IESE Insight
¿Está la globalización en manos de los países emergentes?
Europa se mantiene como la región más globalizada en cuanto a flujos comerciales, de capital, información y personas, según el "Depth Index of Globalization 2013", elaborado por Pankaj Ghemawat y Steven A. Altman. Aun así, el estudio muestra el avance de las economías emergentes en los flujos comerciales, una señal del profundo cambio que se está produciendo en la globalización.
Las multinacionales de los países desarrollados están globalizando operaciones y objetivos de ventas, pero no avanzan al mismo ritmo en cuanto a la diversidad y movilidad de sus plantillas. Sin duda, se trata de una muestra palpable de que los flujos comerciales y de capital siempre van por delante de los de personas.
Las economías emergentes son las responsables de la mayor parte del crecimiento de los flujos comerciales. Este desplazamiento de la cuota de producción mundial de los países desarrollados a los emergentes está cambiando profundamente el modelo de la globalización.
Aunque los emergentes están casi a la par de los desarrollados en cuanto a flujos comerciales, los de capital y personas solo tienen una cuarta parte de la profundidad que muestran en las economías desarrolladas, y los de información, una novena parte.
Pero las diferencias se van reduciendo a medida que aumenta la riqueza en las economías emergentes. Así, se calcula que en 2025 más del 45% de las empresas del índice Fortune Global 500 tendrán su sede en países emergentes.
Estas son algunas de las conclusiones del "Depth Index of Globalization" (Índice de profundidad de la globalización), un estudio del profesor del IESE Pankaj Ghemawat y Steven A. Altman que compara el tamaño global de la economía de un país con el porcentaje de flujos comerciales, de capital, información y personas.
El índice de 2013, que analiza 139 países que suman el 99% del PIB y el 95% de la población mundiales, actualiza y amplía el Índice de Conectividad Global de DHL elaborado por los autores en 2011 y 2012.
Tendencias a tener en cuenta
Estancamiento de la recuperación. El mundo sigue estando menos interconectado que en 2007. La principal causa es la debilidad de los indicadores macroeconómicos, aunque también se observa un aumento del proteccionismo, contra el que alertan los autores.
Caída del comercio y de la inversión extranjera directa. A escala mundial, ha disminuido la cuota de producción e inversión fija transfronterizas.
Fragmentación de Internet. Aunque la penetración de Internet crece en todo el mundo, la mayoría de las interacciones en las redes sociales y otros flujos de información, como las llamadas telefónicas, siguen produciéndose en el ámbito nacional.
En este sentido, los autores apuntan que se debe sacar más partido del potencial de la tecnología para aumentar dichos flujos. También piden más apertura y menos regulación en esta área.
Competencia de las multinacionales emergentes. Todavía hay pocas multinacionales originarias de los países emergentes y su peso global sigue siendo modesto, pero están ganando terreno.
El hecho de que los empleados de las grandes multinacionales no se hayan globalizado al mismo ritmo que sus operaciones y objetivos de ventas indica que los directivos aún deben dar con una fórmula que acorte las distancias y diferencias que separan la matriz de sus principales mercados de crecimiento.
Europa, la región más globalizada. Los diez países más globalizados en cuanto a flujos internacionales son: Hong Kong (China), Singapur, Luxemburgo, Irlanda, Bélgica, Holanda, Malta, Malasia, Bahréin y Estonia. Hay mayoría europea, aunque los países del Sudeste Asiático y Asia Central registraron el segundo mayor aumento en su nivel de globalización después de los norteamericanos.
Ojo con el proteccionismo
Según los autores, el fortalecimiento de los flujos internacionales podría impulsar la recuperación económica. Todos los países y regiones podrían aumentar su grado de globalización a través de políticas tanto nacionales como internacionales.
Ghemawat y Altman añaden que la mayor amenaza para la globalización son precisamente las políticas erróneas. Está previsto que la economía mundial crezca más rápido entre 2012 y 2018 que en los treinta años anteriores. Por tanto, lo relevante no son tanto las variables macroeconómicas como las políticas que se adopten.
Ni el nacionalismo ni el proteccionismo son la solución, pues socavan el gran potencial de la globalización: hacer del mundo un lugar más próspero.