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Costa de Marfil, un país de oportunidades
Recursos naturales, construcción y servicios, en auge
El IESE-Africa Think Tank & Networking Event ha reunido esta semana a directivos de distintos sectores de la economía marfileña / Foto: Jordi Estruch
15 de julio de 2016
¿Es Costa de Marfil un destino seguro para sus inversiones? ¿Qué es lo primero que se tiene que hacer antes de invertir en el país? Y, ¿qué preparativos debe llevar a cabo un extranjero con la intención de hacer negocios allí? Estas cuestiones fueron algunas de las planteadas durante IESE-Africa Think Tank & Networking Event, que ha tenido lugar esta semana el campus de Barcelona y que se enmarca en las actividades de la Africa Initiative del IESE.
La mesa de debate estaba formada por varios ponentes entre los que se contaban cuatro participantes del Advanced Management Program de la MDE Business School de Abiyán, que la misma semana estaban cursando el módulo del programa que imparten en Barcelona y que son directivos de distintos sectores de la economía marfileña. También participaron el cónsul de Costa de Marfil en Barcelona, Andrés Carasso; el director general de la MDE Business School, Martí Frigola; y por el profesor del IESE y codirector de la IESE Africa Initiative, Alejandro Lago.
En 2020 Costa de Marfil podría haberse convertido en un país emergente. Parece que va por el buen camino. En los últimos tres años el país ha crecido un promedio de un 9,5%. Y esto se debe, en gran parte, a las reformas llevadas a cabo, especialmente los Planes Nacionales de Desarrollo, según Lassana Sylla, inspector general en la Inspection Générale des Finances de Costa de Marfil y participante del AMP.
Estos cambios, unidos al hecho de que Costa de Marfil se encuentra en una “ubicación muy estratégica, una puerta de acceso hacia el continente africano”, hacen que este sea un destino cada vez más atractivo para los inversores.
Agricultura, construcción y servicios
El sector agrícola sigue siendo una gran fortaleza del país: supone el 24% del PIB, el 66% de los empleos y el 70% de las exportaciones. “Costa de Marfil es, por ejemplo, el primer productor mundial de cacao y de cola, y el segundo del mundo de anacardos y piñas”, explicó Yao Léon Atsin, director ejecutivo adjunto de FIRCA (Fonds Interprofessionnel pour la Recherche et le Conseil Agricoles).
Además, produce también grandes cantidades de café, aceite de palma o algodón y es un país con unos recursos naturales enormes, lo que supone “grandes oportunidades de inversión, especialmente en la transformación de productos acabados o semiacabados”, añadió.
No todo se limita a la agricultura. El sector de la construcción también brinda algunas oportunidades. Kouakou N’Douah Konan, presidente y director general de Générale de Bâtiment et du Génie Civil, citó, por ejemplo, las carreteras –algunas por construir, otras por mantener– y la necesidad de viviendas de nueva construcción en el país: 400.000 en todo el país y, 200.000 de ellas, solo en la capital. “Y el momento para invertir es ahora”, añadió, “porque los periodos turbulentos ya son cosa del pasado”.
Nadine Bla, directora general de la empresa de viajes Capital Voyages, aventuró que el futuro pasa por el sector servicios, que, a día de hoy, es un gran motor de la economía (57% del PIB). Más de 4.000 empresas en el país, explicó, se dedican a la banca, los seguros, las finanzas, los transportes, las TIC y, sobre todo, el turismo, en franca expansión con más de 200 hoteles y 4.000 habitaciones, posibilidades de turismo de playa y turismo cultural, y casi 200.000 visitantes registrados el año pasado.
La hora de invertir
Así las cosas, ¿qué es lo primero que se tiene que hacer antes de invertir en Costa de Marfil? Martí Frigola, un gerundense instalado desde hace 28 años en el país africano, los últimos como director general de la MDE Business School, lo tiene claro. “Hay que hacer lo que hay que hacer en todas partes: usar el sentido común. Encontrar a alguien fiable que te aconseje. Uno o dos abogados que te asesoren. Hay que tomar algunas precauciones, pero igual que hay que hacerlo en todas partes”, respondió.
En efecto, hoy en día Costa de Marfil es un país seguro, tanto en la calle, como jurídicamente. Y muy abierto al mundo. Deseoso de adquirir los estándares internacionales. El papel del Estado fue muy importante para el “milagro marfileño” que se produjo en los años 60 del siglo pasado, y las bases, la formación y las infraestructuras ya están ahí. Ahora falta aprovechar las oportunidades que se presenten. Al fin y al cabo, va a la misma velocidad que Europa, porque el mundo está globalizado.