Noticias
Siete riesgos para la transición energética
La tercera jornada Energy Prospectives explora en Madrid por qué puede fracasar la estrategia europea de descarbonización
Andris Piebalgs, el prof. Juan Luis López Cardenete y Jorge Padilla debaten durante su sesión en el campus de Madrid.
Foto: Javier Arias.
16 de octubre de 2019
La hoja de ruta comunitaria de transición hacia un mundo descarbonizado puede naufragar por culpa de siete desafíos.
La tercera jornada Energy Prospectives de este año, organizada en el campus del IESE en Madrid con la Fundación Naturgy, se celebró el 15 de octubre con las ponencias del académico Andris Piebalgs, ex comisario de Energía de la Unión Europea (2004-2009), y el profesor y consultor Jorge Padilla, Head of Compass Lexecon Europe. El profesor del IESE Juan Luis López Cardenete moderó una jornada que contó además con altos directivos y reguladores.
Los ponentes dejaron entrever las siete fisuras del camino que ha emprendido la UE hacia un mundo regido por las energías renovables:
- Cuidado con el narcisismo. Piebalgs recordó que la lucha contra el cambio climático exige que el Viejo Continente busque alianzas con otros países. Al fin y al cabo, esto es un problema global que Bruselas, por mucho que se empeñe en acelerar la descarbonización, no va a poder resolver sola. La UE genera únicamente el 10% de las emisiones mundiales de CO2.
- Debilidad geopolítica. Piebalgs mostró que, en este período de transición, “China se ha hecho con el liderazgo mundial en energías renovables frente a Europa, Estados Unidos cuenta con unas enormes reservas de gas y Rusia se confirma como uno de los grandes proveedores europeos de gas”.
- Ahora empieza lo duro. La reducción de emisiones en Europa, según Piebalgs, se ha centrado hasta la fecha “en los objetivos más fáciles de alcanzar”. Esto incluye, dijo el experto, la estrategia 20/20/20, que implicaba reducir las emisiones en un 20%, ahorrar el 20% en consumo de energía o promover las renovables hasta que representasen el 20% del consumo energético. Aun así, los resultados en reducción de emisiones de los vehículos de pasajeros, la aviación internacional o la eficiencia energética “han sido decepcionantes”, afirmó.
- Decisión diabólica. Para Padilla, “con las políticas actuales es imposible garantizar la seguridad del suministro, liberalizar el mercado y conseguir los objetivos de transición energética al mismo tiempo”. ¿Qué hay que hacer? El experto recomendó “no confundir las señales de precios de la escasez con las derivadas del poder de algunas empresas en el mercado, contemplar no solo el precio de la energía en nuestras políticas sino también el de la capacidad y comprometernos a largo plazo con la regulación y el modelo energético que adoptemos”.
- La desconfianza alemana. Padilla advirtió que “Alemania apuesta para la política energética europea por un instrumento que ya se ha demostrado ineficaz – los llamados ‘energy-only markets’ –, porque le da miedo acabar pagando las facturas de otros países si se produce una mayor integración”. Todo esto puede llevar a la UE a tomar unas decisiones muy equivocadas que no le permitan conseguir sus objetivos en la lucha contra el calentamiento global.
- El impuesto sobre el CO2, paralizado. Aunque Padilla y Piebalgs coincidieron en que sería deseable aplicar esta tasa en la transición energética, ambos reconocieron que, si bien había dejado de ser un tabú debatirla en público, su aplicación no se preveía a corto plazo.
- Los votantes no piensan en el futuro. Padilla aseguró que uno de los principales obstáculos a los que se enfrenta la UE en su transición energética es que el envejecimiento de la población limita cualquier ambición a largo plazo. Las pensiones o el retorno del ahorro son “mucho más importantes para los votantes medianos españoles y alemanes que cualquier lucha contra el cambio climático”.