IESE Insight
Las empresas, grandes víctimas colaterales de la crisis de deuda soberana
Durante la crisis de deuda soberana en Europa cayeron abruptamente tanto la inversión como las ventas y se destruyeron centenares de miles de puestos de trabajo. La contracción del crédito fue una de las grandes responsables, según una investigación que ofrece pistas para liberar el crédito en la próxima crisis.
En Grecia, Italia, Irlanda, Portugal y España —conocidos como los países GIIPS por sus siglas en inglés—, la crisis de deuda soberana de 2009-2011 redundó en un aumento del desempleo del 37% y una caída de la inversión de 190.000 millones de euros. Y esos efectos tuvieron consecuencias más allá de sus fronteras. ¿Cómo prevenir otra crisis semejante?
En busca de una respuesta, Viral V. Acharya, Tim Eisert, el profesor del IESE Christian Eufinger y Christian Hirsch han estudiado la evolución de los préstamos sindicados durante la crisis de deuda, la subsiguiente contracción del crédito (los bancos dejaron de prestar dinero) y su impacto negativo en la economía: tanto la destrucción de puestos de trabajo como el hundimiento de la inversión y las ventas. Su conclusión es que una recapitalización bancaria eficaz podría impulsar la recuperación económica, tanto entonces como cuando estalle la próxima crisis.
Doble golpe al crédito
Para entender a qué se debió la crisis crediticia en la eurozona, los autores realizaron un análisis en profundidad de los canales de crédito bancario e identificaron dos factores decisivos:
- Impacto en el balance y la salud de los bancos. Al principio, cuando los inversores temían el inminente impago de Grecia y los demás GIIPS, la crisis de deuda afectó directamente a las entidades que tenían bonos soberanos de estos países. De media, los bancos de los GIIPS perdieron un 10,8% de su valor y los del resto de la eurozona, un 6%. Por consiguiente, muchas entidades se vieron obligadas a desapalancarse y redujeron la concesión de crédito.
- Abandono del crédito a las empresas. Al mismo tiempo, los bonos soberanos de determinados países ganaron en atractivo debido a su mayor rentabilidad por el riesgo de impago. Los bancos más débiles apostaron por esos bonos de alta rentabilidad en detrimento de los préstamos a las empresas.
El resultado fue una menor disponibilidad de financiación para las empresas que trabajaban con esos bancos debilitados por la crisis de deuda. En conjunto, la probabilidad de acceder a nuevos préstamos sindicados cayó hasta un 53%, por lo que las empresas europeas redujeron su inversión y tanto los flujos de fondos como las ventas se resintieron, así como las oportunidades de empleo.
¿Hasta qué punto fue importante la contracción del crédito? Los autores calculan que la crisis crediticia es responsable de la mitad o más del daño económico sufrido por las empresas europeas. En el caso de los GIIPS, sería la culpable del 61% del descenso de las ventas, el 62% de la caída de la inversión y el 66% de la reducción del empleo (en el resto de los países de la eurozona, el 44%, el 46% y el 49%, respectivamente).
Por lo tanto, sí, el impacto de la contracción del crédito fue más que significativo. Solo las empresas que no necesitaron financiación bancaria lograron sortear algunos de estos efectos.
De cara al futuro, los autores sostienen que una recapitalización eficaz de los bancos sería fundamental para impulsar el crédito bancario la próxima vez que decaiga y apuntalar la recuperación económica.
Sobre la investigación
Los autores han analizado los datos de préstamos sindicados en Europa entre 2006 y 2012, teniendo en cuenta las relaciones entre bancos y empresas antes del estallido de la crisis en 2009 y durante su apogeo. Han tenido en cuenta las características de los bancos, el contexto macroeconómico (como una menor demanda de préstamos bancarios) y otros factores para identificar los efectos de los canales de crédito bancario.