IESE Insight
Un manual de macroeconomía que no tiene precio
Un manual de macroeconomía que te puedes descargar a cambio de lo que quieras pagar. Así de transgresora es la propuesta de Macroeconomía para casi todos. Y parece que a este libro digital, en el que Javier Díaz-Giménez disecciona el complejo entorno económico global, le cuadran los números.
La macroeconomía suele considerarse un tema áspero. Se ve como un entramado en apariencia indescifrable de conceptos, teorías, fórmulas matemáticas y datos.
Sin embargo, se puede explicar en un relato sencillo y vinculado a la economía global actual. Y que no solo ayuda a entender el marco conceptual y las normas y políticas que condicionan nuestras decisiones económicas, tanto individuales como colectivas. También la labor, muchas veces incomprendida, de los economistas.
Eso es lo que hace el profesor del IESE Javier Díaz-Giménez en Macroeconomía para casi todos, una primera aproximación a la macroeconomía que tanto sirve de libro de texto para sus alumnos como de lectura divulgativa para todo aquel que quiera "entender cómo funciona y se gestiona la economía global".
De hecho, esta es la última versión de un texto pulido a lo largo de los años que Díaz-Giménez ha sacado de las aulas para ofrecerlo ahora a través de su web. Y, en otro guiño al lector, le invita a comprarlo por el precio que quiera pagar.
Pegado a la realidad
Su propuesta para comprender qué es la macroeconomía parte de dos premisas. La primera es pensar en la economía como un conjunto de proyectos empresariales que "se realizan en un entorno económico y están sujetos a unas normas concretas", de cuyo estudio se encarga la macroeconomía. La segunda alude a la complejidad del entorno económico que nos ha tocado vivir.
Díaz-Giménez se vale de dos métodos utilizados por los economistas, la simplificación y la consolidación, para condensar las decisiones de los hogares, las empresas y los Gobiernos en un modelo básico que permite entender su funcionamiento agregado y las consecuencias de la política económica para el mundo real.
El origen docente del libro se hace patente en su estructura y formato. Pese a ello, no es un libro de texto al uso. Está jalonado de constantes referencias a la actualidad, así como de reflexiones que lo acercan por momentos al ensayo, como la comparación de la función de los economistas con la de los médicos.
Los diferentes capítulos se estructuran en cuatro partes (marco conceptual, la macroeconomía real, la macroeconomía monetaria y la macroeconomía abierta) y se acompañan de ejercicios y apéndices. De ese modo, toda explicación teórica queda ilustrada con ejemplos que obligan al lector a reflexionar.
Hay ejercicios anclados en la lógica económica, como calcular el valor de la información de un experto que sabe el número de lotería que va a salir premiado con cinco millones de euros. Y también ejemplos de situaciones reales, como los tipos de cambio en la eurozona o la política monetaria antes y después de la crisis financiera de 2008.
Díaz-Giménez aborda su asignatura con complicidad. "Vamos a meternos en la cabeza de los macroeconomistas" para entender los conceptos macroeconómicos que manejamos habitualmente pero que son difíciles de definir y de valorar en cuanto a su alcance y posibilidades. Así, por el libro se van sucediendo la diferencia entre valor y precio, la coyuntura, el crecimiento, el PIB, el sector público y el privado, el mercado de trabajo, las pensiones y la economía financiera.
Tres regalos
Javier Díaz-Giménez insiste en que la economía también es cuestión de ideas. No solo porque los economistas tienen su propio criterio sobre la efectividad y las consecuencias de las intervenciones de la política económica, ya sean los partidarios del enfoque liberal o del activista. O porque "los economistas nos hemos especializado en el estudio de las decisiones de agentes racionales y prudentes".
De hecho, él mismo aporta las suyas. Un ejemplo es que a la necesidad de que el crecimiento económico de un país sea "suficiente, sostenido y equilibrado" añade la de que las desigualdades entre sus ciudadanos sean "razonables", haciendo compatible el crecimiento económico con la solidaridad.
Y, como colofón, las tres ideas que el autor "regala", en sus propias palabras, al lector:
- Para empezar, lo que considera un "resumen ejecutivo del conocimiento económico" acumulado desde la obra de Adam Smith: "nada es gratis", en referencia a la gestión de la escasez.
- La segunda, "un rayo de esperanza que nos dice que las reformas son posibles y que la política tiene margen para actuar": "todos respondemos a los incentivos".
- Y, por último, una máxima "curiosamente paradójica": "nada es tan práctico como una buena teoría".
Sin duda, se trata de un manual de macroeconomía cuya lectura sale a cuenta más allá de lo que se pague por él.