IESE Insight
Por qué es urgente reformar las pensiones
Las masivas protestas en Francia tras la aprobación del retraso de la edad de jubilación muestran las dificultades de los gobiernos de todo el mundo para reformar el actual sistema de pensiones.
Las personas tenemos cada vez menos hijos y vivimos más años. Sin embargo, queremos trabajar los mismos años que nuestros padres, cotizar lo mismo que ellos y recibir una pensión parecida a la suya cuando nos jubilemos.
En los próximos años la generación del baby boom va a jubilarse. Los nacidos entre 1960 y 1975 son muchos, han acumulado más derechos pensionables que ninguna otra generación y su esperanza de vida es más alta que nunca. En consecuencia, muchos sistemas de pensiones van a tener serias dificultades para pagarles las pensiones, especialmente los sistemas de reparto.
En el siguiente gráfico puede observarse como han cambiado las duraciones de la educación, de la vida laboral y de la jubilación de los hombres en el Reino Unido entre 1950 y 2004. Los hombres que se jubilaban en 1950 habían trabajado una media de 4,9 años por cada año de jubilación, pero en 2004 este ratio era de tan solo a 2,4 años.
Lo mismo ocurre en la gran mayoría de países en la actualidad. En Luxemburgo, por ejemplo, los hombres trabajaban una media de 1,52 años por cada año de jubilación en 2021. Como puede deducirse, sostener el actual sistema de pensiones en el actual contexto demográfico es muy caro para muchos países.
En este contexto demográfico solo hay tres formas de recuperar la sostenibilidad de las pensiones: aumentar las aportaciones de los trabajadores a los sistemas de pensiones, reducir las cuantías de las pensiones, o retrasar las edades de jubilación.
Las protestas desatadas en Francia a raíz de la decisión del Gobierno de Emmanuel Macron de retrasar la edad de jubilación de los 62 a los 64 años ponen de manifiesto la dificultad de poner en práctica estas soluciones. Especialmente porque en muchos países europeos los mayores de cincuenta años son más que los que tienen menos de esa edad.
Dejando aparte el tema político, hay tres principios que deberían tenerse en cuenta en la reforma de las pensiones: 1) necesitamos un sistema de pensiones de reparto universal al que deberían contribuir todos los trabajadores; 2) los mejores sistemas de pensiones combinan el reparto con la capitalización; y 3) los sistemas de reparto deberían organizarse en cuentas nocionales para permitirles adaptarse a los cambios demográficos y económicos de forma transparente y automática, y garantizar su sostenibilidad.
Países como Suecia han apostado ya por las cuentas nocionales, y permiten además una gran flexibilidad de la jubilación, en términos de edad de retiro, fórmulas para combinar salario y pensión, etc. Muchos países están considerando adoptar este tipo de medidas. Mientras siga aumentando la longevidad y disminuyendo la natalidad, probablemente esta sea la mejor solución.
+INFO:
Pensions under stress, un vídeo de Javier Díaz-Giménez.
IESEconomics, todo sobre tendencias, análisis y noticias económicas.