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“Pasé el Black Friday detrás del mostrador de una perfumería”
Olivia Manjón, responsable de Perfumes L'Oréal, afirma que un líder no debe perder nunca el contacto con la realidad
“Me gusta vivir mis trabajos como proyectos a largo plazo, donde siembro, riego y recojo los frutos al final”, afirma Manjón.
Foto: L'Oréal
16 de diciembre de 2019
La directora general de Perfumes L’Oréal Luxe & Giorgio Armani, Olivia Manjón (PDG ’20), no se conforma ni con las grandes tendencias ni con los gráficos generalistas. Quiere saber los detalles. Por eso, tres o cuatro días al año, que coinciden siempre con las principales campañas, se pone detrás del mostrador.
Y lo explica: “Hay que estar muy pegada al terreno y es un momento buenísimo para no perder el contacto con la realidad”. Además, añade, “en la tienda obtienes mucha información sin filtrar sobre cómo funcionan nuestros productos, qué les gusta a nuestros clientes, qué no y cómo debemos mejorar nuestros argumentos”. Reconoce que “le encanta la sensación de cerrar una venta, porque es la esencia de nuestro oficio”.
Toda esta “pasión por vender y relacionarse directamente con el cliente” comenzó en la localidad francesa de Dijon. Allí fue donde la desplazó la multinacional para la que trabajaba en aquel momento en París. Más concretamente, matiza, “me envió un jefe mío que fue un gran mentor y que me dijo que sería una experiencia que no olvidaría en la vida”. Y lo fue, aunque reconoce que “hacía de media 400 kilómetros en coche al día”.
Manjón tiene una visión de su oficio que discrepa, en algunos sentidos, de la que estamos acostumbrados a escuchar en los altos directivos. Ella se enorgullece de “los vínculos personales, que todavía mantengo, con las personas que más me ayudaron y que más admiro de mis etapas profesionales anteriores”. Para ella, la capacidad de colaborar, de conservar las relaciones y de crecer profesionalmente de forma sostenida en el tiempo es tan importante como saber competir fieramente y desarrollar innovaciones disruptivas.
Quizás por eso, apunta, “me gusta vivir mis trabajos como proyectos a largo plazo donde siembro, riego con cuidado durante años y recojo los frutos al final”.
Pero esta directiva no solo “riega” sus proyectos, sino también a sus equipos. Asegura que la gestión de personas “es el aspecto más importante y que más satisfacción me da de mi trabajo, especialmente en L’Oréal, porque aquí hay muchísimo talento”. En nuestra entrevista, cuando se refiere a un éxito como el haber contribuido a que L’Oréal Luxe sea en líder en el mercado de fragancias en España, aclara que lo han conseguido gracias a su equipo. Ella, eso sí, se ha ocupado de “intentar atraer y retener a los mejores”.
La diferencia está en los detalles
La gestión del talento, para Manjón, también es una forma de cuidar los detalles. Por eso, aclara, “conmigo no hay sorpresas en la entrevista de final de año, porque el feedback es continuo”. Además, sigue, “me gusta hablar y que me hablen con franqueza de cómo ven su trabajo y también de cuáles son sus necesidades de conciliación”.
Una cosa que ha aprendido, recuerda, “es que para cada miembro de mi equipo y, casi me atrevería decir que para cada persona, conciliar significa una cosa distinta”. Y precisamente porque hay de todo, su labor consiste “en crear un ambiente de confianza orientado a resultados donde se puedan hablar las cosas y donde las horas en las que estás en la oficina sean mucho menos importantes que el cumplimiento de los objetivos”.
Pero a Manjón no solo se le adivina la primera persona del plural cuando habla de la gestión de equipos. Es interesante que, incluso cuando se refiere al liderazgo que han conseguido en su segmento de perfumes de lujo, recuerda que “los líderes del mercado tienen responsabilidades”. Se refiere, más específicamente, a que “a nosotros nos corresponde más que a nadie desarrollar mercados, aflorar nuevos consumidores e innovar”.
Aquí es donde se inscriben dos de los grandes retos actuales de esta directiva. El primero es “integrar nuestra cartera de 10 marcas en un portfolio coherente donde cada una tenga un valor diferenciado”. Lo suyo, más que una orquesta, es una banda de jazz. Y el segundo pasa por “el reposicionamiento en una gama más alta de Valentino, que es la última marca que se ha incorporado a nuestro portfolio”.
Y no es casualidad que sea ahora, justo cuando se enfrenta a desafíos tan sustanciales, el momento en el que ha apostado por el Programa de Dirección General (PDG) del IESE. Y sabe, exactamente, lo que quiere: “Aprender de un claustro de profesores que me ha impresionado por sus perfiles, compartir experiencias comunes con unos alumnos que se enfrentan a problemas parecidos a los míos y desarrollar nuevas herramientas para ser una profesional cada vez mejor”.
Manjón está cursando el PDG del IESE.