IESE Insight
La calidad de las ciudades influye en la rentabilidad de las empresas
Las ciudades sostenibles y habitables se asocian a mejores resultados empresariales, según un estudio pionero en Estados Unidos, Europa y Asia.
La sostenibilidad, la equidad y la habitabilidad de una cuidad no solo influyen en la calidad de vida de sus habitantes, sino que también son un indicador de rentabilidad para la empresa.
Joan E. Ricart y Pascual Berrone, junto con Niccolo Pisani (IMD) y Mahsa Memarian (INCAE), han analizado si la calidad de una ciudad puede influir en el rendimiento de las empresas en un estudio pionero que ha recibido el premio al mejor artículo de dirección estratégica en la conferencia EURAM 2023.
Se estima que las ciudades son responsables del 80% del PIB mundial y que, en 2050, aglutinarán el 68% de la población mundial, según Naciones Unidas.
Este crecimiento urbano puede ejercer presión sobre la vivienda y los servicios públicos, así como aumentar el tráfico y la contaminación. Estos problemas pueden paliarse con los principios de las ciudades inteligentes, cada vez más populares, como el uso de tecnologías que mejoran la experiencia urbana y los crecientes movimientos que fomentan la sostenibilidad y el desarrollo del capital humano.
¿Qué es una ciudad de calidad?
Ya en la década de los 60, la teoría urbana de Jane Jacobs vinculó la densidad y diversidad urbana con la actividad empresarial y la innovación. A principios de los 2000, Richard Florida anticipaba la idea de la “ciudad creativa”, bajo la premisa de que la capacidad de una ciudad para atraer a profesionales creativos sería fundamental para su éxito.
El estudio de Ricart, Berrone y sus coautores abre un nuevo camino al evaluar la calidad de una ciudad a partir de 10 dimensiones agrupadas en tres ámbitos (inclusión social, competitividad económica y sostenibilidad medioambiental) y relacionarlo con el éxito de las empresas instaladas en esas ciudades.
La calidad se calculó utilizando criterios como la gobernanza y participación democrática; planificación urbana; gestión pública; tecnología; medioambiente; proyección internacional; cohesión social; movilidad y transporte; capital humano; y economía.
A grandes rasgos, los tres principales criterios de calidad que influyen en la competitividad de una ciudad son:
- Sostenibilidad. Los factores medioambientales, como la calidad del aire, se están convirtiendo en un aspecto clave para que las empresas atraigan y retengan el talento y puedan satisfacer las crecientes expectativas de sus grupos de interés.
- Inclusión. Desde la mejora de la banda ancha (para facilitar el acceso a la información y la educación) hasta el fomento de la transparencia, la conectividad y el talento digital, este aspecto es esencial para que circulen y se compartan buenas ideas que beneficien a todos.
- Competitividad económica. Crear una cultura emprendedora, promover la creación de empresas y construir instalaciones tecnológicas que permitan el intercambio de conocimientos.
“Nuestra hipótesis era que la rentabilidad de las empresas variaría sistemática y significativamente en función de la ciudad de origen”, explica Ricart. “Analizamos si este efecto era positivo y más profundo para las empresas que operan en industrias de tecnología avanzada, porque investigaciones anteriores han demostrado que las actividades de tecnología avanzada tienden a agruparse para emparejarse entre sí y producir e intercambiar conocimientos de forma eficiente”.
La ciudad como ventaja competitiva
La correlación de los datos del Índice IESE Cities in Motion con casi 10.000 empresas de ciudades alrededor de Estados Unidos, Europa y Asia revela que, a medida que una ciudad aumenta un 10% su valor de índice, sus empresas obtienen un 1,6% más de rentabilidad. Esta cifra es aún mayor para las empresas del sector tecnológico. Probablemente, esto se debe a que la inclusividad, la sostenibilidad y el dinamismo del mercado son capaces de transformar las comunidades en recursos estratégicos para las empresas.
También es probable que las empresas obtengan mayores beneficios cuanto más “inteligente” sea una ciudad. Las mejoras de los ecosistemas digitales y las instalaciones de tecnología avanzada facilitan el intercambio de conocimiento, lo que resulta especialmente importante para el sector tecnológico. No en vano, la transparencia y el acceso libre a los datos públicos pueden constituir una parte importante de sus modelos de negocio. Un sector de servicios de tecnología avanzada fomenta la innovación, que es crucial para el desarrollo de los centros tecnológicos.
Un círculo virtuoso
Sin embargo, no todas las regiones responden de la misma manera al aumento de la calidad de las ciudades. De esas diferencias, podemos extraer algunas lecciones.
Estados Unidos es el país que más se beneficia de las mejoras en la calidad inteligente a pesar de que muchas de sus ciudades ocupan un puesto relevante en el Índice IESE Cities in Motion. “Cabe esperar un efecto mayor cuando las mejoras se producen en ciudades de calidad relativamente más baja”, dice Ricart, “pero nuestros resultados sugieren que las mejoras crean círculos virtuosos. Es probable que las empresas se beneficien más a medida que la ciudad es cada vez más inteligente”.
De todos modos, en cada región, determinados factores tienen un mayor impacto en el rendimiento de las empresas:
En Estados Unidos, es el capital humano. Los gobiernos y responsables de la planificación urbana de las ciudades estadounidenses deberían pensar detenidamente en cómo los incentivos (el aire limpio y la facilidad para desplazarse) pueden atraer talento.
En Europa, es la planificación urbana y la tecnología. Eso se explicaría debido a la mayor antigüedad de las ciudades europeas y a su importante legado.
En Asia, es la gestión pública y la gobernanza. Podría deberse a la naturaleza jerárquica de muchas sociedades asiáticas, donde las ciudades que intentan transformarse chocan con políticas –como las que regulan la contaminación– que se establecen a nivel regional y no municipal. Aún así, la mejora de la gestión pública es clave para el ecosistema de empresas ubicadas en una ciudad.
En general, la calidad de una ciudad es decisiva para crear comunidades que apoyen y contribuyan al espíritu empresarial y la innovación. Incluso en un mundo tan digitalizado y globalizado, no se deberá subestimar los efectos de los espacios físicos locales.
Sobre la investigación
Se analizaron los datos de 9.952 empresas, con sede en 127 ciudades, durante un periodo de dos años (2014-2016) y se correlacionaron con distintas dimensiones de calidad incluidas en el Índice IESE Cities in Motion.