IESE Insight
¿Debería aceptar el bitcóin como forma de pago?
Pese a que el bitcóin está en boca de todos, son pocas las empresas que lo aceptan. Un caso de estudio del IESE arroja luz sobre el poco conocido mundo de las monedas virtuales.
Imagine que el futuro de su negocio depende de que el bitcóin se convierta en un sistema de pago fiable. Esta es la situación en la que se encuentra Juan Jiménez, fundador de BitPlata, una empresa que se dedica a procesar pagos en bitcoines a hoteles sudamericanos.
Los profesores del IESE Javier Zamora y Ahmad Rahnema, junto con Katherine Tatarinov, analizan las incertidumbres de BitPlata en "Bitcoin: Deciphering the Crypto-Currency" (Bitcóin: descifrando la criptomoneda).
Este caso de estudio permite ahondar en la historia del bitcóin y las polémicas que lo rodean, y arroja luz sobre el poco conocido mundo de las monedas virtuales.
Una oportunidad incierta
BitPlata fue fundada en mayo de 2013 y alcanzó un éxito relativo en su primer año de vida, sobre todo entre los hoteles de Venezuela, donde el control gubernamental de las divisas y la alta inflación suponen un problema para el sector de las tarjetas de crédito. Gracias a BitPlata, los hoteles podían aceptar el pago en bitcoines y convertirlo a otra moneda casi instantáneamente.
En febrero de 2014, cuando la empresa de Jiménez buscaba fórmulas para crecer y atraer a más hoteles, Jump Venture Capital, una aceleradora de startups californiana, invirtió en ella para ayudarle a extender el uso del bitcóin.
Muchos responsables de hoteles seguían siendo escépticos sobre esta moneda virtual y tenían dudas sobre las repercusiones fiscales que pudiera acarrear. Jiménez debía convencerles de sus ventajas.
¿Qué es el bitcóin y cómo funciona?
El bitcóin, que vio la luz en 2009, fue una de las primeras "criptomonedas" del mundo y, desde luego, es la más famosa. Se divide en satoshis, a razón de 100 millones de satoshis por bitcóin. La creación y transacciones de esta moneda se basan en la criptografía y no están sujetas al control de una autoridad central.
Como explica el caso, se pueden conseguir bitcoines de dos maneras: "acuñándolos" o comprándolos. Para lo primero se debe tener el software adecuado, que los usuarios pueden descargar de Internet. Aproximadamente cada diez minutos, algunas de las personas que ayudan en la encriptación son premiadas de forma aleatoria con bitcoines adicionales.
El sistema prevé que la concesión de nuevos bitcoines sea cada vez menor hasta llegar a los 21 millones de unidades, cifra que podría alcanzarse en el año 2140.
Comprar bitcoines es más fácil: se adquieren y venden en diversos mercados online o se pueden transferir de la cartera virtual de un usuario a otra.
Al tratarse de una moneda virtual descentralizada, son los propios usuarios quienes controlan la distribución. Aunque anónimas, las transacciones son transparentes y quedan registradas (encriptadas).
Ventajas y retos virtuales
Una vez explicados los fundamentos del bitcóin, el caso analiza el vacío que cubre y sus ventajas, de entre las que destacan la transparencia, la rapidez, la inexistencia de costes de transacción, la no dependencia de una ubicación física y la facilidad de uso (basta tener un ordenador o un smartphone con conexión a Internet).
Pero el interés del caso radica en los retos que los usuarios precoces de bitcoines aún deben afrontar:
- Volatilidad. Como la oferta es fija, el precio del bitcóin viene determinado por la demanda, que puede subir o bajar a causa de noticias, rumores o situaciones de crisis. Por ejemplo, durante la crisis bancaria de Chipre, en marzo de 2013, se disparó la compra de bitcoines entre los chipriotas, por lo que el bitcóin duplicó su valor en el mercado. Una transacción de 500.000 dólares podía alterar el precio de un bitcóin en varios dólares.
- Inseguridad. Los hackers han atacado algunos mercados de bitcoines. Además, el sistema no cuenta con protección contra el fraude ni otras garantías que sí ofrecen los sistemas respaldados por los Estados. Además, las transacciones en bitcoines son irreversibles.
- Uso delictivo. Tal vez el mayor obstáculo para la aceptación generalizada de los bitcoines sea su mala prensa. Como es lógico, el anonimato atrae a traficantes de drogas, blanqueadores de capitales y otros delincuentes.
- Incertidumbre regulatoria. La regulación de las transacciones en bitcoines sigue en el aire, a pesar del primer paso que dio el Senado estadounidense al debatir sobre las monedas virtuales en noviembre de 2013.
Más leña al fuego
En los días previos a la presentación que el fundador de BitPlata preparaba para los hoteleros, se produjeron los siguientes acontecimientos:
- El CEO de BitInstant, uno de los mercados de bitcoines, fue arrestado por blanqueo de capitales.
- Rusia ilegalizó el bitcóin.
- Aprovechándose de un fallo en el protocolo del sistema, unos hackers robaron 2,7 millones de bitcoines de Silk Road 2.0, otro de los mercados de esta moneda.
- Mt. Gox, el mercado de bitcoines más importante, anunció que iba a declararse en quiebra.
Estos sucesos dejaron a Jiménez con más preguntas que respuestas de cara a su gran presentación. ¿Ganaría impulso BitPlata entre los hoteleros sudamericanos? ¿Cómo iba a convencerles de que el futuro del bitcóin seguía siendo brillante si él mismo empezaba a albergar dudas?