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Capitalismo consciente: el nuevo capítulo del mundo empresarial
19º Simposio Internacional sobre Ética, Empresa y Sociedad
5 de julio de 2016
“No se trata de minimizar costes y generar beneficios. Se trata de crecer, preocuparse y tener un impacto”.
Así opina el profesor del Babson College, Raj Sisodia, también cofundador de Conscious Capitalism Inc. “Los fundadores del capitalismo creían en servir a la sociedad y mejorarla a través de las empresas”, afirmó.
Ponente en el 19º Simposio Internacional sobre Ética, Empresa y Sociedad –celebrado recientemente en el campus de Barcelona–, Sisodia afirmó que las teorías de gestión de empresas y los modelos de negocio que se enfocan en los resultados en vez de en las personas han perjudicado no solo a la imagen que se tiene de las empresas, sino a la que tenemos de la sociedad en su totalidad.
“La empresa y la sociedad pagan un alto precio por el cinismo y la desconfianza. Tan solo en EE. UU. la confianza en las empresas pasó del 35% en 1970 al 17% en 2009”, recordó.
Sisodia abogó por el cambio en la perspectiva de la gestión de empresas y argumentó que es hora de “dejar atrás las historias tóxicas sobre el mundo empresarial. Después de todo, una empresa no es una máquina, ni un juego de guerra o un problema de matemáticas. Se trata de la vida de personas reales”.
Conseguir este cambio, añadió, conlleva tener en cuenta tres dimensiones del ser humano: el interés propio, la necesidad de cuidar a los demás y nuestro entorno y el compromiso con una misión.
Un liderazgo consciente
“Necesitamos romper con este paradigma y moldear uno nuevo al que la gente se pueda aferrar. Y lo estamos intentando”. El foco de este nuevo paradigma es encontrar “una misión con un mayor sentido de la ética, una mayor integración de los grupos de interés, un liderazgo consciente y una cultura que se preocupe por la sociedad”.
Tras definir el liderazgo consciente como aquel caracterizado por el altruismo, la preocupación y el compromiso, Sisodia puntualizó que se trata de “la lógica del líder que come el último, a diferencia de la ya anticuada filosofía del palo y la zanahoria que nada aporta a la sociedad actual.”
Una cultura que se preocupa también significa que comparte un sentido de misión, de “hacer cosas que valgan la pena y, a la vez, generen dinero”, no solo de moverse por el mero factor económico.
“El compromiso con la misión tiene que ir por delante de todo. Después, la estrategia. Cuando te detienes y lo piensas, las grandes empresas –como Wholefoods o Google– tienen grandes misiones en torno a las que gira el negocio, ya se trate de temas sanitarios o de organizar la información esparcida por todo el mundo”.
Esta visión fue compartida por el fundador y presidente de Progressio Foundation, Marcello Palazzi. “Todas las empresas deben aspirar a obtener los máximos beneficios para la sociedad”, comentó.
Palazzi lidera actualmente la B Corporation, un movimiento comprometido con la responsabilidad social y ambiental que proporciona un marco conceptual y un certificado a aquellas empresas que quieren tener un impacto positivo en la sociedad y el planeta, y generar así un beneficio global.
“Las empresas impulsan el cambio en la sociedad y B Corps es un movimiento de emprendedores que pretenden inspirar, liderar y conducir a las organizaciones hacia una economía nueva y creativa de prosperidad compartida”, explica Palazzi. “Ahora incluso multinacionales como Danone se están sumando a este movimiento. Se están dando cuenta de que no se trata solo de ser el mejor del mundo, sino de ser y hacer lo mejor para el mundo”.
Hacia una nueva economía y un nuevo ecosistema
“Los emprendedores que vienen al IESE y que quieren hacer cosas buenas por el mundo no están en la escuela para conseguir únicamente un ‘trozo de papel’ con el nombre IESE escrito en él”, apuntó Palazzi.
“Unirse a la B Corporation no significa obtener el certificado y ya está”, añadió. Más de 40.000 empresas están en su base de datos, pero solo el 5% han superado el proceso para obtener la certificación.
“Pedimos todo lo que puedas imaginar para asegurar que una empresa está realmente comprometida con la sociedad y el medioambiente”, contó. “Puede que esta abogue por la sostenibilidad, pero ¿paga sus impuestos?”
Palazzi se hizo eco de las palabras de Sisodia e insistió en que es imperativo que se reescriba “la desfigurada historia del mundo empresarial”. “Necesitamos una nueva historia que ayude a crear una nueva economía y un nuevo ecosistema”, recalcó.
Ambos aseguraron la ética y la gestión estratégica deben implementarse con el objetivo de construir un marco conceptual y una mentalidad que las empresas puedan utilizar para definir el lenguaje que dibuje su estrategia.
Capitalismo consciente: predicar con el ejemplo
“Es un proceso evolutivo”, dijo Palazzi. “El lenguaje está conectado con la acción. No se genera en un laboratorio, se crea mientras trabajamos”.
“Actualmente existen empresas que operan como movimientos con sistemas abiertos y donde las ideas se pueden compartir. En parte, se podría afirmar que estamos mejorando el nivel empresarial”.
“No existe ninguna razón por la que una empresa no pueda convertirse en una organización ‘consciente’”, concluyó Palazzi.