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¿Cómo alcanzará la Unión Europea sus objetivos de emisiones?
La segunda jornada Energy Prospectives marca el rumbo hacia la descarbonización plena de la UE
Ignacio Pérez Arriaga, Christopher Jones y el profesor Javier Díaz Giménez intercambian opiniones sobre el futuro del consumo energético.
FOTO: JAVIER ARIAS
21 de junio de 2019
La Unión Europea afronta un desafío con pocos precedentes históricos. Hablamos de la descarbonización plena de su economía en 2050. Todos los países miembros tendrán que esforzarse más que hasta ahora y ni siquiera así está claro que las emisiones globales vayan a descender significativamente.
Christopher Jones, gran impulsor desde la Comisión Europea de la agenda 20/20/20 para la reducción de emisiones y actual asesor principal de Baker McKenzie en Bruselas, e Ignacio Pérez Arriaga, director de la Cátedra BP de Desarrollo Sostenible de la Universidad Pontificia de Comillas y uno de los mayores expertos españoles en el mercado eléctrico internacional, tuvieron la oportunidad de poner sus ideas en común el pasado 20 de junio durante la segunda jornada Energy Prospectives, organizada por el IESE y la Fundación Naturgy.
Ambos expertos coincidieron en que los objetivos comunitarios de emisiones son abrumadores y, al mismo tiempo, ineludibles. La UE debe dar ejemplo, abrir camino y comprometerse con las generaciones futuras legándoles un planeta más limpio y estable. Sin embargo, no lo logrará si no tiene en cuenta estas tres claves:
1. Políticas estables (y exigentes). Ignacio Pérez Arriaga destacó que “la política energética ha de ser una política de estado, sin bandazos”. Era una clara referencia a los vaivenes en España del déficit de tarifa y de los fallidos subsidios a las renovables. Además, añadió el experto, “deben proyectarse señales económicas adecuadas a los consumidores, los inversores y las empresas energéticas para recompensar a los que apuesten por las renovables”. Christopher Jones se reveló más partidario de diseñar un “plan europeo que fije no solo unos objetivos de emisiones exactos y obligatorios, sino también las medidas generales que deberían tomarse para alcanzarlos. La Comisión Europea debería poder advertir y sancionar a los países que fuesen por el mal camino”.
2. Ambición realista. Jones también reveló la cara oscura de la descarbonización: “El ascenso del precio de la energía va a reducir la competitividad de miles de empresas y a desestabilizar los hogares de millones de europeos con pocos recursos”. Al mismo tiempo, “muchas de las previsiones sobre reducción de emisiones estarían infladas porque, entre otras cosas, le dan un papel heroico a la energía nuclear y exageran el despegue de una eficiencia que es casi imposible de alcanzar sin medidas tan drásticas como prohibir la compraventa o el alquiler de una vivienda que no pueda certificar su descarbonización”.
“Esto – aclaró Jones – no significa que no debamos insistir en la lucha contra el calentamiento global, sino que habrá que hacerlo tomando decisiones complejas e impopulares que tendrán que explicarse correctamente a los afectados y venir acompañadas en ocasiones de ayudas”.
3. Visión global. Jones aclaró que entre las grandes medidas no pueden faltar “un gran esfuerzo presupuestario en investigación que debería canalizarse hacia el desarrollo de baterías y sistemas de almacenamiento, la interconexión de los mercados o la construcción de grandes infraestructuras”. Además, matizó que es imprescindible “dejar que los mercados jueguen un papel importante como impulsores de las energías renovables. En definitiva, todas las medidas que se tomen deberán tener en cuenta la relación entre los costes y los beneficios, el impacto sobre la competitividad de las empresas y la creación potencial de empleo”.
Pérez Arriaga advirtió que “Europa es pequeña, especialmente en lo que concierne al impacto de sus políticas de emisiones. Al fin y al cabo, emite solo el 10% del CO2 mundial y no podrá, ni siquiera con las medidas más drásticas y exitosas, vencer al cambio climático si los EE.UU., China o las economías emergentes no la acompañan en su esfuerzo. Por eso, su capacidad de seducir será aún más determinante que sus sacrificios”.