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Bonanza económica con nubarrones en el horizonte
Es hora de realizar reformas, según los prof. Argandoña y Videla
15 de febrero de 2018
El PIB mundial ha crecido este año y el próximo se incrementará un 3,9%, según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional. Unos datos que muestran la consolidación de la recuperación de la economía, tanto en las economías avanzadas como en las emergentes.
¿En qué se sustenta este repunte? Y, sobre todo, ¿es sostenible en el tiempo? Estas cuestiones centraron la sesión del Alumni Learning Program ¿Son sostenibles los buenos tiempos?, que capitanearon el profesor de Economía y Ética Empresarial Antonio Argandoña y Pedro Videla, profesor de Economía.
“La moraleja es que estamos bien, pero puede que esta situación no esté aquí para quedarse”, avisó el profesor Videla. “Hay que aprovechar el buen tiempo para arreglar el tejado antes de que lleguen los nubarrones”, añadió. Para que los riesgos que acechan no se traduzcan en una nueva crisis económica es necesario anticiparse. Se deben aplicar las reformas necesarias para minimizar los daños cuando se acaben los estímulos y peligre el crecimiento.
Buenas noticias a corto plazo
Entre las fortalezas de la economía a corto plazo, los profesores destacaron:
- La reforma tributaria aprobada recientemente en Estados Unidos ha tenido un impacto positivo inmediato sobre la economía global. Las empresas que tenían planes a largo plazo se apremiarán para aprovecharlo, crecerán las inversiones y, por extensión, incrementará la actividad y las exportaciones funcionarán a pleno rendimiento.
- Un aumento de actividad implica reducción de la tasa de paro, que actualmente en los países del Grupo de los Siete (G7) es la más baja de los últimos 44 años.
- Menos paro anima al consumo de las familias, con lo que se cierra el círculo virtuoso.
Sin embargo, también destacaron riesgos a medio o largo plazo para Europa. Las estimaciones del FMI apuntan que, a partir de 2022, la economía podría estancarse por efecto de las mismas políticas que habrán estimulado el crecimiento en los años anteriores. Si sube el déficit fiscal, se incrementará la deuda y los tipos de interés a largo plazo subirán. Esto puede favorecer el carry trade hacia Estados Unidos: los bancos piden préstamos al Banco Central Europeo (BCE) a un interés muy bajo e invierten ese dinero en la compra de deuda estadounidense, en vez de destinarlo a la deuda de países de la zona euro. La falta de demanda haría subir los tipos de interés de la deuda pública de los países europeos y esto complicaría a los diferentes gobiernos la asunción de sus obligaciones y haría subir la prima de riesgo, creando un escenario de inestabilidad.
Las asignaturas pendientes de España
Además de los riesgos globales, la economía española tiene algunos problemas intrínsecos que debería resolver para asegurar su sostenibilidad. El profesor Argandoña los resume en tres bloques:
- Economía poco eficiente. La raíz del problema está en el sistema educativo, que presenta una alta tasa de abandono escolar. A los jóvenes poco formados les cuesta entrar en el mercado laboral y, cuando lo hacen, los puestos de trabajo a los que acceden son de poca calidad, a menudo temporales. La falta de políticas de ocupación eficaces impide que estas personas evolucionen, por lo que cuando se quedan en paro les cuesta regresar al mercado laboral. Otro factor que limita la eficiencia de las empresas españolas es que suelen ser poco productivas e innovadoras. Son muchas las compañías que prefieren esperar a que una start-up tenga una buena idea para comprarla, en lugar de impulsar un departamento de I+D potente.
- Crisis institucional y política. Los partidos políticos en ocasiones colonizan las instituciones y bloquean las reformas necesarias para acabar con el clientelismo, la corrupción y los abusos de mercado. A esto hay que sumar una especie de “hemorragia legislativa”, ya que se incumplen las leyes ante la certeza de que no se aplicarán las sanciones correspondientes.
- Crisis de valores. Existen una serie de creencias y prácticas que perjudican al conjunto de la sociedad. Por ejemplo: la economía sumergida está en el orden del día, a menudo se aplaude el fraude fiscal, e incluso se violan los derechos de propiedad. En algunos sectores, se cree que cuánto menos se trabaja mejor y se tiene una opinión negativa de la honestidad de los empresarios.