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“Hay que creer en uno mismo y no dejar nunca de pedalear”
Luis Ferrándiz, CEO de ADN, relata su experiencia en el EMBA
Luis Ferrándiz, CEO de ADN y socio de la consultora KPMG / Foto: Javier Arias
27 de abril de 2015
La palabra “reinvención” define bien la trayectoria profesional de Luis Ferrándiz, socio desde hace tres meses de la consultora KPMG y uno de los mayores expertos de España en el ámbito de las estrategias digitales.
Corría el año 2006 cuando Ferrándiz, entonces directivo de TPI Direct (Grupo Telefónica), se encontró de repente sin trabajo por una serie de circunstancias ajenas a su voluntad. Pese al varapalo personal que supuso esto supuso, no cejó en su empeño y, absolutamente convencido de lo que hacía, decidió montar su propio negocio de servicios de marketing y ventas.
Desde su casa, con un ordenador y sus propios ahorros, fundó la agencia ADN. El primer año, la empresa facturó 30.000 euros. Doce meses después, la facturación ya ascendía a 500.000 y, el año pasado, la cifra de negocio superaba los dos millones de euros con unos márgenes del 30%. Hoy, ADN es un proveedor de referencia en el mercado español, cuenta con 35 empleados y acaba de aliarse con KPMG. “Hay que creer en uno mismo y no dejar nunca de pedalear. Para correr un maratón tienes que entrenar todos los días. La perseverancia es fundamental”, admitió Ferrándiz durante una sesión con los alumnos del programa Executive MBA (EMBA).
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, este emprendedor de éxito cursó en 1998 el programa MBA del IESE en Barcelona. Enseguida se centró en el mundo de las ventas dentro de la multinacional Johnson’s Wax, y durante un año y medio recorrió supermercados de Castilla y León vendiendo productos de limpieza. “Uno vende cuando genera una necesidad y ahí aprendí la base del oficio”, recordó en la ponencia.
Empezar a ras de calle le aportó mucho. Su progresión en la empresa era imparable, pero Yahoo se cruzó en su camino y Ferrándiz no se lo pensó. Las nuevas tecnologías le interesaban, corría 1999 y las “punto.com” estaban en pleno auge, y pronto en caída libre. Desde su puesto de director de ventas, sufrió en primera persona aquella crisis. De allí fichó como responsable de marketing en el área de Deportes del Grupo Recoletos, hasta que recaló en TPI Direct y, seguidamente, se quedó sin trabajo.
“Que seas bueno no significa que te lo reconozcan. La vida está llena de altibajos”, reflexionó. Pese a que el panorama era complicado, y consciente de sus conocimientos de marketing y de herramientas digitales, Ferrándiz apostó por ser su propio jefe. “No hay gente mejor que otra. Hay gente que entrena mejor que otra”, incidió a lo largo de la conferencia.
Con mucho esfuerzo, sacrificio, trabajo y el apoyo incondicional de su familia, ADN ha multiplicado su negocio en los peores años de una crisis económica voraz, sobre todo en España. “Uno no sube el Everest sin dolor. Cuesta muchísimo sufrimiento subir y mantenerse en lo más alto”, añadió.
En opinión de Ferrándiz, quien también es colaborador del IESE, profesor del Instituto Superior para el Desarrollo de Internet (ISDI) y asesor de compañías internacionales en materia digital, una empresa va más allá de los meros beneficios económicos. “Hay que huir de los pelotazos. Soy una persona muy idealista, y creo que los negocios deben aportar un valor a la sociedad. Este ha sido mi leitmotiv desde el primer minuto en que puse en marcha ADN”, concluyó.