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“Los trenes nunca pasan una sola vez”
Jordi Mercader, del Grupo Miquel y Costas, en la graduación del Executive MBA 2016
“Tenéis la capacidad para intentar mejorar el mundo. Tenéis la fuerza de la juventud, la vitalidad nueva que da el conocimiento, las palancas tecnológicas necesarias y, sobre todo, tenéis tiempo. No creáis nunca aquello de que los trenes sólo pasan una vez. Van pasando, y lo que hay que intentar evitar es coger el equivocado”.
Estas fueron las palabras que Jordi Mercader Miró (MBA ‘69), presidente del Grupo Miquel y Costas –una empresa familiar con dos siglos de historia–, dirigió a los alumnos del Executive MBA (EMBA) durante la ceremonia de graduación de la promoción 2016 celebrada recientemente en Barcelona.
Artífice de la reestructuración del sector empresarial estatal en España en los años 80 y de la primera privatización del Instituto Nacional de Industria, Mercader alentó a los 116 alumnos que este año finalizan el EMBA, a continuar con ilusión el proyecto personal que iniciaron hace dos años en el IESE.
“Nuestro papel se basa en crear valor para los demás, no a su costa. Somos creadores, no simplemente administradores de recursos. Pretendemos aportar valor nuevo y neto a la sociedad, no consumirlo”, apuntó Mercader.
Objetivo: mejorar el mundo
La tarea no es fácil. En un mundo en constante transformación, “la regulación juega y jugará un papel creciente”, afirmó el presidente de Miquel y Costas.
Según Mercader, las regulaciones, entendidas como elementos de protección hacia los demás –e incluso de autoprotección–, “pueden enriquecer la gestión y ayudar a transmitir valores sin caer en la ingenuidad o en el buenismo”. Así, instó a los recién graduados a utilizarlas. “Si aprovecháis el fondo, podéis mejorar las actuaciones, evitar riesgos, debates estériles y pérdidas de tiempo”.
Eso sí, sin olvidar la trasparencia, el gobierno corporativo, la fiscalidad o la sostenibilidad, que “pertenecen más al terreno de las convicciones que al de las normas”.
A caballo entre emoción y convicción
Mercader ensalzó en su discurso la importancia de los valores, algo que está en el ADN del IESE, cuya misión es formar a directivos para que tengan un impacto positivo y duradero en la sociedad.
“La globalización de la sociedad y la de sus individuos nos obliga a recuperar valores como la solidaridad, el fortalecimiento de la profesionalidad y la formación, la igualdad de género y la valoración de lo social más allá de la preeminencia del poder económico o político. Y, sobre todo, la honestidad, el rigor y la bondad”, dijo el presidente de Miquel y Costas.
Los directivos tienen que transitar entre las emociones y las convicciones. “Las emociones, a veces, hay que sacrificarlas. Las convicciones no se pueden traicionar. Son la ‘clave de bóveda’ que sostendrá el arco vital que el tiempo va cargando. Hoy, vosotros iniciáis un nuevo periodo con un arco reforzado y dispuestos a cargarlo”, recordó a los recién graduados del EMBA.
Pero la teoría es muy fácil. “La dificultad reside en ‘cómo hacerlo’ y este ‘cómo’ es vuestro. Es vuestro reto personal y colectivo. Un reto cuyo resultado veréis y viviréis”, remarcó Mercader. “¡Vienen vientos de cambio todavía más potentes que los que estamos viviendo! Una gran ocasión para los que tendréis que gestionarlos”.
Sin prisa, pero sin pausa
En el cambiante contexto actual no cabe la cobardía ni la complacencia. Los nuevos graduados del EMBA lo saben bien. Isaac Cabezas (EMBA ’16), presidente de la clase de 2016, recordó: “Hemos trabajado duro para maximizar nuestro desarrollo profesional y personal, pero el camino no termina aquí. Como antiguos alumnos del IESE tenemos la responsabilidad de contribuir a la sociedad, con diligencia y comprensión, con rectitud y justicia, con excelencia y, sobre todo, con pasión y espíritu de servicio”.
En este punto, Mercader les recordó que la prisa no es buena compañera. “Llevada al límite, esta puede conducir a la audacia e incluso a la osadía. Por mi experiencia os diría que cierta audacia puede abrir oportunidades, pero no conozco osadías satisfactorias a medio plazo”, advirtió.
Excelencia y espíritu de servicio, pilares del liderazgo
“Habéis trabajado con intensidad, os habéis volcado en este proyecto exigente y lo habéis hecho en equipo, con compañeros excepcionales y con el espíritu y los valores que constituyen la seña de identidad del IESE”, afirmó el director general de la escuela, Jordi Canals.
Para Canals, a partir de ahora la nueva promoción deberá tener presente “el sentido de misión en la empresa, que no solo refuerza nuestra reputación, sino que nos hace más humanos, auténticos y capaces de servir a otros”.
“El liderazgo exige ser magnánimos en nuestras ambiciones y humildes para reconocer nuestras debilidades y errores. Obliga a contemplar el éxito como el resultado de un trabajo perseverante en equipo, no como el producto natural de nuestro esfuerzo individual”, concluyó Canals.