IESE Insight
Sí, hay evidencias de energía inteligente en la Tierra
La aplicación de nuevas soluciones inteligentes en las ciudades está cambiando el sector energético. Un informe analiza esta transformación y sus implicaciones a partir de 29 proyectos que se desarrollan en zonas urbanas de cinco continentes.
La crisis migratoria se nutre en gran parte de conflictos armados como los de Oriente Medio y el norte de África, que están provocando grandes oleadas de migrantes. Algunos de ellos huyen hacia Europa y otros recalan en campos de refugiados, que en muchos casos se han convertido en pequeñas ciudades. Un ejemplo es el de Adi-Harush (Etiopía), donde conviven unos 8.000 refugiados eritreos.
En este entorno transitorio, el suministro eléctrico es irregular y peligroso, con un máximo de seis horas de abastecimiento al día. Para encontrar soluciones energéticas inteligentes que paliaran estas y otras carencias, diversas empresas y organizaciones tanto públicas como privadas crearon la Alianza Shire en 2014.
Su proyecto piloto incluía una ampliación y mejora de la red eléctrica del campamento que permitiera la conexión de nuevos servicios, como una escuela y dos cocinas comunitarias, además de cuatro kilómetros de alumbrado público con tecnología led.
En busca de soluciones inteligentes
¿Qué tiene en común este campamento con la Villa 31 de Buenos Aires, la ciudad china de Dezhou o el distrito parisino de Clichy-Batignolles? Todos estos núcleos urbanos están aplicando planes para mejorar su sostenibilidad y eficiencia energética a través de soluciones inteligentes.
En total, el informe Shaping the Cities of Tomorrow: Renewable Energies and Sustainable Urban Ecosystems, elaborado por el centro de investigación PPP for Cities del IESE, analiza 29 de estos proyectos, que fomentan el uso de las energías renovables o un consumo energético más eficiente en las ciudades.
Los datos permiten identificar una serie de características comunes y buenas prácticas que pueden copiar otros núcleos urbanos, así como plantear algunas recomendaciones para los organismos reguladores.
No podemos olvidar que más de la mitad de la población mundial ya vive en ciudades y que la proporción va en aumento, así que solo la aplicación de soluciones inteligentes hará posible un consumo energético sostenible.
Pongámonos las pilas
Las soluciones inteligentes analizadas en el estudio han sacado a la luz una serie de cambios de comportamiento por parte de los actores del sector energético:
- Los usuarios pasan de ser consumidores pasivos a consumidores activos, lo cual tiene un impacto sobre la polución y el cambio climático, pues se trata del primer paso para un consumo energético más eficiente. Por ejemplo, un proyecto en un barrio de Estocolmo no solo ha introducido un sistema de gestión integrado de energía, agua y residuos, sino que promueve la instalación de dispositivos en los hogares para controlar en tiempo real el consumo de calefacción, agua y electricidad, e incentiva la cogeneración de energía, con lo que los productores independientes tienen un papel activo en el suministro de energía y reducen la dependencia del sistema principal.
- El sector público se replantea su papel, ahora como promotor de soluciones inteligentes. Lo puede hacer de manera activa, mediante la financiación, o pasiva, dando facilidades para su desarrollo. Por ejemplo, Dezhou lanzó en 2015 un programa para convertirse en la Ciudad Solar de China. Para ello está promoviendo la utilización de la energía solar y ha desarrollado ambiciosas políticas de apoyo al sector de las renovables, que contemplan beneficios fiscales y financiación.
- Surgen nuevos modelos de negocio en el seno de las compañías energéticas y de movilidad que investigan soluciones inteligentes. Buenos ejemplos de ello son diversas iniciativas analizadas en el informe para desarrollar redes eléctricas inteligentes, estaciones de recarga para vehículos eléctricos o plataformas para compartir coche.
Para que estos cambios tomen la dirección adecuada, el informe ofrece una serie de recomendaciones a los reguladores, que pasan por promover acuerdos de colaboración innovadores y modelos de negocio inteligentes; estimular la concienciación de la ciudadanía respecto a este tipo de iniciativas; impulsar el uso de redes energéticas eficientes, y desarrollar ciudades inteligentes con una estrategia integrada que coordine los diferentes organismos públicos.
Sobre la investigación
El centro PPP for Cities del IESE, que forma parte del International PPP Centre of Excellence de UNECE, creó un consejo asesor para determinar qué casos se analizarían en este informe, que es de libre acceso. Con posterioridad, se solicitó a los responsables de cada proyecto la información pertinente. Los datos obtenidos, junto a documentos de investigación e informes oficiales, se utilizaron para detectar buenas prácticas y lecciones que se desprenden de cada proyecto, así como una serie de conclusiones generales sobre el uso de soluciones inteligentes destinadas a mejorar la producción y consumo de energía en las zonas urbanas.