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En busca de propósito y perspectiva en un mundo incierto
El Consejo Asesor Internacional del IESE apuesta por un enfoque de largo plazo y orientación a los valores
(De izqda. a dcha.) Ibukun Awosika, Hans-Jacob Bonnier, Stanley Motta, Narayana Murthy y Eric Weber / Foto: Jordi Estruch
21 de abril de 2017
¿Te inquieta lo que está pasando en el mundo? Adopta una visión a largo plazo y dota de sentido de misión a tu empresa.
Esto es lo que recomiendan los miembros del Consejo Asesor Internacional del IESE, que se han reunido recientemente al campus de Barcelona. Compuesto por más de treinta líderes empresariales de todo el mundo, el Consejo asesora y promueve el desarrollo de la escuela en todo el mundo.
Los miembros de este comité aportaron su perspectiva privilegiada en un momento en el que, como señaló el director general del IESE, Franz Heukamp, una nueva “sensación de fragilidad” está invadiendo el mundo debido a factores como las impredecibles elecciones en varios países de Europa, el brexit, la nueva Administración estadounidense, y el debate sobre cuáles son las mejores políticas económicas y sociales.
África, Latinoamérica y Asia avanzan
Globalmente, podemos observar que la incertidumbre del mundo desarrollado, como Estados Unidos y Europa, ha tenido un impacto inesperado en los países en vías de desarrollo, y no del todo negativo.
Muchos en África han comprendido que, en vista de la situación del resto del mundo, “hemos de resolver nuestros propios problemas. Esa es la realidad en la que nos encontramos ahora”, apuntó Ibukun Awosika, fundadora y CEO del grupo nigeriano The Chair Centre Group. “África se ha dado cuenta de que debe luchar por sí misma”.
En parte, esta nueva percepción lleva a aspirar a que África sea algo más que una fuente de materias primas y a plantearse cómo desarrollar sus recursos humanos y aprovechar el propio poder de compra, nada desdeñable. “En última instancia, las soluciones vendrán de cómo repensemos el continente”, señaló Awosika.
En Latinoamérica, “también se han acabado los tiempos en que esperábamos a que Estados Unidos resolviera nuestros problemas”, añadió Stanley Motta, presidente del grupo panameño Motta International.
En lugar de ver el vaso medio vació, “hemos de empezar a valorar lo que está lleno”. Logros como la paz que vive Latinoamérica en general, una mayor estabilidad de las divisas de muchos países y una menor tolerancia por la corrupción son buenas noticias, subrayó Motta. Con la llamativa excepción de Venezuela, los países latinoamericanos progresan económica y socialmente.
En cierto modo, también Asia se ha librado de la angustia que atenaza Europa y Estados Unidos. “Vayas donde vayas se respira optimismo, la sensación de que se pueden hacer cosas”, según Narayana Murthy, cofundador de Infosys Technologies. Aunque China es el gran motor de la expansión económica, muchos otros países están creciendo apoyados en la exportación.
En India, donde las exportaciones contribuyen al PIB algo menos que en otros países asiáticos, Murthy valoró positivamente la firme disposición del primer ministro Narendra Modi a apoyar la economía y las empresas (sobre todo las startups), luchar contra la corrupción y modernizar el país tecnológica y digitalmente.
Para George Yeo, presidente de Kerry Logistics y exministro de Singapur, la fortaleza de China y el resurgimiento de Asia son dos tendencias imparables: “Hay un cambio telúrico, y no es otro que el auge de China”.
Europa, motivo de preocupación
Además de Estados Unidos y su nueva Administración, Europa es motivo de preocupación en la escena geopolítica global por el auge nacionalista, las dudas sobre la solidez de la Unión Europea, la revolución tecnológica y la compleja integración de los refugiados provenientes de países en conflicto.
Pero Europa cometeríaun error si cayera en la miopía y se retirara del comercio mundial, pues la oleada proteccionista la aislaría, advirtió Hans-Jacob Bonnier, consejero delegado del grupo mediático sueco Bonnier Business Press. Ello minaría la prosperidad económica, tanto la actual como la futura: “El comercio es la madre de la riqueza”.
A Franz Haniel, del grupo alemán Haniel, le preocupan el cortoplacismo de políticos e inversores y el tipo de decisiones que esa visión miope engendrará. Por ello, su empresa anima a los líderes a pensar más allá de su generación, a adoptar una postura largoplacista y ver el futuro no solo a través del prisma tecnológico. “Pensemos en la evolución moral, en los valores”, reclamó.
Las empresas necesitan visión y compromiso
Con todo, abundan las oportunidades de negocio en todo el planeta, siempre y cuando inversores y empresas adopten una visión a largo plazo, comprendan las diferencias entre un mercado y otro y se comprometan con el desarrollo de los países donde operan. Entre otras, esta actitud también puede revelar opciones de inversión que de otro modo pasarían inadvertidas, desde la educación en África hasta el sector aéreo en Latinoamérica.
“La empresa no se puede aislar de la sociedad, los aspectos educativos o la situación geopolítica”, avisó Janina Kugel, miembro del comité ejecutivo de Siemens. De ahí que su empresa haya invertido fuertemente en la educación y la formación de sus trabajadores, lo cual beneficia a largo plazo tanto a la compañía como a los numerosos países en desarrollo donde está ubicada.
Hans Ulrich Maerki, consejero de Mettler-Toledo International, también hizo hincapié en el largo plazo, donde sea que opere la empresa: “Es necesario tener visión y, por definición, la visión empresarial debe ser largoplacista”. Esa visión se ha de plasmar en la estrategia, que tendrá que contemplar distintos escenarios porque las cosas no siempre salen como estaba previsto. También destacó la importancia de un buen sistema de retribución.
En opinión de Paul Polman, CEO de Unilever, el foco en las ganancias a corto plazo no solo amenaza a las empresas, pues acorta su existencia, sino también el bienestar de la sociedad y del planeta.
Unilever ha tomado una serie de medidas dirigidas a fomentar el foco en el largo plazo, aunque temporalmente dicha orientación no ha sido bien recibida por los mercados y los inversores a corto. Todas las marcas de la compañía tienen una misión, relacionada con la resolución de algún problema social, y Polman ha situado el crecimiento sostenible en el centro de su estrategia corporativa.
“Se trata de introducir un modelo de negocio basado en un propósito”, recomendó. “Mi filosofía es muy sencilla: si quieres dedicarte a la actividad empresarial has de tener un motivo para ello”.