IESE Insight
Una cuestión de principios
La pérdida de la confianza, tanto entre las personas como entre éstas y las empresas e instituciones, es una de las causas de la crisis actual.
Todo iba bien –o al menos eso creíamos–, hasta que empezamos a descubrir motivos para desconfiar: una caída de un banco allí, una intervención del Estado allá… La burbuja estalló de manera irremediable cuando quienes habían invertido en los mercados financieros vieron que una parte de sus ahorros, o incluso todos, se volatilizaron. Al mismo tiempo, las instituciones financieras, y de manera especial la banca, dejaron de confiar entre ellas: la posibilidad de que “la otra” pudiera tener activos tóxicos hacía que el prestatario exigiera una tasa de interés considerablemente superior a la marcada por el Banco Central. Como los bancos no tenían mucho dinero para prestar, las empresas de la economía real financiadas en gran medida por la banca no disponían de suficiente crédito y no podían pagar sus deudas, por lo que también se volatilizó la confianza de los proveedores. Y así, como unas fichas de dominó que se van derrumbando unas tras otras, destruimos la confianza en nuestro sistema financiero.
Ha pasado más de un año, pero seguimos sintiendo los efectos de la falta de confianza en el sistema. Puede que sea un buen momento para reflexionar sobre sus fundamentos, su valor y la manera de construirla y de preservarla. ¿En qué consiste la confianza? ¿Podemos calcular su valor económico? ¿Cómo se genera y se destruye? ¿Se puede reconstruir? Éste es el tipo de preguntas que intentaremos responder aquí con el ánimo de iluminar el análisis de la situación actual, tan afectada por la pérdida de la confianza.
Una versión de este artículo se publica en la revista IESE Insight 3 (T4 2009).
Este contenido es exclusivamente para uso individual. Si deseas utilizar este material en clase, puedes adquirir las copias que necesites tanto de "Una cuestión de principios" (ART-1599) como de la revista completa en formato PDF mediante IESE Publishing.