Noticias
Lecciones de los emprendedores de Silicon Valley
Claves para moverse en la tierra de las oportunidades
10 de octubre de 2014
A los ojos del mundo, Silicon Valley se ha convertido en el paraíso de las start-ups y en el polo de atracción para todos esos jóvenes emprendedores que sueñan con convertir su idea de negocio en una gran empresa. Pero, ¿qué hay de cierto en esa imagen? ¿Por qué es distinto emprender allí que hacerlo en cualquier otra parte del mundo?
Dos emprendedores que decidieron probar suerte en el Valle del Silicio compartieron su experiencia con el profesor del IESE y director de Finaves, Albert Fernández Terricabras, en una sesión de continuidad de antiguos alumnos.
El hombre del millón de dólares
Luca Carlucci (MBA ‘12), CEO de BidAway, fundó su empresa junto con otros dos emprendedores del IESE. Al cabo de poco, consiguieron encontrar inversores en España para financiar su empresa, una plataforma de subastas. En esta, los usuarios pueden pujar, a partir de un euro, por experiencias únicas y de alto nivel, ya sean estancias en hoteles de cuatro y cinco estrellas, viajes o paquetes vacacionales y de ocio.
Hace un año, Luca decidió viajar a Silicon Valley para captar más fondos. Y consiguió que su proyecto fuera seleccionado por 500 start-ups, la mayor aceleradora en Estados Unidos para negocios en fases iniciales. La aportación económica fue de 150.000 dólares, pero más importante que eso fue la notoriedad y la visibilidad que BidAway consiguió tras ese hito.
Desde entonces, esta joven empresa ha conseguido “levantar” 1.200.000 dólares, gracias a la entrada de nuevos inversores internacionales (entre ellos, el primer inversor de Uber) y a pesar de tener una facturación que, de momento, ronda los 230.000 dólares.
El ecosistema ideal
“Lo que pasa en Silicon Valley no pasa en ningún otro lado”, sentencia Luca. Pero, ¿qué tiene de particular? Lo primero, explica, es una propensión al riesgo muy alta. Siempre es un riesgo aceptable, claro, pero elevado respecto a los parámetros habituales. Por otro lado, ahí se materializan las inversiones que crean y marcan tendencia. Los inversores en Silicon Valley están dispuestos a probar de todo y el apoyo al emprendedor es constante y total. En definitiva, concluye, “allí hay más de todo: hay más diversificación del portfolio, hay más capital, y la gente tiene una actitud de inversión muy distinta”. Por eso “no es extraño que todos los grandes éxitos salgan de ahí”, añade.
Por otro lado, “hay que decir que lo que hay en Silicon Valley no es representativo de lo que hay en el mundo: hay cosas que allí funcionan pero en otras partes no”. Es un sitio “singular”.
Tim Kunihiro, emprendedor y asesor, lleva varios años viviendo y trabajando en Silicon Valley. Tras su paso por empresas como Comcast, eBay o TaskRabbit, confirma la singularidad del entorno de Silicon Valley para las start-ups, que resume en tres grandes atributos:
- el acceso a la financiación, con unos Business Angels e inversores en capital semilla muy activos y una inversión en capital riesgo muy elevada;
- el acceso al talento, gracias al contacto y a la proximidad de grandes universidades (como las de Stanford y California) y a una potente bolsa de talento de empresas locales;
- y la actitud del inversor, que básicamente se traduce en una mayor aceptación del fracaso y en una mentalidad de “piensa en grande, muévete rápido y toma riesgos”.
Encontrar y convencer al capital
Todo parece confirmar la creencia de que Silicon Valley es, en efecto, la tierra prometida del emprendedor. Sin embargo, y precisamente por eso, la competencia es muy dura. Y la realidad es que en Silicon Valley también hay muchos emprendedores trabajando infinitas horas en su proyecto y haciendo networking sin un sueldo; la mayoría no llegan ni a mileuristas.
Lo advertía el profesor Fernández Terricabras, recordando que sólo cinco de cada cien empresas consiguen financiación. Por eso es tan importante, además de tener un buen proyecto, saber venderlo bien.
Hay que centrar la presentación, explicó Fernández, en lo que de verdad preocupa al inversor en las etapas iniciales:
- la oportunidad de mercado (ojo aquí con el exceso de métricas: ¡a los inversores no les interesan todas esas hojas de Excel!);
- el tamaño del mercado (no esas previsiones que jamás se cumplen);
- el equipo (fundamental),
- y los recursos (saber qué se necesita y para qué evitando perder demasiado el tiempo entrando en las valoraciones).
Claves para moverse en Silicon Valley
Lo primero debería ser tener una idea clara de quiénes son los players y cómo encontrarlos, explicó Fernández, pues no es lo mismo buscar el capital semilla para iniciar un proyecto que buscar a un operador de capital riesgo que lo consolide y lo haga crecer.
Una vez identificados, hay que iniciar la aproximación en tres pasos: primero a través de la web, después participando en foros, y finalmente viajando hasta allí para establecer un contacto personal. Fernández estimó un coste medio de 8.000 dólares mensuales para ello.
Otros factores que ayudan son: tener algún americano en el equipo, contar con alguien con experiencia previa (el talento acelera el crecimiento, reduce el riesgo e incrementa la reputación) y, si eres extranjero, haber conseguido antes el apoyo de inversores locales.