IESE Insight
¿Quién cuidará de la vieja Europa?
Los cuidados de larga duración de enfermos crónicos y personas de la tercera edad en la Unión Europea afrontan dificultades financieras y de falta de profesionales.
Las estadísticas ponen de manifiesto el envejecimiento de la población europea y el aumento de enfermos crónicos. Ambas tendencias plantean a Gobiernos y sistemas de salud un gran reto: asegurar la sostenibilidad financiera de los servicios que prestan en cuidados de larga duración.
Esta área siempre se ha considerado ingrata, poco atractiva y, por tanto, inestable. Sin embargo, ¿es real esa supuesta brecha entre su atractivo laboral y el de los demás servicios de atención médica?
Los profesores del IESE Marta Elvira y Carlos Rodríguez Lluesma, junto con Stefano Visintin, han comparado la estabilidad y el atractivo de los trabajos en cuidados de larga duración con los de otras áreas sanitarias en 26 países europeos durante el periodo 1992-2011.
Basándose en los datos de estabilidad laboral, el estudio revela que globalmente los trabajos relacionados con los cuidados de larga duración son igual de atractivos que el resto de empleos del sector sanitario.
Diferencias regionales
Pero un análisis por países apunta diferencias, por lo que los autores han establecido tres grupos:
Los países donde los empleos en el área de cuidados de larga duración son menos estables y, por ende, menos atractivos se concentran en el sur y el este de Europa: Grecia, Italia, Lituania, Rumanía, Eslovaquia y España.
En cambio, este tipo de empleos resultan notablemente atractivos en el norte y el centro del continente, en países como Bélgica, Finlandia, Alemania, Holanda y Suiza.
En el resto, incluidos Reino Unido y Francia, la diferencia con otras profesiones sanitarias es menos pronunciada.
La escasez de profesionales, un riesgo
¿A qué se deben estas diferencias? Según los autores, en parte a los modelos regionales y políticos.
Otro de los hallazgos importantes es que los países del sur y del este corren un mayor riesgo de que la demanda de profesionales supere a la oferta.
Esta escasez conduciría inevitablemente a un aumento descontrolado de los costes, agravando aún más los problemas de presupuesto, por no mencionar las consecuencias sociales.
Para evitar una crisis semejante, se impone la previsión. Los Gobiernos de estos países han de garantizar las condiciones profesionales necesarias para atraer a nuevos trabajadores y retener las plantillas de este servicio de salud.
En este sentido, sería muy útil ampliar la investigación sobre los factores que influyen en los trabajadores de cuidados de larga duración y su perfil, por ejemplo, así como los modelos institucionales.