IESE Insight
Empleo juvenil: qué competencias echa en falta el mercado español
Una encuesta entre directivos evalúa si existe un desajuste entre las competencias que el mercado demanda y las que poseen los jóvenes.
A tenor del informe de la Comisión Europea sobre las competencias profesionales con mayor demanda hasta 2020, Europa necesitará más talento y trabajadores cualificados de los que actualmente salen de las aulas.
Mientras, el desempleo alcanza niveles récord, sobre todo entre los jóvenes, con cifras dramáticas. Por ejemplo, en España, donde la tasa de paro se sitúa alrededor del 27%, el 76% de los jóvenes de 16 a 19 años y el 54% de los de 20 a 24 años no tienen trabajo.
¿A qué se deben estas tasas tan altas? A primera vista, los trabajadores están sobrecualificados y sus aptitudes, infrautilizadas. Pero, ¿podría ser que las competencias que más demanda el mercado sean precisamente aquellas que no poseen?
Para responder a estas preguntas, Lourdes Susaeta, Paula Apascaritei y José Ramón Pin, del IESE, han encuestado a directivos de empresas y multinacionales con sede en España, así como a orientadores profesionales de diversas universidades. Su objetivo: comprobar si una de las causas del elevado paro juvenil en el país puede encontrarse en ese desajuste de competencias y, de ser así, analizar qué se podría hacer para solventarlo.
Formados sobre el papel
Cada vez más jóvenes españoles deciden cursar estudios superiores. Los alumnos que realizan las pruebas de acceso a la universidad han aumentado un 25% desde 2007. Pero, como señaló un director de RR. HH., cuando salen de la universidad y se enfrentan a un proceso de selección, muchos de estos estudiantes teóricamente formados no aprueban ni siquiera un examen con cuestiones matemáticas básicas, lo que pone de manifiesto un problema educativo muy grave.
Como la formación académica que reciben los jóvenes no está a la altura de lo que necesitan las empresas, el 80% de los participantes en la encuesta respondieron que les ofrecían algún tipo de formación en el trabajo. Muchas empresas destacaron la utilidad de los programas de responsabilidad social corporativa. Los consideran una buena herramienta para detectar y desarrollar competencias y talento, dada su capacidad para motivar.
Las empresas cada vez exigen más de sus empleados, por lo que solo los candidatos sobresalientes pasan el corte. Se contrata solo a los mejores, por lo que en un mercado laboral como el español eso deja en el paro a muchos trabajadores de cualificación baja o media.
Candidatos sobrecualificados
Aunque el 65% de los encuestados no tendría ningún problema en emplear a jóvenes sobrecualificados, el 35% restante prefiere no hacerlo. Un director de RR. HH. se lamentaba: "Tenemos millones de solicitantes de empleo con licenciaturas en empresariales, economía o derecho, pero es imposible encontrar a alguien con formación profesional en administración de empresas". La realidad es que entre los trabajos más demandados en España están los manuales y los de comercial, electricista y fontanero.
Las políticas de los sucesivos gobiernos, empeñados en fomentar los estudios universitarios, han ocasionado un descenso del número de estudiantes de formación profesional. Así, pese a la enorme tasa de desempleo, el 9% de los directivos españoles se quejaban de que no pueden cubrir las necesidades laborales de sus empresas.
La necesaria formación profesional
Una persona que trabaja en el área de los servicios de orientación profesional apuntó que muchos jóvenes que van a la universidad desconocen lo que realmente demanda el mercado laboral. Una solución a este desajuste sería promover la formación profesional entre los jóvenes.
El germen de esta brecha competencial se siembra en casa, en el seno familiar, y crece durante la educación primaria. A los jóvenes no se les inculca la importancia de adquirir competencias que tengan salida y aumenten sus posibilidades de conseguir un empleo.
La formación universitaria, así como la profesional, debería ser flexible y adaptarse a las necesidades del mercado laboral. Lo más trascendental es que en la escuela se enseñe y aliente la iniciativa emprendedora.
Propuestas educativas, políticas e industriales
Los autores recomiendan las siguientes medidas para eliminar los desajustes competenciales:
- Flexibilizar el sistema educativo.
- Cambiar la imagen de la formación profesional para hacerla más atractiva.
- Aumentar la colaboración entre los sectores público y privado para mejorar los planes de estudios.
- Ofrecer educación emprendedora en la escuela secundaria.
- Recuperar la figura del aprendiz para paliar, aunque sea temporalmente, la brecha competencial.
- Apostar por un nuevo modelo industrial en el que prime la búsqueda de inversión extranjera.
- Adaptar las políticas gubernamentales a los cambios que vaya experimentando el mercado laboral.