
IESE Insight
Prioridades y retos del sector energético español
Más de la mitad de las empresas prioriza avanzar en la descarbonización sin comprometer la competitividad, mientras que 1 de cada 4 usa la inteligencia artificial para prever la demanda y optimizar su eficiencia operativa.
Una encuesta contestada por 121 profesionales asistentes a la 22ª edición del Encuentro del Sector Energético, organizado por IESE Industry Meetings bajo la dirección académica del profesor Juan Luis López Cardenete, pone cifras a los desafíos que enfrenta la industria energética en España. La descarbonización se alza como el principal objetivo y el gran reto es lograrlo sin comprometer la competitividad.
El 58% de los encuestados identificó este equilibrio como su mayor desafío, seguido por la gestión de la creciente presión regulatoria y fiscal (18%). Menos atención reciben la adaptación a las tensiones globales derivadas del fin del multilateralismo basado en reglas (9%), la digitalización para mejorar la gestión de procesos (8%) y la necesidad de definir una estrategia clara (7%). López Cardenete subraya que “para avanzar en la colosal y necesaria transformación de la descarbonización a escala global debe haber una convergencia entre el discurso y la praxis”.
La misma encuesta también evidencia la desigual adopción de la inteligencia artificial. Mientras que para el 27% de los encuestados el principal uso de esta tecnología es el análisis de datos para prever la demanda energética y mejorar la eficiencia operativa, el 24% prioriza la automatización de procesos orientados a optimizar la generación y distribución de energía.
Por su parte, apenas el 16% emplea principalmente la IA para reforzar el papel de los operadores con herramientas avanzadas de gestión y solo el 14% para promover la transición hacia fuentes sostenibles mediante el uso de tecnologías que mejoren el equilibrio entre generación y consumo energético. Es significativo que un 19% declare no utilizar la IA activamente en sus operaciones. Según López Cardenete, “podría ser que estemos ante una encrucijada entre digitalización y descarbonización y, por tanto, ante el aumento de productividad” a la hora de asignar los recursos.
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