IESE Insight
Un sistema financiero resiliente podrá con los desastres naturales
El tercer informe de la serie IESE-CEPR sobre el futuro de la banca ofrece una perspectiva sobre cómo mejorar la resiliencia del sistema financiero ante los desastres naturales, agravados por el cambio climático.
- El cambio climático y los desastres naturales asociados causarán problemas al sistema financiero mundial si no se implementan estrategias adecuadas de prevención y mitigación.
- Se requerirá una combinación de intervención pública y estrategias de mitigación del sector privado para fijar el coste y cubrir las implicaciones a largo plazo de los fenómenos relacionados con el clima.
- El riesgo climático no debe medirse a corto plazo, y hará falta una respuesta coordinada internacional.
La pandemia de la COVID-19 ha expuesto las graves vulnerabilidades del sistema financiero mundial, anunciando los efectos devastadores que los desastres naturales y el cambio climático podrían llegar a tener en la economía global. Es importante saber si la sociedad está preparada, así como determinar las medidas adecuadas para mitigar esos riesgos.
Un nuevo informe del IESE y el Centre for Economic Policy Research (CEPR) pone a prueba la resiliencia del sistema financiero a los desastres naturales, y analiza cómo puede mejorarse. Detalla cómo deberán retocarse las políticas de los bancos centrales para abordar los riesgos relacionados con el clima, plantea el papel de los gestores de activos ante los desastres naturales y el riesgo climático, y explica por qué la mitigación es lo que podría llamarse un "autoseguro" para limitar los riesgos sistémicos del calentamiento global.
Tres mensajes clave
Los desastres naturales y el cambio climático implican riesgos grandes y complejos. Como resultado, se requiere una amplia gama de apoyos y herramientas para gestionarlos. La lucha contra el cambio climático requerirá una combinación de intervención pública y estrategias de mitigación del sector privado para fijar el coste y cubrir las implicaciones a largo plazo de los fenómenos relacionados con el clima. Las propuestas resultantes deberán incluir compromisos para la neutralidad de carbono, de la mano de gobiernos y empresas, con el fin de descarbonizar la economía. Además, deberán introducirse propuestas de financiación sostenible, respaldadas por intermediarios financieros, para incentivar un esfuerzo constante hacia la descarbonización.
El informe, escrito por Patrick Bolton, Marcin Kacperczyk, Harrison Hong y Xavier Vives, contiene tres mensajes clave:
1. Los bancos centrales deberán desempeñar un papel proactivo en la promoción de políticas de mitigación, además de coordinar políticas de riesgo climático consistentes con las medidas gubernamentales, del sector privado y de la sociedad civil.
2. Los gestores de activos pueden facilitar la gestión del riesgo climático y promover la financiación verde a través de las coberturas y al tomar parte en la mitigación. Los mercados financieros y los gestores de activos deberían disciplinar a los mercados para promover esfuerzos de mitigación.
3. Las inversiones en mitigación climática, como los incentivos para que las empresas adopten tecnologías de descarbonización y alcancen la neutralidad de carbono, podrían tener efectos positivos en las valoraciones de acciones y en la respuesta frente a los riesgos climáticos. Ocurrió así con el rápido desarrollo de vacunas durante la COVID-19. Unos compromisos financieros claros y la aplicación de estrictas normas para combatir el cambio climático serán esenciales en este sentido.
La pandemia de la COVID-19 debe servir como advertencia para que, en el sector financiero, desde las empresas hasta los bancos centrales actúen para garantizar la estabilidad.
La serie The Future of Banking
Este informe, de mayo de 2021, constituye la tercera entrega de la serie The Future of Banking, que forma parte de la Iniciativa de Banca del IESE y cuenta con el respaldo de Citi. Aquí puedes encontrar los dos informes anteriores: Cómo la COVID-19 va a alterar los modelos de negocio de los bancos; ¿Tenemos por fin un sistema bancario a prueba de crisis?