IESE Insight
La ética empresarial vista por las religiones del mundo
Las ocho religiones más importantes del mundo ofrecen fórmulas para una acción positiva tanto en la vida como en los negocios.
Judaísmo, cristianismo, islam, hinduismo, budismo, confucianismo, taoísmo y sintoísmo son las religiones más importantes del mundo. Cada una posee su propio sistema organizado de creencias, ritos y culto, y todas ellas ofrecen fórmulas para una acción positiva tanto en la vida como en los negocios. Un aspecto clave en un entorno empresarial cada vez más globalizado.
El profesor de ética empresarial del IESE, Domènec Melé, afirma que el mundo de los negocios no es ajeno a la religión, por el contrario, es un factor clave para la dirección de empresas en un contexto internacional. En su capítulo “Religious Foundations of Business Ethics” del segundo volumen del libro The Accountable Corporation, editado por M. E. Epstein y K. O. Hanson. Estudia las raíces de la ética empresarial en las grandes religiones y cómo su conocimiento puede ayudar a comprender el ethos de otras culturas corporativas o, incluso, a inspirar cambios culturales para desarrollar nuevas culturas dentro de las organizaciones.
La mayor parte de la investigación sobre ética empresarial se enfoca desde un punto de vista filosófico y no religioso, "ello puede deberse a que en muchos países existe una cultura fuertemente secularizada, en cuyo ámbito público la religión se considera irrelevante para la empresa", afirma Melé. Sin embargo, merece la pena estudiar las raíces religiosas de la ética empresarial por muchas razones, por ejemplo, siglos antes de que la filosofía se ocupara de la ética empresarial, las religiones ya ofrecían normas de conducta y valores a las personas dedicadas a los negocios.
Melé aborda en primer lugar las tres grandes religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islam, en las cuales la relación entre el ser humano y el creador es de suma importancia. Después fija su mirada en las cinco religiones basadas en las antiguas culturas asiáticas, que "ligan la trayectoria vital a tradiciones muy antiguas y caracterizadas a menudo por una gran sabiduría". Melé describe brevemente cada una de las religiones y su historia para luego estudiar su ética y, más específicamente, su ética empresarial.
Judaísmo
Nació con la Alianza original que sellaron Dios y Abraham hacia 1900 a. C. La principal fuente para entender la ética empresarial en el judaísmo es la Torá. Según Melé, "la legitimidad de la actividad empresarial y de los beneficios, realizados en el marco de unas normas éticas y religiosas, es uno de los principios rectores de la ética empresarial en la tradición judía". En el judaísmo, el trabajo se tiene en gran estima, como si fuera una especie de relación humana con lo divino.
Cristianismo
La religión que cuenta con más fieles, unos 2.000 millones (entre católicos, ortodoxos, protestantes y otros credos cristianos). Jesús de Nazaret es la figura central del cristianismo. En sus parábolas, Jesús hace una mención positiva de varios comerciantes que intentaban obtener beneficios, pero previene contra la avaricia, una ansiedad excesiva respecto a las necesidades futuras y la tentación de servir al dinero en lugar de a Dios. La dignidad humana y el interés y amor por las personas son cruciales en el cristianismo. Esta religión también aboga por un sentido de la justicia en los negocios, como el estricto cumplimiento de los contratos, el respeto a las normas y el trabajo en aras del bien común.
Islam
La segunda religión más importante del mundo con más de 1.000 millones de fieles, su historia comenzó con Mahoma, quien nace en La Meca hacia el año 570 de nuestra era. Mahoma creía en un único Dios, Alá, y escribió sus revelaciones divinas en el Corán. Diversos estudiosos del campo empresarial pertenecientes al islam coinciden en señalar como un concepto central de esta religión el tawhid, o la unidad con Dios. La vida está unificada porque proporciona un modelo práctico para desarrollar todas las facetas de la vida humana de acuerdo con la voluntad de Dios. Esto incluye los negocios, que deberían hacerse según las leyes de la naturaleza dictadas por Dios.
Hinduismo
La primera de las cinco religiones basadas en las antiguas culturas asiáticas, es un grupo de tradiciones religiosas que se arraigaron en India entre 3.000 y 1.500 a. C. Actualmente hay unos 780 millones de hindúes, la mayoría en India. Más que un sistema teológico, el hinduismo es una manera de concebir el universo. En lo referente a los negocios, Melé señala que el hinduismo mantiene una actitud positiva hacia los negocios y la creación de riqueza, aunque esta última no es el objetivo supremo. La ética (dharma) y la salvación (moksha) son más importantes.
Budismo
Se basa en las enseñanzas de Siddhartha Gautama, llamado Buda o "El iluminado", nació en India hacia 560 a. C. Esta religión aspira a hallar alivio para el sufrimiento del ser humano. En los negocios, los budistas buscan "el sustento honrado" y en general están en contra de las empresas que no cuidan del entorno o abusan de los animales.
Confucianismo
Una de las tres religiones tradicionales chinas, junto con el taoísmo y el budismo, se basa en las enseñanzas que legó Confucio durante los siglos V y VI a. C. Aproximadamente cinco millones de personas practican esta religión. Según Confucio, "un caballero se toma tantas molestias en descubrir lo que está bien como los hombres de menor valía en descubrir qué beneficios obtendrán". Los beneficios son aceptables siempre que se obtengan honradamente.
Taoísmo
Coexiste con el confucianismo en China y promueve la paz interior de las personas y la armonía con su entorno. Tao podría traducirse como "senda" o "el camino". Se trata de una fuerza que fluye a través de la vida e impregna todas las cosas. En los negocios, el taoísmo exhorta a las empresas a alimentar a las personas, y la meta no debería ser el éxito o las ganancias personales, sino el bien común. Según Lao Tse: "Llena tu cuenco hasta el borde y derramarás su contenido. Haz tu trabajo y da un paso hacia atrás".
Sintoísmo
Por último, el sintoísmo está inextricablemente ligado a los orígenes y la historia de Japón. La palabra deriva de los vocablos chinos shin tao, o modos de los dioses. Empezó en 500 a. C., esta religión se centra en el culto del kami, un huésped de seres sobrenaturales y misteriosos (deidades naturales) que pueden expresarse a través de formas, ya sean objetos de la naturaleza o fuerzas creativas abstractas como la justicia o personas notables. En los negocios, el sintoísmo hace énfasis en los beneficios para la comunidad, que es como una familia.
En un entorno empresarial globalizado, interactuar con individuos de diversas religiones es cada vez más frecuente. Por ello, es crucial comprender las diferentes éticas religiosas, ya que el desconocimiento o la mala interpretación de estas pueden dar lugar a problemas. Para Domènec Melé la ética religiosa propone una serie de principios coherentes y razonables respecto a la empresa. Un enfoque diferente que abre nuevos horizontes y conocimiento sobre las sociedades en las que operan las empresas, y fomentar la tolerancia y el entendimiento mutuo dentro y fuera de las organizaciones.