IESE Insight
Hoja de ruta para que el capital riesgo sortee la crisis
Muchos fondos de capital riesgo dan por hecho que no podrán obtener capital, por lo que entre el 20% y el 40% de las firmas LBO podrían quebrar en los próximos tres años debido a la crisis ecnómica.
Durante los últimos cinco años las firmas de capital riesgo han registrado una rentabilidad superior a la media, además de un crecimiento exponencial, gracias a que le han sido propicios el clima económico y cuatro factores principales: tipos de interés bajos, aumento de la rentabilidad, precios al alza de los activos y la asignación de activos importantes a fondos de capital riesgo por parte de los inversores institucionales. Pero la reciente debacle financiera y económica ha llevado toda esa bonanza a un brusco y chirriante final.
En un nuevo informe publicado conjuntamente por el IESE y The Boston Consulting Group (BCG), Heinrich Liechtenstein, profesor del IESE, y Heino Meerkatt, socio de BCG y experto en capital riesgo afincado en Múnich, analizan la causa de la crisis y predicen cómo la previsible reestructuración del sector del capital riesgo afectará a todos sus actores. Para ello se valen de la información pública disponible sobre firmas de capital riesgo, empresas de gestión de carteras de capital, bancos y los tipos de interés de los Credit Default Swap, los famosos productos derivados que cubren el impago de un crédito transfiriendo el riesgo.
La tormenta perfecta
La tormenta perfecta en que se halla el mercado del capital riesgo ha tenido un efecto dominó que provocará una más que probable suspensión de pagos de muchas empresas de gestión de carteras. Se calcula que la pérdida contable de estas quiebras podría alcanzar los 300.000 millones de dólares.
Los mercados de deuda prácticamente se han paralizado: el volumen negociado en el tercer trimestre de 2008 es un 75% inferior al del mismo periodo de 2007. Las ganancias de las empresas también se han desplomado. La mayoría de los sectores han registrado un crecimiento negativo del EBITDA. Asimismo, la pérdida de un 45% de los precios de las acciones en 2008 ha reducido drásticamente la rentabilidad.
Las firmas de capital riesgo se llevarán la peor parte. Los autores calculan que entre el 20% y el 40% de las firmas especializadas en compras apalancadas (LBO) quebrarán en los próximos tres años. Apenas un 30% tendrían asegurada su supervivencia, aseguran.
Meerkatt y Lichtenstein no vaticinan semejante conmoción en las empresas participadas por firmas de capital riesgo, aunque sí prevén un gran número de quiebras, lo que a su vez haría inevitable una importante reestructuración de estas empresas, con unos recortes masivos de gastos y dolorosos despidos como protagonistas.
Pero aunque están suspendiendo pagos, los autores creen que estas empresas tienen las mismas posibilidades de sobrevivir que otras cuyos propietarios no son firmas de capital riesgo.
Meerkatt y Lichtenstein concluyen recomendando a las firmas de capital riesgo tres medidas para afrontar la actual crisis:
- Preparar a las empresas de sus carteras para una larga y profunda recesión, centrándose en la aplicación de mejoras operativas.
- Buscar oportunidades para adquirir participaciones en las empresas de otras firmas que atraviesan dificultades.
- Ofrecer capital en un ámbito corporativo más amplio.