IESE Insight
Cinco pilares para hacer negocios en África
El continente africano es el gran protagonista en las listas de países con mayor tasa de crecimiento del mundo, así que ofrece atractivas oportunidades de negocio. Robert Mudida y Alejandro Lago proporcionan una hoja de ruta para las empresas que se plantean incluirlo en sus planes de negocio.
Por Robert Mudida y Alejandro Lago
Un informe del Banco Mundial del año 2000 se preguntaba si este sería el siglo de África. Dado el escaso desarrollo que habían tenido muchos países del continente en sus primeros cuarenta años de independencia, parecía razonable plantear esa cuestión. Desde entonces, se ha generado un intenso debate entre los que ven el vaso medio vacío, como Paul Collier en El club de la miseria (2008), y los que lo ven medio lleno, desde Vijay Mahajan en África despierta (2009) hasta Steven Radelet en Emerging Africa (2010) y Charles Robertson en the Fastest billion: the Story behind Africa’s Economic Revolution (2012).
Sin exagerar su potencial, pues muchas de sus economías son pequeñas en términos globales, se puede decir que África vive una “revolución económica”, como prueba el hecho de que ya es la gran protagonista de las listas de países con mayor tasa de crecimiento del mundo. Indicadores macroeconómicos aparte, la realidad sobre el terreno pone de manifiesto la existencia de grandes oportunidades de negocio.
Tras destacar las principales tendencias económicas en el continente, ofrecemos una hoja de ruta para las empresas que proyectan entrar en sus mercados. Como nuestra investigación está en su fase inicial, el artículo se basa en nuestra experiencia y las entrevistas realizadas durante los últimos cinco años con decenas de emprendedores y directivos que conocen de primera mano la realidad empresarial africana.
África no es un país
Parecerá una obviedad, pero se suele olvidar que África es un continente, no un país, y además gigantesco (ver el África subsahariana en cifras). El África subsahariana, objeto central de este artículo, comprende 47 países y un territorio mayor que China, India y Estados Unidos juntos. Tiene unos mil millones de habitantes, población que podría doblarse de aquí a 2050. Y su PIB de 1,6 billones de dólares es la suma de muchas economías, que precisan un análisis individualizado.
Para facilitar las cosas, África normalmente se divide en bloques, que presentan importantes diferencias culturales, empresariales, políticas y regulatorias (también presentes en menor medida entre los países de cada bloque). En ocasiones, estas diferencias pueden parecer mayores que en otras economías emergentes debido a los problemas logísticos, de transporte e infraestructuras que históricamente han difi cultado el comercio, la comunicación y la integración de los sistemas. Con esto queremos decir que no todos los países avanzan al mismo ritmo, un dato a tener muy en cuenta en cualquier valoración macroeconómica de la región.
A efectos de este artículo, hablamos en términos amplios y nos centramos en los puntos que comparten los distintos países. De todas formas, conviene que el lector contextualice los datos y oportunidades en función de cada país o circunstancia.
Claroscuros macroeconómicos
El entusiasmo que despierta África se debe en gran parte a sus indicadores macroeconómicos. En concreto, los países subsaharianos están acortando rápidamente la brecha con otras regiones emergentes de Asia oriental y Latinoamérica (Sudáfrica, que es el precursor, se ha de considerar un caso aparte). A continuación exponemos las tendencias generales.
Una versión de este artículo se publica en la revista IESE Insight 24 (T1 2015).
Este contenido es exclusivamente para uso individual. Si deseas utilizar este material en clase, puedes adquirir las copias que necesites tanto de "Cinco pilares para hacer negocios en África" (ART-2670) como de la revista completa en formato PDF mediante IESE Publishing.