IESE Insight
Perspectivas económicas tras el fin de la pandemia
Con el fin de la pandemia en el horizonte, aumenta la esperanza de la recuperación económica. Esta no será igual en todas las regiones, pero es importante que Europa aproveche los fondos Next Generation UE para impulsar un crecimiento sostenible.
El anuncio de los resultados iniciales de tres prometedoras vacunas para la COVID-19 ha brindado un rayo de esperanza a las atribuladas economías de todo el mundo. Sobre todo ahora que muchas se han visto obligadas a introducir nuevas restricciones para combatir la "segunda ola" de la pandemia, poniendo más presión antes de la campaña navideña. A más largo plazo, ¿qué podemos esperar mientras los gobiernos se esfuerzan por reanudar su plena actividad económica? Los profesores Javier Díaz Giménez, Núria Mas y Alfredo Pastor contestaron a esta pregunta en una sesión dentro del programa de formación continua de Alumni (ALP) del IESE.
El mundo: optimismo
"Lo peor ya ha pasado", declara Javier Díaz Giménez refiriéndose a la pandemia de la COVID-19 y la devastación económica que la acompaña. Con la perspectiva de que las campañas de vacunación --ya aprobadas-- puedan comenzar a principios de 2021, se espera que pronto podamos ver signos de recuperación económica. Además, los resultados de las elecciones en Estados Unidos prometen reiniciar la cooperación transatlántica y estabilizar la incertidumbre geopolítica, al menos hasta cierto punto.
En definitiva, el panorama general es positivo. La recuperación económica de China, con la pandemia bajo control, supone un buen augurio para otras regiones y los resultados del cuarto trimestre en todo el mundo podrían resultar mejor de lo esperado. Pero es necesario moderar parte de este optimismo porque, advierte Díaz Giménez, cuando se trata de tendencias económicas, lo micro se impone sobre lo macro. En otras palabras, aunque a nivel macro la tendencia general es de mejora, algunos sectores, regiones o empresas particulares pueden tener por delante un periodo todavía muy difícil.
Además, las tensiones geopolíticas con China no van a desaparecer en este siglo, como tampoco lo hará el cambio climático, la principal amenaza antes de la pandemia. De hecho, el coronavirus no es, en sí mismo, la fuente de los principales problemas a los que se enfrenta el empleo, insiste Díaz Giménez. Al observar las imágenes del torneo de tenis Nitto ATP Finals celebrado en noviembre, llama la atención el estadio, vacío por las restricciones que ha impuesto la pandemia. Pero el cambio más significativo es la ausencia de los jueces de línea, sustituidos por sistemas de inteligencia artificial (IA), dejando al árbitro solo en su silla gestionando quién sabe qué exactamente.
Así, cuando la pandemia sea apenas un recuerdo, deberemos seguir haciendo frente las disrupciones digitales. Los profesores Alfredo Pastor y Núria Mas coinciden en este punto, por lo que instan a poner el foco en medidas proactivas que permitan hacer frente a este cambio. "No podemos frenar la tecnología", asevera Pastor, "pero podemos controlar lo que hacemos con ella". Para Mas, dotar a las personas de las capacidades que necesitarán para manejar toda esta tecnología es clave para prepararnos para el futuro.
Europa: amenazas y oportunidades
Las moderadas previsiones de crecimiento para Europa en 2020 se han visto frenadas por el virus y la recesión económica, que han afectado especialmente al Viejo Continente. Si comparamos la actual crisis con la de 2008 --cuyos efectos aún se sienten-- podemos ver que, bajo la COVID-19, el choque inicial ha sido mucho más severo, pero también el repunte económico ha sido más fuerte en los momentos en que el virus ha estado bajo control, recuer
da Nuria Mas.
Eso nos da algunas pistas para la recuperación de Europa. La primera es la imperiosa necesidad de controlar el aspecto sanitario de esta crisis, como muestran las experiencias de muchos países asiáticos, como China, Taiwán y Corea del Sur, cuyas rápidas actuaciones para controlar el virus en sus primeras fases han dado sus frutos y ya muestran signos de recuperación económica. A favor de Europa juega la unidad de sus sistemas sanitarios. Estados Unidos puede ser el primero en recibir las vacunas, pero el Viejo Continente tiene sistemas más efectivos para distribuirlas y asegurar una inmunización generalizada.
Para Mas, los fondos Next Generation UE son una gran oportunidad para Europa: no solo pueden mitigar los efectos de la pandemia, sino que pueden suponer un impulso importante a las iniciativas ecológicas, digitales y formativas, vinculando la recuperación económica con proyectos que tengan un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente.
Finalmente, aunque los dramáticos sucesos de 2020 han restado protagonismo a las conversaciones sobre el brexit, se trata de un tema muy serio, no solo para el comercio (Europa es el principal socio comercial del Reino Unido), "sino también para el estado de derecho". Díaz Giménez está seguro de que habrá un acuerdo y se evitará un brexit duro, pero, para Mas, el acuerdo" probablemente será temporal y estará sujeto a cambios a medida que se desarrollen los acontecimientos".
España: días difíciles por delante
Muy afectada por la pandemia y con uno de los recuentos de casos y tasas de mortalidad más altos de Europa, España presenta unos pronósticos económicos desalentadores. La economía española depende desproporcionadamente del turismo y la hostelería y es posible que, para ella, lo peor no haya pasado, sugiere Pastor.
La crisis de 2008 ha dejado muchas secuelas en España y, aunque hay esperanzas de un repunte del PIB tras la pandemia (en 2020 ha experimentado una contracción del 12,4% y se prevé un crecimiento del 5,4% el año que viene), es probable que el desempleo aumente en 2021 y luego baje muy lentamente. El déficit, por su parte, ha aumentado más del 12% y también bajará lentamente, muy lejos de la aspiración de España de bajarlo al 3% del PIB.
España se enfrenta al doble desafío de la baja productividad y el elevado endeudamiento público, ahora en rangos del 120% con respecto al PIB. Pastor es inflexible: la solución no es reducir el gasto --lo que, por norma general, se traduce en recortes a la sanidad y la educación-- sino aumentar los ingresos mediante la mejora de la productividad y la diversificación de las fuentes de ingresos (el exceso de confianza de España en el turismo y la construcción ha demostrado ser muy dañino).
Pero, aunque lo peor no haya pasado, Pastor mantiene la esperanza de que España salga adelante. Después de todo, sostiene, España logró, en la mitad del siglo XX, transformar una dictadura con una pobreza y analfabetismo generalizados en una economía fuerte y moderna. Hoy dispone de más recursos para llevar a cabo el cambio que necesita.
Para Pastor, aprovechar los fondos Next Generation UE no será fácil para España. ¿Existirán suficientes proyectos empresariales que cumplan los requisitos de la Unión Europea? ¿O, como ha sucedido en el pasado, habrá más dinero que iniciativas? Las pequeñas empresas y los centros de investigación harán bien en asociarse con grandes compañías para llevar a cabo el tipo de iniciativas susceptibles de recibir estas subvenciones.
Aunque Mas reconoce que el uso de estos fondos es un reto, cree que son también una gran oportunidad, no solo para España, sino para el resto de países de la Unión Europea, a quienes ha llegado el momento de reflexionar sobre "lo que quieren ser cuando sean mayores". Este puede ser el primer paso para transformar el futuro de Europa.