IESE Insight
Hacia la prosperidad mediante la arquitectura
El impacto de los edificios emblemáticos no sólo es económico, sino también sociocultural, medioambiental, turístico y comercial. Algunos incluso ayudan a redefinir la imagen de las ciudades.
El museo Guggenheim de Bilbao, el "Gherkin" de Londres, el estadio "Nido" de Pekín. Éstos y muchos otros edificios representan no sólo la innovación y el riesgo en arquitectura, sino también las ciudades donde están ubicados.
Pero además de servir de iconos para postales y recuerdos, ¿qué impacto tienen? En "Starchitects, Emblematic Buildings and Their Effects on Urban Economies" ("Arquitectos estrella, edificios emblemáticos y sus efectos en las economías urbanas"), los profesores del IESE José Luis Nueno y Elena Reutskaja analizan la importancia de los edificios emblemáticos y explican las distintas formas que adquiere su impacto en las ciudades y regiones.
¿Qué es un edificio emblemático? En primer lugar, deber asombrar con una arquitectura singular y vanguardista que tenga repercusión a escala mundial. No basta con que sea diferente; su arquitectura ha de suscitar reacciones intensas. Su función también varía. Pueden ser desde museos a edificios de oficinas, estadios deportivos o aeropuertos, pero todos ellos de algún modo transforman el paisaje urbano y desempeñan un papel decisivo en la redefinición de la imagen que proyectan las ciudades en el mundo.
Los edificios emblemáticos suelen ser obra de los arquitectos estrella, como Norman Foster, Frank Gehry, Daniel Libeskind o Santiago Calatrava. Este tipo de edificios icónicos no son una novedad, se han construido a lo largo de todo el siglo XX. La nómina de arquitectos estrella históricos es larga e impresionante, con nombres como Frank Lloyd Wright o Eero Saarinen. Unos y otros han alcanzado el estatus de celebridad gracias a su firme compromiso con "la innovación constante y la singularidad arquitectónica".
A nivel simbólico, los edificios emblemáticos hacen que los residentes se sientan más orgullosos de su ciudad. Además, su impacto puede ser muy importante a otros cinco niveles: económico, sociocultural, medioambiental, turístico y comercial.
El impacto económico es de tres tipos:
- Directo: los beneficios netos directos derivados de la construcción y funcionamiento del edificio, como el empleo, los ingresos de las actividades desarrolladas en el edificio, las contribuciones fiscales y la atracción de inversiones en la ciudad.
- Indirectos: son los efectos económicos adicionales generados por las actividades que sirven a quienes participan directamente en la construcción y funcionamiento del edificio, como fabricantes, mejoras de la infraestructura urbana, mejora de los ingresos y de la imagen de los negocios cercanos y recuerdos.
- Inducidos: están relacionados con los cambios en la renta disponible de los hogares que proporciona el nuevo edificio, el entusiasmo por proyectos regionales adicionales, una mejora de la calidad de vida o salarios más altos.
Aun así, no todos los efectos económicos son positivos. Los arquitectos estrella pueden exigir honorarios más altos por sus proyectos, los presupuestos de las obras ser demasiado bajos y los edificios, tener ineficiencias funcionales.
Entre los efectos socioculturales se encuentran la revitalización de la imagen de la ciudad, que además pasa a tener un nuevo "símbolo", y la indicación de que la ciudad o su región es capaz de "innovar y emplear nuevas tecnologías". Por otro lado, en ocasiones estos edificios se convierten en puntos de encuentro de la comunidad y albergan distintos eventos culturales y educativos.
Entre las posibles debilidades socioculturales cabe mencionar una distribución de la población negativa, ya que acude más gente para aprovecharse de las oportunidades de empleo y los aumentos de los salarios, y que el nuevo edificio no logre convertirse en "emblemático".
El impacto medioambiental viene dado, en primer lugar, por la arquitectura "natural"; a menudo, estos edificios se inspiran en elementos que reflejan la naturaleza, como las escamas y las superficies onduladas de las obras de Gehry. Los edificios emblemáticos también tienden a buscar la eficiencia medioambiental, demostrando de ese modo que la arquitectura puede contribuir considerablemente a la solución del problema ecológico.
El impacto turístico es claro: crecimiento del turismo, aumento de la calidad en los servicios, nuevos puestos de trabajo relacionados, aumento del gasto de los turistas, mejoras de la infraestructura y transformación de las relaciones sociales. La imagen del mundo de visitantes y residentes puede cambiar como consecuencia de sus interacciones. Además, el turismo contribuye a que las regiones conserven y fomenten las costumbres y tradiciones locales e incluso puede ayudar a los propios residentes a aprender más de su propia ciudad.
El aspecto más importante del impacto comercial es el crecimiento del comercio, una función que todos los tipos de edificios suelen incluir en su oferta. Las tiendas de los museos, las tiendas libres de impuestos y los comercios de los edificios sirven de reclamo para atraer visitantes. Los edificios salen ganando cuando proporcionan "una arquitectura atractiva, un entorno de compras cómodo y reputación o imagen".
Aunque los edificios emblemáticos presentan ventajas y desventajas, cualquier posible ineficiencia queda más que compensada por los beneficios agregados. Su impacto económico, sociocultural, medioambiental, turístico y comercial es, en conjunto, positivo en comparación con los edificios normales.
El museo Guggenheim de Bilbao, unos de los edificios más conocidos del mundo, ilustra los cincos tipos de impacto. Además de convertirse en la imagen del País Vasco, al que ha proyectado internacionalmente, lanzó a Frank Gehry al estrellato.
Su efecto en el País Vasco ha sido tan impresionante que ha generado un nombre propio: el "efecto Bilbao". Algunas cifras: el Guggenheim ha generado más de 1.600 millones de euros en ingresos del PIB desde 1997; su impacto económico directo a través de los impuestos ha superado los 260 millones de euros, y su éxito ha impulsado la creación de más de 4.300 nuevos puestos de trabajo en toda la comunidad autónoma. Más de 10 millones de visitantes han admirado la cubierta de escamas de titanio y los amplios espacios del interior del museo. El Guggenheim ha sido decisivo para atraer nuevos visitantes al País Vasco.
Con el auge de la globalización, las ciudades corren el riesgo de acabar pareciéndose las unas a las otras y de convertirse en una masa homogénea de extensión urbana. Los edificios emblemáticos ayudan a conservar "y potenciar" la singularidad de las ciudades, se suman a su identidad reforzándola y las sitúan en el mapa de las urbes más influyentes del mundo. Desempeñan un papel fundamental en el crecimiento sostenible e impulsan cambios profundos y positivos en las regiones.