IESE Insight
Antes de innovar, cúrese en salud
En medicina se han hecho grandes avances científicos y tecnológicos, pero no en los procesos de gestión. Y buena parte de los retos actuales de los sistemas de salud son consecuencia de ese desarrollo desigual.
Si tuviera que someterse a una operación a vida o muerte, ¿escogería el hospital con la mejor tecnología o el mejor gestionado? La respuesta no es obvia. Importan mucho las nuevas técnicas médicas, desde luego. Pero importa todavía más cómo se utilizan. De hecho, existen estudios que relacionan la excelencia en la gestión con la excelencia clínica.
Uno de los más relevantes es el que llevaron a cabo McKinsey y la London School of Economics en casi 1.200 hospitales de Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Suecia. Tras analizar a fondo las prácticas de gestión hospitalaria en estos centros, llegaron a la conclusión de que existía una fuerte correlación entre la excelencia en la gestión y la excelencia clínica. Es decir, los hospitales mejor gestionados eran también los que obtenían una puntuación más alta en sus resultados clínicos. Incluso se llegó a probar que tenían tasas de mortalidad significativamente más bajas, mejores resultados financieros y estándares más altos en la calidad de la atención a sus pacientes. ¿Cambiaría ahora su elección?
Más con menos
Todas las organizaciones, públicas y privadas, están hoy volcadas en encontrar formas de hacer más con menos. No solo por la austeridad que impone la crisis. También por la necesidad de replantear modelos y fórmulas que han quedado obsoletos o que ya no son sostenibles.
En el caso de la sanidad, esto pasa por innovar en la gestión de los recursos disponibles. No se trata únicamente de fomentar y desarrollar innovaciones clínicas y tecnológicas. Como advierte Richard Bohmer, médico y profesor de Harvard Business School especializado en las prácticas de gestión en el ámbito de la atención sanitaria, “algunas de las innovaciones más importantes no son tecnológicas. Están en el modo en que se organizan los servicios de atención”.
La realidad es que en los últimos años se han hecho grandes avances científicos y tecnológicos en medicina, pero no tanto en los procesos de gestión. Y buena parte de los retos
a los que se enfrentan los sistemas sanitarios son consecuencia de ese desarrollo desigual.
El aumento de la esperanza de vida, la cronificación de enfermedades que antes eran mortales, el auge de la medicina preventiva, la tendencia a una mayor personalización de los tratamientos y la sofisticación de los sistemas de diagnóstico… Los grandes triunfos de los sistemas de salud modernos son los que, paradójicamente, pueden comprometer su viabilidad si no se acompañan de una racionalización de la gestión y del gasto.
Por ello, buena parte de los esfuerzos en innovación sanitaria se están orientando hacia la reorganización de procesos y recursos. Más concretamente, se plantean grandes retos y
oportunidades en aspectos como el fomento de la innovación y de la iniciativa emprendedora entre el personal clínico o la transformación del sistema gracias al uso de la tecnología y la implicación de los propios usuarios.
Una versión de este artículo se publica en la revista IESE Insight 18 (T3 2013).
Este contenido es exclusivamente para uso individual. Si deseas utilizar este material en clase, puedes adquirir las copias que necesites tanto de "Antes de innovar, cúrese en salud" (ART-2416) como de la revista completa en formato PDF mediante IESE Publishing.