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Con la mirada en el futuro, un año después de la pandemia
La investigación de los profesores del IESE ayuda a dar sentido a lo que viene
El desarrollo y despliegue de vacunas trae esperanza para una conexión humana renovada.
11 de marzo de 2021
La Organización Mundial de la Salud declaró un día como hoy hace un año al coronavirus como pandemia mundial. Durante los últimos 12 meses, casi todos los rincones del mundo han conocido el sufrimiento infligido por el virus. Si bien ha sido un año de pérdidas devastadoras, tanto de seres queridos, medios de vida como de experiencias compartidas, el rápido desarrollo de las vacunas nos ha dado algo por lo que ser optimistas en este triste aniversario.
Con la mirada puesta en un futuro, ojalá no muy lejano en el que haya terminado esta crisis mundial, hemos querido recopilar una pequeña muestra de las investigaciones de nuestros profesores durante este año de pandemia, que esperamos, pueda dar sentido al todavía incierto mundo post-COVID.
¿Cómo trabajaremos? ¿Cómo adaptarán los líderes sus empresas a una nueva realidad? ¿Qué oportunidades existen para la innovación, el medio ambiente y la conexión cultural moderna?
Esto es lo que piensan algunos de nuestros profesores.
Sobre la deferencia y la compasión
El profesor Sebastian Reiche ha dedicado gran parte de su carrera investigadora, al reto de gestionar equipos localizados en diferentes territorios y con diferencias interculturales. Con la pandemia, que impuso el distanciamiento geográfico dentro de las empresas, su trabajo ha cobrado especial relevancia.
Su investigación del año pasado con su colega Tsedal B. Neeley sobre cómo los ejecutivos que dirigen oficinas en países distintos al suyo pueden aclimatarse mejor a la cultura local, podría aplicarse a quienes dirigen tanto virtualmente como en persona. Con base en un estudio de 115 líderes globales, Reiche y Neeley encontraron que la clave del éxito era la humildad, o “deferencia hacia abajo”, al reconocer que tienen “menos experiencia, redes e influencia en relación con sus subordinados locales”.
Además, la investigación concluyó que el objetivo principal de la deferencia hacia abajo era reducir la distancia social, algo que gran parte del mundo está tan ansioso por hacer.
Sobre la gestión de crisis
El mes pasado, el profesor Jaume Ribera presentó a los alumnos del MBA del IESE su caso de estudio sobre cómo el Hospital Universitario Vall d’Hebron se transformó durante la primera ola de la pandemia para hacer frente así, a la mayor crisis sanitaria de sus 65 años de historia.
Este análisis, el primero de su tipo en centrarse en la gestión de una pandemia hospitalaria, se obtuvo de los devastadores primeros meses del coronavirus, pero será una lección magistral de gestión tanto para hospitales en futuras crisis y amenazas para la salud, como para cualquier directivo que tendrá que lidiar con crisis inevitables como ésta.
Ribera, junto con el director general del hospital, Albert Salazar, llegó a la conclusión de que para hacer frente a un desafío de este calibre, los hospitales y organizaciones deben romper rápidamente los silos tradicionales, compartir conocimientos y trabajar de manera conjunta en todas las especialidades.
Sobre el trabajo en remoto y la sostenibilidad
Un gran estudio de la profesora Mireia Las Heras y Júlia Gifra que se publicará el próximo mes, profundiza en la revolución del trabajo en remoto que el coronavirus aceleró tan abruptamente. La investigación comienza por desmentir varios mitos del teletrabajo (por ejemplo, trabajar desde casa, contrariamente a la creencia popular, no obstaculiza la innovación), además de examinar qué supondría tener a gran parte de la fuerza laboral realizando trabajo en remoto. También analiza cómo varias empresas implementaron las políticas de teletrabajo, tras las recomendaciones dadas por Las Heras el año pasado.
En esta inminente investigación, se analizará también el impacto del teletrabajo en el planeta, pues con una mayor flexibilidad laboral, se podrán reducir los desplazamientos diarios o el mantenimiento de los grandes edificios de oficinas, conduciendo así a un progreso fundamental en la construcción de un mundo más sostenible en un momento de crisis climática. Y un planeta más saludable también hará que las personas sean más saludables.
Sobre el futuro del liderazgo
El trabajo en curso del profesor Yih-Teen Lee aborda algunas de las preguntas más importantes del mundo empresarial sobre el futuro: ¿cuántos de los cambios provocados por la pandemia serán permanentes? ¿Y qué habilidades concretas necesitarán los líderes para adaptarse?
Para el profesor Lee está claro que el mundo laboral anterior a COVID se ha ido para siempre. Pero el liderazgo del futuro requerirá mantener lo que funcionó en la vieja normalidad. Las nuevas y urgentes capacidades que los líderes deben desarrollar o mejorar incluyen la empatía racional con aquellos colegas que se enfrentan a cambios estresantes, la agilidad y la experimentación rigurosa de varios estilos de gestión.
Pero el centro de las investigaciones del profesor Lee, es que los verdaderos líderes en el mundo pospandémico serán aquellos que actúen como “puentes sociales” mientras practican lo que él llama equilibrio dinámico. Si bien la tecnología y el trabajo remoto han hecho que las personas sean capaces de trabajar juntas a distancia, el desafío es hacer que esa conexión básica sea significativa. El puente social radica en fomentar conexiones conductuales, cognitivas y emocionales entre colegas que, en el futuro, tendrán más probabilidades de colaborar desde sus hogares o más allá de las fronteras nacionales. Y liderar este tipo de trabajo exigirá respeto por la individualidad y las circunstancias individuales.