IESE Insight
Las consecuencias de expulsar a Rusia de SWIFT
La reciente exclusión de bancos rusos del estándar financiero SWIFT puede significar el fin de este sistema tal y como lo conocemos. ¿Será la banca capaz de mantener un sistema global de mensajería unificado? ¿Qué importancia tienen posibles disrupciones tecnológicas como blockchain?
Por Sandra Sieber
La creación de un sistema de información global que utiliza tecnología abierta y cuyo gobierno es privado y colegiado es extremadamente difícil. Y lo es aún más mantenerlo en el tiempo. Eso es lo que había conseguido el sector bancario con el estándar SWIFT, en marcha desde 1977.
¿Qué implica para un banco salir de este sistema? Es tanto como privarlo de voz y oídos, se lo deja sordomudo. Aunque puede realizar las transacciones monetarias, carece de la información complementaria esencial (de dónde viene la transacción, a dónde va, de qué tipo de transacción se trata, etc).
Tener un sistema estándar para todos, de tecnología abierta, requiere un sistema de gobierno que mantenga la neutralidad respecto a todos los bancos partícipes, pase lo que pase. Con la expulsión de Rusia, SWIFT ha dejado de ser neutral por segunda vez en su historia. Con ello, crea incentivos --para los bancos directamente afectados u otros a los que estos hechos puedan hacer pensar-- para desarrollar sistemas alternativos.
Sin duda, aplaudimos y apoyamos que se haya ejecutado la expulsión del sistema SWIFT como medida dura de sanción económica. Pero debemos ser consciente de los daños colaterales que esto puede conllevar a largo plazo. Estamos ahora ante un SWIFT debilitado en su función esencial de servir como sistema de intercomunicación financiera global y único. Y con ello tenemos que ponernos a pensar en cuáles son los diferentes escenarios futuros que se nos abrirán. ¿Seremos capaces de volver a un estándar global, ya sea con SWIFT, un SWIFT modificado (e interconectado) o bien utilizando blockchain u otra tecnología? ¿Conseguirá la banca ponerse de acuerdo de nuevo?