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“Mi generación ha de ser la del punto de inflexión ”
Tras una expedición al Ártico, un graduado de MBA del IESE quiere incorporar el activismo contra el cambio climático a su carrera de consultor
Suhas Taneja retratado durante su expedición al Ártico.
Foto: Trenton Branson
7 de noviembre de 2019
Puede que Suhas Taneja, un consultor en fusiones y adquisiciones que vive en Nueva York, no sea el típico activista contra el cambio climático. Pero, ante las evidencias cada vez más numerosas del momento crítico en que se encuentra la Tierra, este graduado de MBA del IESE se unió a una expedición al Ártico y regresó más decidido que nunca a hacer algo por el planeta.
Nacido en India, Taneja se graduó en ingeniería eléctrica de la University of British Columbia y finalizó su MBA en el IESE en 2014. Después empezó a trabajar en la sección de servicios de asesoría en transacciones de Ernst & Young en Londres y ahora en Nueva York.
“Quiero incorporar el activismo contra el cambio climático a mi carrera profesional,” explica Taneja. “Me parece que todos debemos integrar el papel de guardianes del planeta azul en nuestra vida cotidiana y nuestro trabajo, sea cual sea”.
En muchos aspectos, el Ártico es el epicentro del calentamiento global, no en balde se calienta a un ritmo dos veces más rápido que el promedio mundial. Por ello, la región polar acusa el impacto del cambio climático de forma más tangible que cualquier otro rincón del planeta: las capas de hielo y los glaciares se derriten, el nivel del mar sube y las especies polares, como las morsas y los renos, ven amenazado su hábitat.
Me parece que todos debemos integrar el papel de guardianes del planeta azul en nuestra vida cotidiana y nuestro trabajo, sea cual sea
Según Taneja, ser testigo de ese deterioro es un motivador poderoso. “El cambio es lento. Pero cuando lo ves en persona, te haces cargo del problema. Ves el cambio en términos de miles de millones de toneladas de hielo”, asegura. “Al ponerte delante de un glaciar en retroceso, todos y cada uno de tus sentidos se activan. Jamás olvidas lo que has visto y sentido. Eso es lo que quiero transmitir, el impacto del cambio”.
La expedición combina la formación y la experiencia
La 2041 Foundation organizó el viaje de diez días de Taneja. Creada por el explorador Robert Swan – que a finales de los años ochenta se convirtió en el primer hombre en caminar sin ayuda por los dos polos, el Norte y el Sur –, la fundación se dedica a proteger la Antártida y el Ártico, además de promover la energía renovable, el reciclaje y la sostenibilidad. En el marco de ese esfuerzo, dirige el programa Leadership-On-the-Edge (Liderazgo en el filo), que combina el viaje a los polos con el desarrollo del liderazgo y la formación en cambio climático y sostenibilidad.
La expedición reunió a un grupo de 90 personas de lo más diverso, elegidas entre unos 5.000 candidatos. Eran desde altos directivos hasta periodistas, emprendedores y científicos que trabajan en campos tan dispares como el capital riesgo o las tecnologías renovables.
Para Taneja, esa diversidad fue fundamental, ya que la búsqueda de soluciones al cambio climático exige un enfoque global. “Éramos de más de 25 países. Conectarte a una red así no tiene precio”, insiste. “Los problemas a los que nos enfrentamos están interconectados y son multidimensionales, así que, para dar con soluciones factibles, necesitamos soluciones diversas”.
La expedición, neutral en dióxido de carbono gracias a la compra de derechos de emisión, arrancó en Oslo. De allí los participantes volaron a Longyearbyen, una de las ciudades habitadas más septentrionales del planeta, desde donde un barco los trasladó a distintos puntos del Ártico.
Los problemas a los que nos enfrentamos están interconectados y son multidimensionales, así que, para dar con soluciones factibles, necesitamos soluciones diversas
Un viaje tanto personal como profesional
De vuelta en Nueva York, Taneja ha ido sumando aliados, además de pasar del aprendizaje a la acción. Ha seguido asesorando sin cobrar a pymes y oenegés, con especial interés en las pequeñas empresas que crean modelos sostenibles.
Actualmente ayuda a empresas verdes y trabaja con Commit to Green, una firma pionera en la fabricación de bolsas biodegradables en Estados Unidos. Las bolsas, de aspecto parecido a las de plástico, están hechas con verduras y fécula de maíz y apenas tardan dos años en biodegradarse en una instalación de compostaje industrial.
En su trabajo diario, inspirado por las conversaciones que tiene con directivos de distintos sectores, Taneja ve un potencial enorme para incorporar los factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) en los ámbitos financiero y de fusiones y adquisiciones. “En estos momentos se pone algo de énfasis en los aspectos social y de gobierno corporativo, pero no tanto en el ambiental”, reconoce. “Pero ahora que el medio ambiente empieza a tener un gran protagonismo en la agenda económica y las políticas, su importancia en las operaciones crece”.
El compromiso de Taneja también tiene una vertiente más personal. Celebró su 35 cumpleaños en la expedición y su primer hijo nació poco después de su regreso. Ambas ocasiones le han convencido aún más de la necesidad de actuar ya.
“La idea de que mis hijos y nietos piensen que dejé peor el mundo de lo que estaba me causa desazón. Mi generación ha de ser la del punto de inflexión”, apostilla.
Todas las fotos de este reportaje son de Trenton Branson, Suhas Taneja y David Hone.