IESE Insight
En los zapatos de la generación sándwich
Los horarios personalizados podrían ser la respuesta a las necesidades de conciliación de quienes tienen familiares a su cargo. Y, según una investigación liderada por Mireia Las Heras, ayudarían a fidelizar el talento de la generación sándwich.
Bajas remuneradas de hasta seis semanas en Facebook para cuidar de un familiar enfermo y de hasta dieciséis en Deloitte tanto para hacer frente a la paternidad o maternidad como para cuidar a un familiar dependiente.
Este tipo de beneficios laborales en forma de facilidades para el cuidado de familiares empiezan a calar en los departamentos de dirección de personas de las empresas más avanzadas en materia de flexibilidad laboral y conciliación familiar.
Sin duda, son medidas que contribuyen al éxito de aquellos empleados que se enfrentan a situaciones personales y familiares de creciente complejidad. Muy particularmente los empleados de la llamada "generación sándwich", personas de entre unos 35 y 55 años que cuidan de sus padres (o suegros) y de sus hijos.
¿Cómo afectan esas responsabilidades familiares a las relaciones laborales entre supervisores y colaboradores? Esa es la pregunta que aborda un artículo de investigación publicado por la profesora del IESE Mireia Las Heras en colaboración con otros investigadores.
En los zapatos del otro
Su estudio examina hasta qué punto el hecho de tener familiares a cargo influye en la predisposición de los supervisores para permitir que sus subordinados trabajen en horarios personalizados, que se ajustan a sus necesidades familiares a la vez que ayudan a la productividad en la empresa.
La investigación determina cómo inciden estos acuerdos beneficiosos para ambas partes en la satisfacción de los empleados con el equilibrio trabajo-familia y en sus intenciones de cambiar de empleo, un factor con un claro impacto en la cuenta de resultados de las empresas.
Más conciliación, menos rotación
Según los autores, y esa es la hipótesis de partida, cabría esperar que los superiores que cuidan de sus padres o hijos fueran más proclives a facilitar la flexibilidad de los colaboradores con una situación parecida. ¿Pero realmente es así?
Solo en parte: el hecho de que los supervisores tengan personas mayores a su cargo sí que favorece los acuerdos personalizados de horarios con sus subordinados. Sin embargo, no ocurre lo mismo con su estado parental, entendido aquí como tener o no hijos menores de 14 años a su cargo.
Por otra parte, los resultados también confirman, y aquí no hay sorpresas, que estos acuerdos personalizados aumentan el nivel de satisfacción de los empleados respecto al equilibrio trabajo-familia y reducen su intención de cambiar de empleo.
Por tanto, este tipo de acuerdos no son solo una vía para dar una mejor respuesta a las necesidades familiares de los empleados, aumentando así su compromiso y motivación, sino también una medida eficaz para fidelizar el talento en la organización.
Sobre la investigación
Para la obtención de estos resultados, los investigadores han realizado un análisis multinivel de 520 parejas de supervisores y empleados procedentes de tres empresas distintas.