IESE Insight
La resiliencia, un concepto clave para las 'smart cities'
Londres vuelve a encabezar el ranking de las urbes más inteligentes del mundo. De todas formas, la COVID-19 obliga a repensar las estrategias de las ciudades, que se han visto muy afectadas por la pandemia. La resiliencia emerge como un concepto urbano a gestionar en el futuro próximo.
- Las ciudades más inteligentes del mundo vuelven a ser Londres, Nueva York y París. Las primeras españolas son Madrid y Barcelona, en los puestos 25 y 26.
- La pandemia de COVID-19 supone una oportunidad para repensar la estrategia de muchas urbes y aumentar su resiliencia, en parte gracias a una mayor colaboración público-privada.
- La séptima edición del "Índice IESE Cities in Motion" incluye una funcionalidad online para calcular la posición de cualquier ciudad en el ranking introduciendo sus datos.
La pandemia de COVID-19 se ha sufrido con especial intensidad en las ciudades y muchos mantras de los gestores urbanos se han visto en entredicho. Por ejemplo, la búsqueda de mejores tasas de densidad poblacional se ha reemplazado por el distanciamiento social, el transporte público ha cedido protagonismo al vehículo particular y el confinamiento en nuestros hogares ha dejado bajo mínimos la interacción social en los espacios comunes.
Sin embargo, esta crisis también supone una oportunidad para repensar la estrategia de muchas urbes y aumentar su resiliencia, en parte gracias a una mayor colaboración público-privada, como indica la séptima edición del Índice IESE Cities in Motion, elaborado por el Centro de Globalización y Estrategia del IESE.
El informe, que evalúa el desarrollo de 174 ciudades a partir de más de un centenar de parámetros, sitúa a Londres en cabeza, seguida de Nueva York y París. Globalmente, Europa sigue dominando el ranking, con 27 ciudades entre las 50 más inteligentes del mundo. En este selecto grupo se incluyen también 14 ciudades norteamericanas, 5 asiáticas y 4 de Oceanía.
Madrid (25) y Barcelona (26) son las únicas urbes españolas que se incluyen en el top 50. Por detrás, quedan todas las ciudades latinoamericanas. La primera representante es Santiago de Chile (68) —ha avanzado 16 puestos en dos años, sobre todo gracias a sus progresos en cohesión social—, seguida por Buenos Aires (90) y Montevideo (110).
Como gran novedad de esta edición, la página web del estudio incluye un apartado que permite calcular la posición que ocuparía cualquier ciudad en el ranking introduciendo sus datos.
Líderes urbanos
Además de encabezar la clasificación global, Londres también lidera los ámbitos de proyección internacional (un área en la que dominan las ciudades europeas) y capital humano. De hecho, obtiene excelentes resultados en siete de los nueve ámbitos evaluados, con resultados mediocres solo en cohesión social y medioambiente.
Nueva York es la mejor ciudad en economía (nueve de las diez primeras posiciones en esta dimensión son para ciudades estadounidenses), planificación urbana (seis de las diez primeras están ocupadas por ciudades norteamericanas) y movilidad y transporte. Su gran talón de Aquiles sigue siendo la cohesión social, donde se sitúa en los últimos puestos.
La mejor ciudad en este último ámbito es Basilea (21 en el ranking general) gracias a una distribución de ingresos bastante equitativa, una baja tasa d
e desempleo y una reducida tasa de homicidios y criminalidad. En esta dimensión, siete urbes de las diez primeras son europeas, tres de las cuales suizas. Precisamente otra ciudad suiza, en este caso Berna (31), es también la mejor en gobernanza.
En medioambiente, la ciudad mejor posicionada es Reikiavik (5), seguida por Copenhague (6), entre otras razones porque ambas se encuentran en los primeros puestos del índice de desempeño ambiental y presentan bajos índices de polución.
Hong Kong, que cierra el top ten general tras avanzar 17 posiciones en dos años, es la mejor situada en el apartado de tecnología, seguida de Singapur (9) y San Francisco (20).
Además del gran salto de Hong Kong en la clasificación general, entre las primeras 50 clasificadas destacan los progresos de Vancouver (44), que avanza 18 posiciones gracias sobre todo a su mejora económica, y Lyon (36), que mejora 12 posiciones debido a su mejor desempeño en proyección internacional y capital humano. La mayor subida de todo el ranking la protagoniza Vilna (65), que avanza 24 puestos gracias sobre todo al gran crecimiento de su PIB.
En cuanto a retrocesos, los mayores son los de Bucarest (103), que cae 29 puestos, y Stuttgart (63), que baja 23. Las principales caídas en los 50 primeros puestos son las de Melbourne (37), que retrocede 16, y Gotemburgo (50), que baja 12, en ambos casos lastradas por la proyección internacional y el capital humano.
¿Y ahora qué?
Una vez contextualizados estos resultados en la emergencia sanitaria que vive el planeta, los directores del informe, Pascual Berrone y Joan Enric Ricart, aportan una serie de conclusiones y recomendaciones, entre las que destacan la relevancia que adquirirá el concepto de resiliencia urbana y la necesidad de potenciar la colaboración público-privada:
Lo primero, las personas. La crisis de la COVID-19 ha puesto de manifiesto que el diseño de las ciudades debe poner el foco en la calidad de vida de las personas. En este sentido, las urbes deberán trabajar con particular énfasis en el avance conjunto de las dimensiones de cohesión social y economía para alcanzar una recuperación justa.
Identificar qué es lo esencial en tu ciudad. Las ciudades deben determinar los aspectos que precisan el mayor nivel de recursos, tiempo y esfuerzo. Los indicadores de este informe pueden ser una buena herramienta de diagnóstico.
Nuevas estrategias para un nuevo entorno. La COVID-19 impondrá un nuevo futuro a las ciudades. Por ejemplo, las medidas de distanciamiento social harán que el turismo masivo de bajo coste deje de ser una opción para muchas ciudades; el comercio minorista tradicional competirá con uno online fortalecido; el transporte público tendrá que ser rediseñado; y es posible que cambien las interacciones en espacios verdes. Las urbes deberán redefinir sus planes estratégicos para adaptarse al nuevo escenario.
Resiliencia como nuevo paradigma urbano. La pandemia ha demostrado la importancia de la capacidad de las ciudades para superar circunstancias traumáticas. Será esencial la promoción de una nueva resiliencia urbana combinando una infraestructura sólida con una gestión de gobierno ágil y eficiente.
Recuperación a través de la colaboración. Será posible restablecer el dinamism
o de las ciudades más rápidamente si todos los actores sociales (sector público, empresas privadas, organizaciones cívicas e instituciones académicas) colaboran. Hay que romper los 'silos' que impiden ver las sinergias.
Vínculo entre territorios. En las últimas décadas, se ha impuesto la hegemonía de la ciudad en detrimento del campo. Sin embargo, durante la crisis sanitaria ha quedado su interrelación y dependencia. Es necesario reconsiderar y afianzar sus vínculos para crear sistemas más eficientes.
Para que la recuperación sea rápida, efectiva y solidaria, se necesitarán gestores urbanos capaces de liderar con el ejemplo, guiados por los principios de justicia y colaboración, y con una visión de futuro que incluya a todos los ciudadanos. En definitiva, como indica el estudio, "precisaremos gestores urbanos que apliquen el concepto de 'gobernanza inteligente', el cual incluye un diagnóstico preciso, una visión clara y una gestión multidimensional de los desafíos".
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