IESE Insight
El impacto del microcrédito en Túnez
Un análisis de ENDA Inter-Arabe, la primera institución tunecina que aplica las mejores prácticas en microfinanciación reconocidas internacionalmente.
Aunque sin duda positivas, las iniciativas de microfinanciación no siempre tienen éxito. En casos como el de Túnez, las restricciones y regulaciones obstaculizan lo que podría ser un esfuerzo muy beneficioso.
La inflación se mantiene en el país en el 6% y casi el 15% de sus 9,5 millones de habitantes vive por debajo del umbral de la pobreza. Su sistema bancario, ineficaz, está dominado por el Estado. El "sector informal", integrado por servicios, comercio y empresas no agrícolas, genera casi el 20% del PIB, y alrededor de un 82% de las empresas tunecinas tiene seis o menos empleados.
La microfinanciación surgió en Túnez a finales de los años noventa impulsada por tres acontecimientos: la decisión del presidente del país de apoyarlas; el establecimiento de una normativa legal referida a los microcréditos, la Ley n. 99-67; y la creación por parte del Ministerio de Mujeres y Familia de un sistema de ayuda a microempresas dirigidas por mujeres.
Aun así, el sector afronta numerosas dificultades: los tipos de interés están limitados al 5%; está prohibido cobrar comisiones y abrir depósitos y cuentas de ahorros; no se pueden conceder préstamos por un valor superior a los 1.100 dólares, y el plazo máximo de devolución es de tres años. Estas restricciones han limitado la microfinanciación y su potencial para mejorar la vida de los tunecinos.
Las ONG no pueden hacer gran cosa para aliviar estos escollos, ya que para conceder microcréditos necesitan la autorización del Ministerio de Finanzas y superar un muy farragoso proceso burocrático.
Con todo, ENDA Inter-Arabe, una ONG con estatutos internacionales, se las ha apañado para hacer progresos. En "Microcredit in Tunisia: ENDA Inter-Arabe", el profesor José R. Pin y Ángela Gallifa y Lourdes Susaeta, de IESE, evalúan esta organización de éxito y explican cómo ha reforzado la microfinanciación a pesar de los problemas con que ha topado el sector en el país norteafricano.
Adopción de las mejores prácticas
ENDA Inter-Arabe es una institución de microfinanciación que trabaja para "paliar la pobreza a través del crédito y el apoyo a la microempresa, con una visión clara: un préstamo, un trabajo y una oportunidad de una vida mejor".
La organización, fundada en 1990, se diferencia de las demás instituciones de microfinanciación que operan en Túnez por ser la única que ha adoptado las mejores prácticas del sector, que no siempre van en línea con las restrictivas regulaciones del Gobierno.
Además, es la única dedicada a actividades relacionadas con la concesión de microcréditos, por lo que no le afectan las restricciones que constriñen a otras ONG.
En los últimos diez años, ENDA Inter-Arabe ha cosechado un gran éxito en Túnez. Ha concedido 82.000 préstamos por un valor acumulado de 33 millones de dinares tunecinos a 28.000 microemprendedores de sectores como el comercio, los servicios, la producción/artesanía y la ganadería. Y ha alcanzado una tasa de devolución del 99%.
La organización ofrece principalmente tres tipos de servicios: un préstamo básico para grupos, individuos e inversiones; préstamos paralelos, incluidos los temporales, exprés y de emergencia; y fondos sociales para ayudar a sus clientes en caso de muerte o discapacidad. ENDA Inter-Arabe utiliza procedimientos rápidos y flexibles y ofrece una línea de crédito progresivo de 120 a 4.000 dólares.
La organización ha conseguido mejorar la posición de la mujer. De hecho, el 93% de sus clientes son mujeres. La mitad de sus prestatarios tienen entre 30 y 51 años de edad, el 27% cuenta con estudios de enseñanza secundaria y el 77% está casado.
ENDA Inter-Arabe no se limita a conceder préstamos. Ofrece también servicios no financieros, como formación en contabilidad y marketing, asesoría, establecimiento de contactos y asistencia técnica. Asimismo, gestiona un programa de desarrollo comunitario en Hay Ettadhamen, un barrio de 250.000 habitantes, donde ofrece formación profesional, orientación laboral y actividades educativas y de alfabetización.
Tres historias de éxito
Puede que las sumas que maneja la organización sean pequeñas, pero los efectos son inconmensurables. Los investigadores entrevistaron a tres mujeres tunecinas para ilustrar la repercusión de ENDA Inter-Arabe en sus vidas.
Kaother Jaouali: Esta mujer de 42 años, madre de cuatro hijos, tuvo que cuidar de su familia después de que su marido sufriera un terrible accidente. Para salir adelante, Kaother empezó a fabricar mesas con materiales de su propia casa, como la madera de una cama, un espejo o estanterías. Con el dinero de su primera venta fabricó más mesas, pero tuvo problemas para comprar el material que necesitaba. Animada por un agente, pidió un préstamo para comprarlo, participó en una exposición y su negocio cuajó. Tras separarse de su marido, Kaother pudo criar a sus hijos ella sola gracias a los préstamos con que financió el crecimiento de su negocio.
Emna Larguet: Con los préstamos de ENDA Inter-Arabe, Emna compró máquinas de coser y tejidos para montar su propio negocio de ropa. Al igual que Kaother, participó en exposiciones, lo que impulsó sus ventas. Cuando murió su marido, se volcó en el trabajo y empezó a formar a otras chicas en el negocio. Con el apoyo financiero del Gobierno, Emna ahora vende sus creaciones en cinco tiendas situadas en hoteles y espera expandir más su negocio.
Leila Saida Argüí: A los 41 años, Leila inició su carrera como fotógrafa junto a su marido en la tienda de ambos. Al final, tuvieron que cerrarla, incapaces de hacer frente a los gastos. Después de que su marido fuera a la cárcel, Leila asumió los encargos fotográficos para criar a sus hijos. Con un microcrédito, adquirió un equipo nuevo. En 2004 ella y su marido, ya en libertad, compraron una nueva tienda.
El futuro de ENDA Inter-Arabe es prometedor. Lo mismo que para muchas mujeres y hombres cuyas vidas se han transformado gracias a los microcréditos. Cuantas más historias de éxito como éstas se produzcan, mayor impulso cobrará la microfinanciación, sobre todo en el mundo árabe.