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Humanos, ordenadores y empleo
El XX Simposio Internacional de Ética, Empresa y Sociedad del IESE analiza el significado y el futuro del empleo
5 de julio de 2018
“Por un lado, gracias al desarrollo tecnológico, las máquinas pueden sustituir a los humanos en cada vez más actividades. Sin embargo, cualquier reflexión filosófica concluirá que el trabajo es esencial para el ser humano”.
Esta reflexión del profesor Joan Fontrodona sobre la compleja relación entre personas y máquinas en el entorno laboral, fue uno de los ejes del XX Simposio Internacional de Ética, Empresa y Sociedad que el IESE organizó esta semana en su campus de Barcelona.
El simposio revisó el significado del empleo en una sociedad tecnológica, y los ponentes abordaron temas tales como la sustitución del ser humano por las máquinas; cómo la tecnología puede mejorar a la sociedad; o cómo conseguir que personas y ordenadores compartan conocimientos.
Aunque todos los conferenciantes consideraron que la tecnología está cambiando muchos aspectos del trabajo, algunos consideran que la relación entre el ser humano y la máquina no tiene por qué ser tensa. “Creo que mucha gente está más preocupada de lo que debería”, asegura Thomas Malone, director del Centro de Inteligencia Colectiva del MIT. “Dedicamos demasiado tiempo a la dicotomía persona contra ordenador, y muy poco al binomio persona y ordenador”.
El profesor Jordi Canals concuerda: “no hay que tener miedo a la tecnología. Basta con encauzar la dirección y el liderazgo”.
¿Qué dirán las generaciones futuras?
Según Anne Marie Engtoft Larsen, Knowledge Lead, Science and Technology Studies en el Foro Económico Mundial, las generaciones futuras revisarán la cuarta revolución industrial que estamos viviendo de dos posibles maneras: o profundamente decepcionadas por la forma chapucera de afrontar los problemas, o gratamente impresionadas por las soluciones que lograron alcanzarse.
La revolución actual es “una transformación social y estamos justo a las puertas”, aseguró durante la sesión “El ascenso de las máquinas y el futuro del empleo humano”.
En su opinión, la Cuarta Revolución se caracteriza por unos “cubos” de tecnologías emergentes tales como el blockchain, la impresión 3D y la computación cuántica, que impactarán sobremanera en todos los sectores. Sin embargo, en cualquier revolución industrial cambian las normas y los comportamientos sociales, y en la Cuarta Revolución Industrial, las personas pasan a ser el protagonista principal.
Frente a semejante avance, Engtoft cree que la sociedad debe plantearse tres cuestiones vitales: “¿Quién gana? ¿Quién pierde? ¿Quiénes somos?”
El problema estriba en cómo conseguir que los beneficios de la actual revolución se distribuyan de manera equitativa. Las revoluciones del pasado han multiplicado el número de personas sin acceso a las tecnologías que se ideaban.
La sociedad no puede ignorar las consecuencias de la tecnología, como si estuviera exenta de valores. Esto obliga a centrarse en los sistemas en los que operan las nuevas tecnologías, y no tanto en las tecnologías propiamente dichas. “Los valores deberían tener una presencia mucho más consistente: en la sala de juntas, en todas las tomas de decisiones, y también en las escuelas de negocio”.
Nuevos paradigmas laborales
La perspectiva también es importante. Según Juan Menéndez-Valdés, director de la Eurofound (Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo), “a lo largo de la historia, unos trabajos han sido sustituidos por otros. No se trata de la abundancia de trabajo, sino de la variedad de tareas”.
Según Menéndez-Valdés, si bien el auge de la inteligencia artificial y la robótica provocan que muchos empleos desaparezcan y se creen otros nuevos, quizá el gran reto de la sociedad estribe en abordar la actual y cambiante relación entre empresas y empleados. El mercado laboral tradicional se está fragmentando y pide a gritos un marco nuevo para tratar problemas tales como la regulación, los impuestos, el bienestar de los empleados y el rendimiento.
Hoy en día, el mercado laboral es tan complejo que incluye nuevas formas de empleo: trabajo casual, voucher-based work, empleados compartidos, interim management, modelos basados en plataformas y otros. Menéndez-Valdés cree que la sociedad debe crear y acordar nuevos sistemas para estos trabajos. Sin embargo, algunas investigaciones sugieren que, para que sea un éxito, cualquier marco laboral nuevo debe involucrar a los empleados, darles voz a la hora de tomar decisiones.