que el sector de la alimentación va a ser una de las primeras víctimas del cambio climático. “La sequía, las lluvias torrenciales y el aumento de las temperaturas afectan al suministro de materias primas”, explicó.
Por su parte, el proteccionismo también está afectando al sector. Para muestra, la pasta. Italia obliga ahora a indicar el origen de la materia prima en las etiquetas de la pasta para proteger su trigo frente a las importaciones canadienses.
El Brexit, cómo no, también salió a colación. Su desenlace está tardando tanto que ya se considera una tendencia. Los expertos estuvieron de acuerdo en que el Brexit, siendo tan impredecible, tiene el potencial de ser altamente disruptivo para las importaciones y las exportaciones en el Reino Unido.
A nivel geopolítico, la tensión entre los Estados Unidos y China puede tener más consecuencias para Europa de lo que pensamos. En opinión de Frewen, “Europa podría acabar llevándose la peor parte de una guerra comercial”.